El cambio semántico y sintáctico de la palabra amén en el Nuevo Testamento

 


Uso bíblico y traducción de la palabra «amén»

Sobre el cambio semántico, un caso ilustrativo

Héctor B. Olea C.

“Se produce un cambio semántico cuando un vocablo (palabra) adquiere un nuevo significado, o cuando se reduce el significado que tiene en un momento dado, o cuando se pierde o amplía el significado existente en un momento dado o como producto de la evolución de la lengua” “(Carlisle González Tapia en «Un estudio de Lexicosemántica del español Dominicano, página 181).

Caso ilustrativo: el uso repetido o reiterativo de la palabra «amén» en la Biblia

La palabra «amén» (transliteración, no traducción) es usada en la Biblia Hebrea básicamente como “una exclamación usada para aseverar, ratificar un enunciado, deseo o maldición; y como fórmula litúrgica individual o colectiva” («Diccionario Bíblico Hebreo Español», de Luís Alonso Schokel).

Por su parte y, en la misma línea, el «Diccionario de Hebreo Bíblico» de Moisés Chávez la define como una expresión de aceptación o identificación con lo expresado en el culto o la formulación de votos y juramentos”. Texto ilustrativo de la Biblia Hebrea: Deuteronomio 27.15-26.

Consecuentemente, la Septuaginta por un lado, tradujo la palabra hebrea «amén» (transliteración, no traducción) empleando el modo optativo (que expresa un deseo o una posibilidad); por otro lado, sencillamente no la tradujo, sino que la transliteró (Ejemplos: 1 Crónicas 16.36; Nehemías 5.13; 8.6).

Ahora bien, pasando al Nuevo Testamento griego, observamos, en primer lugar,  que se mantiene el uso característico de la palabra hebrea «amén», por ejemplo: Romanos 9.5;  1 Corintios 14.16; Gálatas 1.5; 1 Timoteo 6.21; Apocalipsis 22.20-21.

En todo caso y, en segundo lugar, en los Evangelios Sinópticos observamos un uso peculiar de la palabra «amén» (sólo en los labios de Jesús) introduciendo una declaración solemne, hecha con autoridad.

Y he aquí dos cambios notables del uso de la palabra «amén» (transliteración y no traducción) en el NT respecto de su uso en la Biblia Hebrea.

El primer cambio es de tipo sintáctico: la palabra «amén» es usada como palabra introductoria (y no al final como en la Biblia Hebrea y en la tradición judía), en compañía del verbo «légo» (yo digo).

El segundo cambio es de tipo semántico, significando: “en verdad, ciertamente”, “sin duda alguna”, etc., como declaración solemne y hecha con autoridad.

Luego, constatamos que hay en el NT un uso reiterativo, redundante, repetido de la palabra «amén», pero sólo en el Evangelio de Juan (unas 25 veces, según el «Diccionario Exegético del Nuevo Testamento», de Balz y Schneider, y el «Léxico Griego Español del NT», de Alfred E. Tuggy), aunque también en compañía del verbo «légo» (yo digo).

¿Es posible encontrar en la Biblia Hebrea un antecedente del uso repetido y reiterativo de la palabra «amén» en el Evangelio de Juan?  

Sí, pero con algunas observaciones. Ciertamente encontramos el uso repetido de la palabra «amén» en los siguientes textos de la Biblia Hebrea: Números 5.22; Salmo  41.14 (40.14 en la Septuaginta); Salmo 72.19 (71.19 en la Septuaginta). 

En todo caso, es preciso tener en cuenta que este uso repetido y reiterativo de la palabra «amén», por un lado, no coincide con la carga semántica que adquirió en los Evangelios en los labios de Jesús; y por otro lado, retuvo su posición sintáctica habitual al final de una afirmación o declaración. 

Una evidencia de que este uso reiterativo de la palabra «amén» en la Biblia Hebrea mantuvo su carga semántica habitual (que no coincide con su uso repetido en el NT), consiste en que la Septuaginta la tradujo empleando el “modo optativo” (de deseo y posibilidad) del verbo «guínomai» (ser, llegar a ser): «guénoito, guénoito» (“así sea”, “así sea”, “así suceda”, “así suceda”).     

No obstante, llama la atención la falta de uniformidad que exhibe aquí la traducción de la Septuaginta hecha por Junemann.

Pues bien, en Números 5.22 Junemann tradujo el optativo «guénoito, guénoito» con «¡Amén, amén!»; pero en el Salmo 41.13 (40.14 en los LXX) y 72.19 (71.20 en los LXX), el mismo optativo «guénoito, guénoito» lo tradujo con «¡Sea, sea!».     

Consecuentemente, tenemos que concluir que el uso reiterativo de la palabra «amén» por el Jesús juanino (en el Evangelio de Juan), toma distancia de su uso en hebreo en lo relativo a la sintaxis, y pone de relieve un indiscutible cambio semántico.

Finalmente, en lo que a la traducción del «amén» repetido del Jesús juanino se refiere, el empleo de alguna palabra o expresión enfática en la traducción al castellano es preferible a la simple repetición del «amén» (como se observa en la RV 1960).

Por ejemplo, la traducción de Juan 1.51: «Sí, les aseguro» (Nueva Biblia Española 1975), «Ciertamente les aseguro» (Nueva Versión Internacional), «Muy verdaderamente les digo» (Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras), «Les aseguro» (Traducción en lenguaje actual y la Versión Popular Dios Habla Hoy).

En tal sentido, llama la atención que versiones que se venden como superaciones y mejores que la Reina Valera 1960, sin embargo en este aspecto han seguido acríticamente el camino señalado por ésta (por ejemplo en Juan 1.51), entre ellas: La Biblia Textual IV Edición (“De cierto, de cierto”), La Reina Valera Actualizada 2015 (“De cierto, de cierto”), La Reina Valera Contemporánea 2011 (“De cierto, de cierto”), La Reina Valera 1995 (“De cierto, de cierto”), La Biblia de Jerusalén 1998 (“En verdad, en verdad”).    

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