Héctor B. Olea C.
Para las elecciones generales
que se estarán llevando a cabo el próximo domingo 15 en la República Dominicana,
hay personas de fe y las que sin compromiso con alguna determinada expresión
religiosa, aspiran lograr un puesto electivo en la administración del estado y,
por supuesto, ambos sectores esperan contar con el apoyo del pueblo.
Ahora bien, lo triste es que
tanto de los unos como de los otros, no parece que se pueda esperar demasiado. Por
un lado, porque los de sin compromiso religioso dan muestras de que en realidad
buscan lo suyo, y lo de su partido (¿solo eso?), antes que los verdaderos
intereses de la gran mayoría. Por otro lado y, lamentablemente, las personas de
fe, parecen estar más comprometidas con sus propios intereses y los de su
sector religioso, que con los verdaderos intereses y necesidades del pueblo,
así de sencillo.
En consecuencia, cabe preguntar,
¿alguna opción? ¿Habrá que llamar, quizá, al noble y desinteresado Chapulín
colorado?
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