A propósito de nuestro curso de griego que inicia en la primera semana
de agosto
Héctor B. Olea C.
Un principio fundamental que no debería perder de vista la persona que
aspire a hacer una verdadera exégesis del Nuevo Testamento griego, es que la acción del
participio (el tiempo de la acción del participio) es relativa a la acción (al
tiempo de la acción) del verbo principal de la frase, cláusula u oración en
cuyo contexto aparece el participio.
En tal sentido, vamos a analizar el texto griego de Marcos 5.18: «kai
embáinontos autú eis to plóion parekálei autón jo daimonisthéis jína met autú e»
En primer lugar, hay que observar que «embáinontos» es un participio de
tiempo presente, en caso genitivo singular, y que junto al pronombre personal «autú»
(de la tercera persona singular y en caso genitivo), constituye la construcción
sintáctica conocida como «genitivo absoluto».
En segundo lugar, el participio sustantivado «jo daimonisthéis», es un
participio aoristo, voz pasiva) que apunta a una acción anterior a la del verbo
«parekálei», traducción: «el que había estado endemoniado».
El tercer lugar, observamos que «parekálei» es el verbo principal de la
frase (forma verbal en tiempo imperfecto, tercera persona del singular: «rogaba»).
Luego, con base en el tiempo de la forma verbal «parekálei» (en tiempo
imperfecto), la traducción del participio «embáinontos» (en la construcción del
«genitivo absoluto»), también debe ser traducido en tiempo imperfecto.
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