Asuntos de gramática, exégesis y traducción bíblica
Héctor B. Olea C.
A modo de
introducción:
En este artículo me he propuesto analizar y
explicar las dos alternativas posibles de traducción que tiene el verbo «sigáo»
en 1 Corintios 14.34, tal y como al presente nos ha llegado dicho texto,
testimoniado tanto por el «Textus Receptus» como por el «Texto Crítico». Esto así,
al margen de si el texto en cuestión es una
interpolación tardía y que no procede de la mano de Pablo, o si en
realidad, como lo testimonian todos los manuscritos griegos, es de la mano de
Pablo.
De todos modos, antes de abordar la cuestión
central que me propuse abordar en este artículo, voy a considerar la variantes
textuales que envuelve 1 Corintios 14.34, desde la perspectiva de la Crítica textual.
En tal sentido, he de poner de relieve los
problemas textuales que envuelve 1 Corintios 14.34.
Mano, pues, a la obra.
En primer lugar, el «Comentario Textual al
Nuevo Testamento Griego» de Bruce M. Metzger, plantea: “Varios testigos,
principalmente occidentales, trasponen los versículos 34-35 para que aparezcan después
del versículo 40 (DFG88*itd,g Ambrosiaster
Sedulio Escoto). Estas modificaciones de los escribas reflejan los intentos por
hallar en el contexto un lugar más adecuado para las instrucciones de Pablo acerca de las mujeres.
La evidencia del códice Fuldense (siglo VI)
es ambigua. El texto latino de 1 Corintios 14 sigue hasta el final del
capítulo, pero al final del versículo 33 hay una indicación que lleva al lector
a una nota en el margen inferior de la página. Esta nota contiene el texto de
los versículos 36 al 40. ¿Será que el escriba, aunque deja los versículos 34-35
en el texto, quiso indicar que estos debían omitirse en la lectura pública?”
(Página 495).
En segundo lugar, el «Comentario al Nuevo Testamento»,
publicado en forma asociada por La Casa de la Biblia, PPC, Sígueme y Verbo
Divino 1995, respecto de 1 Corintios 14.34 plantea: “El contraste con lo
planteado en 1 Corintios 11.5 es tan flagrante que algunos exégetas consideran
a 1 Corintios 14.34-35 como una interpolación posterior, inspirada en 1 Timoteo
2.12”. Sin embargo y, de manera muy acertada, la referida obra pone de relieve
que es muy significativo que dicho pasaje no es omitido por ningún manuscrito
griego.
En tercer lugar, respecto del pronombre de la
segunda persona del plural, y en caso genitivo, «jumón» (“de ustedes”, “vuestras”);
el Comentario de Bruce Metzger, plantea: “Textus Receptus tiene «jumón» después
de «gunáikes» (nominativo plural de «gunaikós», mujeres), ciñéndose así a DFGKL
múltiples mss minúsculos. El comité consideró probable que este pronombre sea
una adición de los escribas y prefirió el texto más breve, el cual con el
sólido apoyo de P46 Sinaítico ABCPPsi 33, 43,
88, 104, 256, 263, 296,436,
467,623, 915, , 1319,1739, 1837, 2127, vg cop sa, bo, fay, arm et al” (páginas 495-496).
En cuarto lugar, algunos manuscritos de menor
importancia en lugar de la forma verbal «epitrépetai» (tiempo presente, voz
pasiva, modo indicativo, tercera persona del singular, del verbo «epitrépo»: “concedo”,
“permito”), tienen la forma verbal «epitetraptai» (tiempo perfecto, voz pasiva,
modo indicativo, tercera persona del singular, del mismo verbo «epitrépo»).
En quinto lugar, algunos manuscritos, en
lugar en lugar de la forma verbal «jupotassésthosan» (tiempo presente, voz
media y pasiva, modo imperativo, tercera persona del plural, del verbo «jupotásso»:
“someto”, “sujeto”, “subordino”); tienen la forma verbal «jupotássesthai» (tiempo
presente, infinitivo medio pasivo del mismo verbo «jupotásso»).
