Una disyuntiva innecesaria y una complicada terminología
teológica, lamentablemente legitimada e impuesta por una inconsistencia exegética
y de traducción bíblica
Héctor
B. Olea C.
Tomando, pues, como base y punto de partida la
versión Reina Valera 1960, podemos decir que hay seis pasajes en involucrados
en esta problemática, los cuales establecen un contraste entre el bautismo de
Juan el Bautista, y el de Jesús de Nazaret. Estos son: Mateo 3.11; Marcos 1.8;
Lucas 3.16; Juan 1.33; Hechos 1.5; 11.16. Consideremos dichos pasajes:
Mateo 3.11 “Yo a la verdad os bautizo «en
agua» (griego «en júdati») para arrepentimiento; pero el que viene tras mí,
cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará
«en Espíritu Santo y fuego» (griego «en pnéumati jaguío kái purí»)”
Marcos 1.8 “Yo a la verdad os he bautizado «con
agua» (griego «júdati»); pero él os bautizará «con Espíritu Santo» (griego «en
pnéumati jaguío»)”
Lucas 3.16 “Yo a la verdad os bautizo «en
agua» (griego «júdati»); pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy
digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará «en Espíritu Santo y
fuego» (griego «en pnéumati jaguío kái purí»)”
Juan 1.33 “Y yo no le conocía; pero el que me
envió a bautizar «con agua» (griego «en júdati»), aquél me dijo: Sobre quien
veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza «con
el Espíritu Santo» (griego «en pnéumati jaguío»)”
Hechos 1.5 “Porque Juan ciertamente bautizó «con
agua» (griego «júdati»), mas vosotros seréis bautizados «con el Espíritu Santo»
(griego «en pnéumati jaguío») dentro de no muchos días”
Hechos 11.16 “Entonces me acordé de lo dicho
por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó «en agua» (griego «júdati»),
mas vosotros seréis bautizados «con el Espíritu Santo» (griego «en pnéumati
jaguío»)”
Como se puede observar, 1) En dos pasajes se
habla usando la preposición «en», o sea, «en agua», «en Espíritu Santo y
fuego»: Mateo 3.11; Lucas 3.16.
2) En tres pasajes se habla usando la
preposición «con», o sea, «con agua»,
«con Espíritu Santo»: Marcos 1.8 Juan 1.33; Hechos 1.5.
3) En un solo pasaje se habla curiosamente
empleando en la primera cláusula la preposición «en», o sea, «en agua», y en la segunda la preposición «con», o
sea, «con el Espíritu Santo»: Hechos 11.16.
Ahora bien, cabe preguntarse, ¿existen
razones válidas para esta inconsistencia? ¿Cómo nos podría ayudar la
consideración del texto griego de los pasajes implicados?
Vayamos pues, al texto griego
En primer lugar, en relación a los dos
pasajes que emplean sólo la preposición «en», es preciso observar que si bien el
texto griego de Mateo 3.11 emplea la preposición «en» las dos clausulas; por su
parte Lucas 3.16 sólo la emplea en la
segunda; pero la Reina Valera la emplea en las dos.
En segundo lugar, en relación a los tres
pasajes que utilizan la preposición «con» en las dos clausulas en la traducción
de la Reina Valera, diré lo siguiente. En el texto griego de Marcos 1.8, el
texto griego sólo emplea la preposición «en», en la segunda clausula. El texto
griego de Juan 1.33, emplea la preposición «en», en las dos cláusulas. Y el
texto griego de Hechos 1.5 sólo emplea la preposición «en», en la segunda.
En tercer lugar, en relación Hechos 11.16,
que como ya vimos emplea en la traducción de la Reina Valera, la preposición «en»,
en la primera cláusula, pero la preposición «con», en la segunda; diré que el
texto griego de este pasaje sólo emplea la preposición «en», sólo en la segunda
cláusula.
Evaluación: ¿Obliga la preposición griega
«en», a emplear en la traducción la preposición castellana «en»? ¿Habrá usado
la Reina Valera la preposición castellana «en», como equivalente exacto de la
preposición griega «en», de modo que cada vez que el texto griego de los
pasajes en cuestión empleó la preposición griega «en», la Reina Valera tradujo
con la castellana «en»? ¿Habrá sido consistente la Reina Valera en este
sentido?
Ciertamente parece que en los pasajes objeto
de estudio en este análisis, la Reina Valera utilizó, o al menos intentó
utilizar, la preposición castellana «en», como equivalente exacto (traducción
literal) de la preposición griega «en»; sin embargo, como voy a demostrar, no
fue consistente la Reina Valera en esta cuestión.
Observemos ahora la inconsistencia de la
Reina Valera en la traducción de la preposición griega «en», en los pasajes
mencionados.
