Observaciones sobre la cadena constructa hebrea, bará versus beró en Génesis 1.1


Observaciones necesarias y oportunas sobre la «cadena constructa» hebrea

¿Hay una «cadena constructa» («smijút») en Génesis 1.1?

Nociones de filología o lingüística hebrea

Héctor B. Olea C.

El público general (no especializado) tiene derecho a saber que la llamada «cadena constructa» (secuencia de constructo, semijút, smijút) consiste en una «construcción sintáctica» propia y exclusiva de la flexional nominal hebrea.

En otras palabras, toda «cadena constructa» hebrea («smijút») consiste en una «construcción sintáctica» que sólo involucra sustantivos o palabras sustantivadas, jamás verbos (como formas verbales finitas, como verbos conjugados).

Por otro lado, por lo general una «cadena constructa» está formada por dos sustantivos (pero incluso por tres, y raras veces por cuatro sustantivos, pero siempre constituida por sustantivos o palabras sustantivadas).

Luego, la comprensión adecuada de una «cadena constructa» hebrea («smijút»), demanda que estemos al tanto de que el sustantivo hebreo tiene dos estados básicos: el llamado «estado absoluto» (la forma léxica, la que se coloca en los léxicos, diccionarios o vocabularios), y el llamado «estado constructo» (por lo general una forma modificada del sustantivo, del estado absoluto, si bien hay algunos sustantivos que tienen un «estado constructo» que gráficamente no difiere de la forma del «estado absoluto»).

Otro detalle importantísimo es que toda «cadena constructa» termina o concluye con un sustantivo en «estado absoluto» (determinado o indeterminado, singular o plural), jamás con un sustantivo en «estado constructo»: la cadena constructa concluye cuando aparece el primer sustantivo en «estado absoluto».  

La semántica de una «cadena constructa»

En cuanto a la semántica de la «cadena constructa», podemos decir que, por lo general, una «cadena constructa» («smijút») comunica las ideas que en español se transmiten con las construcciones sintácticas (frases o sintagmas) que emplean la preposición «de».

Sin embargo, una traducción acertada de una «cadena constructa» hebrea («smijút») demanda que el traductor considere la idea que comunica una cadena constructa en cada caso (considerando seriamente el contexto).

En consecuencia, el traductor (o traductora) no debe conformarse, aplicando la ley del mínimo esfuerzo, traduciendo toda «cadena constructa» de manera monótona, hasta ambigua e imprecisa, empleando siempre frases o construcciones sintácticas que involucren la preposición «de».  

Por ejemplo, la cadena constructa «dibre Lemuel» (Proverbios 31.1: «las palabras de Lemuel»), puede asumirse como indicando origen o procedencia («genitivo subjetivo»): «las palabras que proceden de Lemuel» (las palabras que dijo Lemuel, las palabras que se le atribuyen a Lemuel).

O bien (dependiendo el contexto), «las palabras que hacen referencia a Lemuel» (las palabras respecto de Lemuel, las palabras acerca de Lemuel): «genitivo objetivo».

Y la cadena constructa «Moshé éved adonay» (Josué 1.1), puede ser asumida como comunicando la idea del llamado «genitivo subjetivo» (Moisés, un siervo que le pertenecía al Señor), o como comunicando la idea del llamado «genitivo objetivo» (Moisés, un siervo que le servía al Señor).

¿Hay una cadena constructa en Génesis 1.1?

Desde hace algunos siglos (por lo menos desde el siglo XI) se viene proponiendo que las primeras tres palabras de la Biblia Hebrea: «bereshít bará elojím», constituyen una cadena constructa, poniendo aquí bajo cuestionamiento la llamada «puntuación masorética».

Ahora bien, entre los que han propuesto que en Génesis 1.1 hay una «cadena constructa» o «secuencia de constructo» («smijút»), hay quienes lo han hecho de manera legítima y consistente, y otros de una manera muy cuestionable y deficiente.

En tal sentido, es preciso tener en cuenta las siguientes observaciones:

En primer lugar, tal y como nos llegado vocalizada la palabra «bará» (como un verbo finito o conjugado, un perfecto o katál, conjugación kal, tercera persona masculina singular); no permite el sugerir que haya en Génesis 1.1 una «cadena constructa» o «secuencia de constructo» («smijút»).  

Y la razón es básica y sencilla: como verbo (como forma verbal finita, como verbo conjugado, que no constituye una forma nominal), «bará», hace imposible e inviable el proponer que exista una posible relación de constructo entre la palabra «bereshít» (en realidad un sintagma preposicional) y la forma verbal «bará» (creó).

Consecuentemente, también hace imposible que pueda existir una relación de constructo entre «bará» y el sustantivo «elojím» (dios).

En segundo lugar, sólo es posible y legítimo sugerir que las tres primeras palabras de la Biblia Hebrea («bereshít bará elojím») constituyen una cadena constructa («smijút»), si se cambia la vocalización de «bará», haciendo que dicha palabra represente no una forma verbal conjugada, sino una forma nominal del verbo «bará» (o «livró»: infinitivo constructo kal más la preposición «le»).

En tal sentido, se ha sugerido (así lo hizo Rashí), que «bará» no debe ser asumido efectivamente como «bará», sino y más bien como «beró», o sea, una forma nominal, que consiste en el llamado «infinitivo constructo» (que al final, conserva su ADN verbal).

Luego, como «beró», sí es posible afirmar que «bereshít» podría estar en estado constructo, y tener una relación de constructo con «beró» (como «beró», pero no como «bará»).

Y en la misma línea, como «beró», «elojím» puede ser el sujeto de dicho «infinitivo constructo», aunque en una forma diferente a como lo es de «bará».

En tal sentido, es preciso decir que cuando un sustantivo sigue a un «infinitivo constructo», el sustantivo puede ser el sujeto o el objeto directo del «infinitivo constructo» (aunque por lo general es el sujeto y no el objeto directo).

De todos modos, si un sustantivo que sigue a un «infinitivo constructo» es precedido de la partícula que marca o señala el objeto o complemento directo, entonces definitivamente dicho sustantivo es el objeto directo y no el sujeto de dicho «infinitivo constructo».

En consecuencia, respecto de Génesis 1.1, en virtud de que el sustantivo «elojím» (elohím) no está precedido de la partícula que marca o señala el objeto directo; «elojím» puede ser más bien el sujeto que el objeto directo del «infinitivo constructo» «beró».

Finalmente, toda versión de la Biblia que asuma a «bará» como «bará» (como forma verbal finita, según la puntuación masorética), lo correcto es que traduzca «Dios creó en un principio», «en un principio creó Dios».

Pero toda versión de la Biblia que asuma a «bará» como «beró» (en oposición a la puntuación masorética), debe traducir: «al principio del crear de Dios», «al principio del acto creativo de Dios», «al principio de la acción creativa de Dios».  

Para cerrar, digo que dejo aquí la cuestión, pero en un próximo artículo abordaré la cuestión respecto de «bará» y «beró», pero desde la crítica textual de la Biblia Hebrea.

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