En sexto lugar, algunos manuscritos, después de
la forma verbal «jupotassésthosan», tienen la frase o sintagma «tois andrasin»
(dativo masculino plural del sustantivo «anér»: varón, marido), o sea, «a los
maridos».
Estos son, pues, los problemas textuales involucrados
en 1 Corintios 14.34; sin embargo, es de notar que no existe problema textual
alguno y en específico, en relación a la forma verbal «sigátosan» (del verbo «sigáo»).
Ahora bien, ¿cuál es la problemática que
envuelve al verbo «sigáo» en 1 Corintios 14.34?
Al verbo «sigáo» lo encontramos en 1
Corintios 14.34 representado en la forma verbal «sigátosan» (de tiempo
presente, voz activa, modo imperativo, tercera persona del plural).
Ahora bien, la problemática es que el verbo «sigáo»,
como verbo transitivo (que admite complemento directo) significa: «mantengo en
secreto»; y como intransitivo (que no admite complemento directo) significa:
«guardo silencio», «quedo callado».
Por otro lado, es preciso decir que el mismo
verbo «sigáo» también se lo encuentra el versículo 28 del mismo capítulo 14,
detrás de la traducción «calle», en la expresión «calle en la iglesia», en la
Reina Valera 1960. Pues bien, «calle»,
en el versículo 28, es la traducción de la forma verbal «sigáto», que está en
tiempo presente, voz activa, modo imperativo, tercera persona singular.
Por supuesto, la cuestión es si en el pasaje
que nos ocupa el verbo «sigáo» es transitivo (para demandar la traducción
«mantengan en secreto»); o si intransitivo (para demandar la traducción «guarden
silencio», «queden calladas», «callen»).
En tal sentido, mi respuesta personal es que
aquí el verbo «sigáo» es intransitivo, y que por tal razón la traducción
acertada es «guarden silencio», «queden calladas». En consecuencia, vale decir
que la traducción «calle» (versículo 28) y «callen» (versículo 34), de la Reina
Valera 1960 y otras versiones de la Biblia, están más que justificadas.
Por otro lado, un elemento que sin duda
favorece el que asumamos como intransitivo aquí al verbo «sigáo», es el
paralelismo que se establece tanto en el versículo 28 como en el 34, entre el verbo
«sigáo» y verbo «laléo» (yo hablo), también intransitivo (aunque a veces
también puede ser transitivo, cuando es sinónimo y equivalente del verbo
«légo»: «yo digo», «yo llamo»).
Observemos. En el versículo 28: “Y si no hay
intérprete, «sigáto» («calle») en la iglesia, y «laléito» («hable») para sí
mismo y para Dios”.
Y en el versículo 34: “Las mujeres «sigátosan»
(«callen») en las congregaciones; porque no les es permitido «laléin» («hablar»)…”
Ahora bien, una composición hipotética de 1
Corintios 14.34, asumiendo e incorporando las variantes analizadas que nos
proporciona el aparato crítico del «Novum Testamentun Graece edición 27»
Nestlé-Aland (texto reflejado parcialmente por el «Textus Receptus») sería:
«Jai gunáikes jumón en tais ekklesíais sigátosan
u gar epitétraptai autáis laléin, alá jupotássesthai tois andrásin, kathós kái
o nómos léguei»
Traducción por equivalencia formal:
«Las mujeres de ustedes en las asambleas
callen, porque no le ha sido permitido a ellas hablar, sino estar sometidas a
sus maridos, como también la ley dice»
Una
traducción fluida, por equivalencia dinámica:
«Las mujeres de ustedes callen en las
asambleas, porque no le ha sido permitido a ellas hablar, sino estar sometidas
a sus maridos, como también lo dice la ley»
Y el «Texto Crítico», en cambio, es:
«Jai gunáikes en tais ekklesíais sigátosan u
gar epitrépetai autáis laléin, alá jupotassésthosan, kathós kái o nómos léguei»
Una traducción por equivalencia formal:
«Las mujeres en las asambleas callen, porque
no les es permitido a ellas hablar, sino estar sometidas, como también la ley
dice»
Una traducción por equivalencia dinámica:
«Las mujeres callen en las asambleas, porque
no les es permitido a ellas hablar, sino estar sometidas, como también lo dice
la ley»
Ahora bien, llama la atención y es
significativa la armonía que muestran el «Textus Receptus» y el «Texto Crítico»
en relación a la forma verbal «sigátosan» (del verbo «sigáo»). De hecho, no
existe problema alguno, ni se sugiere variante textual alguna con relación a dicha
forma verbal.
