Algunas observaciones sobre la «voz media griega» y el verbo «guínomai», curso de griego bíblico desde cero

Algunas observaciones sobre la «voz media griega» y el verbo «guínomai»

A propósito de nuestro curso de griego bíblico que inicia este sábado 2 de octubre

Héctor B. Olea C.

Es cierto que hay algunos gramáticos que erróneamente enseñan que la «voz media griega» indica ante todo una acción reflexiva “me limpio” (no recíproca: “nos limpiamos el uno al otro”); sin embargo, lo cierto es que la idea dominante en la gramática de la lengua griega (griego clásico incluido) es que el primer sentido de la voz media griega es de una acción que el sujeto realiza en su propio interés (compro para mí).

Luego, se admite que el sentido propiamente reflexivo de la voz media (me limpio) está limitado a ciertos verbos, entre los cuales no se encuentra el verbo “guínomai”.

Además, otro detalle que no es posible perder de vista es que el verbo “guínomai” es un “verbo deponente”, lo que significa que es un verbo que sólo se emplea con la morfología de la voz media o la voz pasiva, pero con el sentido de la voz activa.

Es más, hay en griego dos tipos de verbos en este sentido, los llamados “pasivo deponentes” (verbos que se emplean con la morfología de la voz pasiva, pero con el sentido de la voz activa) y los verbos “medio deponentes” (verbos que se emplean con la morfología de la voz media, pero también con el sentido de la voz activa).

Por supuesto, esta distinción se comprende cuando se pone de relieve que de los cuatro temas temporales del sistema verbal griego (presente, futuro, aoristo y perfecto), en dos la morfología de la voz media y de la voz pasiva es la misma (presente y perfecto), y en los dos temas restantes (futuro y aoristo) no.

Luego, respecto de la forma en que podemos reconocer cuando estamos ante un verbo deponente, es si su forma léxica (la forma en que se encuentra en los léxicos, diccionarios y vocabularios, tiene la desinencia “omai” (verbos omega) y la desinencia “mai” (en los verbos atemáticos).

Por supuesto, existen también los llamados «verbos semideponentes» (verbos que no son deponentes en el tema de presente, pero que lo son en otro tema temporal, por lo general en el futuro). En tal sentido, un ejemplo clásico de un verbo semideponente lo constituye el verbo  “lambáno” (tomo, recibo), que no es deponente en el tema de presente, pero sí lo es en el tema de futuro.

En consecuencia, cualquier forma verbal del verbo “lambáno” en el tema de futuro ha de tener la morfología de la voz media, pero con el sentido de la voz activa, como podemos observar en Mateo 21.22, donde está presente la forma verbal “lémpsesze” (tiempo futuro, segunda persona del plural del verbo “lambáno”, con morfología de voz media, pero con el indiscutible sentido de la voz activa, puesto que “lambáno” es deponente en el futuro).

Por supuesto, es aquí indiscutiblemente acertada la traducción de la RV 1960: “recibiréis” (recibirán ustedes).

Sin embargo, en el tema de presente, la forma verbal «lambánesze» (tiempo presente, voz media pasiva, modo indicativo, segunda persona del plural), puede ser traducida en dos sentidos: 1) como voz media (ustedes reciben para ustedes); 2) como voz pasiva (ustedes son recibidos).

En conclusión, independientemente de la idea que se tenga de la voz media, un hecho incuestionable es que los verbos deponentes, como “guínomai”, son verbos con morfología de voz media o pasiva, pero con el sentido de la voz activa.

También es preciso aclarar que la diátesis (voz gramatical) es en realidad independiente del tema temporal (presente, futuro, aoristo y perfecto).  

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