¿Error en la Biblia Hebrea? Génesis 15.1 en el centro de esta cuestión, curso de Hebreo Bíblico online y virtual


¿Error en la Biblia Hebrea?

Génesis 15.1 en el centro de esta cuestión

Héctor B. Olea C.

En la lengua hebrea los nombres o sustantivos, los participios, las formas verbales finitas, el infinitivo constructo, las partículas y preposiciones pueden recibir unos sufijos o desinencias que hacen referencia a las personas gramaticales, a los pronombres personales (en diversas maneras).  

Por tal razón dichos sufijos reciben el nombre de «sufijos pronominales».

En tal sentido, quiero llamar la atención sobre la expresión «laj» que se encuentra en Génesis 15.1.

Pero antes, quiero poner de relieve que en la Biblia Hebrea las palabras tienen dos tipos de acentos: por un lado, el acento tónico principal (generalmente en la última o penúltima sílaba), por otro lado, algún acento secundario (conjuntivo o disyuntivo), que sirven para regular la modulación o recitación musical de la Biblia Hebrea (Jouon y Muraoka).

Luego, es preciso decir con Elvira Martín Contreras y Guadalupe Seijas: “los acentos tienen un papel importante en la sintaxis y, en consecuencia, en la exégesis (Masora, la transmisión de la tradición de la Biblia Hebrea, página 218).

Consecuentemente, es preciso decir que toda palabra que aparezca con un acento disyuntivo o separador, que implica una pausa en la lectura o recitación, se dice que está «en forma pausal».

Y en armonía con lo dicho en el párrafo anterior, se hace necesario observar, en un texto determinado de la Biblia Hebrea, si una palabra está empleada en su forma regular, o en su forma pausal (forma que por lo general supone cambios en la vocalización de la palabra, y hasta cambios en su acentuación principal).

Ahora bien, volviendo a la expresión «laj», presente en Génesis 15.1, diré lo siguiente.

En primer lugar, a simple vista, la expresión «laj» está conformada por la preposición «le» (a, para, de, por causa de, etc.), con el sufijo pronominal de la segunda persona femenina singular (tú de género femenino, haciendo referencia a la segunda persona femenina singular).

Por supuesto, así las cosas, surge la pregunta si no hay aquí un error, pues en el contexto de Génesis 15.1 es a Abram (un sustantivo y una persona de género masculino y singular) al que Dios le está diciendo que será su escudo, que será un escudo para él («maguén laj»).

Lógicamente, es de esperar que, si se va a hacer referencia a un sustantivo de género masculino y singular, como el termino o complemento de una preposición, la preposición tenga el sufijo pronominal correspondiente; en otras palabras, un sufijo pronominal de una persona gramatical masculina y singular.

El tal sentido, se hace necesario decir que una lectura más detenida y atenta de la expresión «laj» en Génesis 15.1, pone de relieve que la misma tiene un acento secundario y disyuntivo o separador (que supone una breve pausa) y, en consecuencia, es preciso admitir que la expresión «laj» no se encuentra en su forma regular (haciendo referencia a la segunda persona femenina singular), sino en su forma pausal (haciendo referencia a la segunda persona masculina singular).

Que la expresión «laj» se encuentra en su forma pausal lo indican los dos puntos verticales que tiene la letra «lámed» encima, que en realidad constituyen el acento secundario y distintivo llamado «zaquef qatón».   

Luego, en virtud de que la expresión «laj» no se encuentra en forma regular (que corresponde a la preposición «le» con el sufijo pronominal de la segunda persona femenina singular), sino que más bien consiste en una forma pausal; en consecuencia, como forma pausal, corresponde a la preposición «le» con el sufijo pronominal de la segunda persona masculina singular).

En conclusión, una vez tenemos en cuenta que la expresión «laj» (Génesis 15.1) consiste en la forma pausal de «lejá» (la preposición «le» con el sufijo pronominal de la segunda persona masculina singular); se comprende que no hay error aquí, como lo pudiera sugerir una lectura un tanto descuidada del texto hebreo de Génesis 15.1.

Por supuesto, lo que ocurre en el texto hebreo de Génesis 15.1, ocurre en muchos otros textos de la Biblia Hebrea,  

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