Por otro lado, es además significativa que la
forma verbal «sigátosan» esté en tiempo presente (imperativo presente), y no
sea un imperativo aoristo. En consecuencia, que «sigátosan» (“callen”, “guarden
silencio”) sea de tiempo presente implica una acción duradera, continua, y no
refleja una especie de prohibición o medida puntual y coyuntural. Precisamente
en armonía con este hecho va la apelación a «la ley», más bien la «Toráh» (¿Génesis
3.16?), que pone de manifiesto 1 Corintios 14.34.
Finalmente, a pesar de los desafíos y de las
dificultades que le presenta a la reflexión teológica actual, la presencia del
verbo «sigáo» («sigátosan») en 1 Corintios 14.34, con sus características e
implicaciones, con su sólido apoyo textual; lo cierto es que en el pasaje en
cuestión, el verbo «sigáo» es intransitivo, es una forma verbal en modo
imperativo y de tiempo presente; por lo cual demanda la traducción: «guarden
silencio», «permanezcan en silencio».
En tal sentido, traigo a colación el
comentario que hace de 1 Corintios 14.34-35, el «Comentario Bíblico San
Jerónimo»: “La Iglesia de Corinto debe observar también la costumbre de las iglesias
de Palestina (de los santos), que prohíbe a las mujeres hablar públicamente en
la asamblea cristiana. De esta manera, Pablo abroga la práctica corintia de
permitir a las mujeres «profetizar» en las asambleas (11.5). Siendo una entre las iglesias que han
recibido el evangelio, no debe introducir prácticas contrarias a las costumbres
de las comunidades primitivas de Palestina”.
Por supuesto, y si bien la exégesis no debe
manipular los datos, los textos, las evidencias con tal de allanarle el camino
a la reflexión teológica; sí existen pistas bíblicas adecuadas para asumir una
postura crítica al pensamiento del apóstol Pablo reflejado en 1 Corintios
14.34, en lo que a la situación de las mujeres se refiere, tanto en la iglesia
como en la sociedad. Recordemos que Pablo estaba comprometido con una
antropología que no situaba a la mujer en un plano de igualdad en relación al
varón, y cuyo punto de arranque era precisamente la idea de que la mujer fue
creada con posterioridad al varón, a partir de la existencia y el cuerpo del
varón, por causa del varón y como su complemento (existencia instrumental),
considérese 1 Corintios 11.2-16.
¡Hasta la próxima!
Bibliografía:
Corsani, Bruno. (1997). Guía para el Estudio
del griego del Nuevo Testamento. Madrid: Sociedad Bíblica.
E. Tuggy, Alfred. (1996). Léxico
Griego-Español del Nuevo Testamento. Texas: Editorial Mundo Hispano.
Fitch Mckibben, Jorge. (1981). Nuevo Léxico
Griego-Español del Nuevo Testamento. Texas: Casa Bautista de Publicaciones.
García
Santos, Amador-Ángel. (2003). Introducción al Griego Bíblico. Navarra:
Editorial Verbo Divino.
Hanna, Roberto. (1997). Sintaxis Exegética
del Nuevo Testamento Griego. Texas: Editorial Mundo Hispano.
Lázaro Carreter, Fernando. (1998).
Diccionario de términos filológicos. Madrid: Editorial Gredos.
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