En Mateo 3.11 es evidente la forma en que la
Reina Valera usa la preposición «en», como equivalente de la griega «en». Por
esta razón se lee en la Reina Valera: “Yo os bautizo «en agua» (griego «en
júdati»)… pero él os bautizará «en Espíritu Santo y fuego» (griego «en pnéumati
jaguío kái purí»)”
En Marcos 1.8 la traducción de la Reina
Valera no se muestra tan consistente. Observemos: “Yo os he bautizado «con
agua» (griego «júdati»); pero él os bautizará «con Espíritu Santo» (griego «en
pnéumati jaguío»).” ¿Se nota la presencia de la preposición «en» en la segunda
cláusula del texto griego de Marcos 1.8, pero no en la traducción de la Reina
Valera, la cual optó por traducir «con Espíritu Santo»?
En Lucas 3.16, también se observa una
inconsistencia en la traducción de Reina Valera, parecida a la que vimos en
Marcos 1.8. Observemos: “Yo os bautizo «en agua» (griego «júdati»); pero él os
bautizará «en Espíritu Santo y fuego» (griego «en pnéumati jaguío kái purí»).”
¿Se nota la ausencia de la preposición «en», en la primera cláusula del texto
griego de Lucas 3.16 (griego «júda»ti), pero su presencia en la traducción de
la Reina Valera, la cual optó por traducir «en agua»?
En Juan 1.33, se vuelve a poner de manifiesto
la inconsistencia de la Reina Valera. Observemos: “… el que me envió a bautizar
«con agua» (griego «en júdati»), aquél me dijo: Sobre quien veas descender el
Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza «con el Espíritu
Santo» (griego «en pnéumati jaguío»).” ¿Se nota la presencia de la preposición
griega «en», en las dos cláusulas del texto griego de Juan 1.33, aunque la
Reina Valera optó por traducir «con
agua» (griego «en júdati»), y «con el Espíritu Santo» (griego «en pnéumati
jaguío»)?
En Hechos 1.5, persiste la inconsistencia en
la traducción de la Reina Valera. Observemos: “Porque Juan bautizó «con agua»
(griego «júdati»), mas vosotros seréis bautizados «con el Espíritu Santo»
(griego «en pnéumati jaguío»)…” ¿Se nota la presencia de la preposición «en» en
la segunda cláusula del texto griego de Hechos 1.5 (exactamente igual que en
Marcos 1.8), pero no en la traducción de la Reina Valera, la cual optó por
traducir «con el Espíritu Santo» (griego «en pnéumati jaguío»)?
En Hechos 11.16, se mantiene la
inconsistencia en la traducción de la Reina Valera. Observemos: “Entonces me
acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó «en
agua» (griego «júdati»), mas vosotros seréis bautizados «con el Espíritu Santo»
(griego «en pnéumati jaguío»)”. ¿Se nota la ausencia de la preposición «en», en
la primera cláusula del texto griego de Hechos 11.16, a pesar de que la Reina
Valera optó por traducir «en agua» (griego «júdati»)? ¿Se nota además, la
presencia de la preposición «en», en la segunda cláusula del texto griego de
Hechos 11.16, a pesar de que la Reina Valera optó por traducir «con el Espíritu
Santo» (griego «en pnéumati jaguío»)?
Consideremos ahora el uso de la preposición
griega «en», según la gramática griega
La preposición griega «en» es una de las que
sólo se emplean en relación a un caso (hay las que se emplean con dos, y otras
con tres). El caso, según el «Diccionario de términos filológicos», de Fernando
Lázaro Carreter, consiste “en la forma que adopta un nombre (también los
adjetivos) para desempeñar una determinada función en la frase mediante
flexión”.
Pues bien, el caso en conexión al cual se
emplea la preposición griega «en», es el dativo. Ahora bien, el dativo tiene
tres usos muy comunes: el dativo de complemento indirecto (por lo general sin
preposición), el dativo instrumental (con o sin preposición), y el dativo
locativo (complemento circunstancial de lugar), por lo general acompañado de la
preposición «en».
Un ejemplo del dativo de complemento
indirecto: “dilo a la iglesia” (eipé te ekklesía), Mateo 18.17.
Un ejemplo del dativo instrumental: “con la
palabra” (to rhémati), Hebreos 1.3.
Un ejemplo del dativo locativo: “en el
templo” (en to jieró), Lucas 2.46.
Finalmente, si bien es característico el uso
de la preposición griega «en» (preposición que se usa en el NT unas 2, 757
veces), con el dativo locativo, y con el sentido temporal; sin embargo, por el
influjo semítico es muy habitual su uso con el dativo instrumental, como en los
pasajes que hemos analizado en esta cuestión.
En conclusión, la presencia de la preposición
griega «en», no obliga a emplear en la traducción castellana la preposición
«en», forzando su uso locativo, y perdiendo de vista su habitual uso
instrumental (que no lo tiene en la koiné no bíblica, pero sí en la koiné
bíblica por el influjo semítico). En tal sentido, una traducción acertada y
consistente de los pasajes analizados, debe transmitir la idea instrumental en
las dos cláusulas: … «Con agua»… «Con el Espíritu»…
¡Hasta
la próxima!
Estimado Benjamín, no soy erudito en griego, pero hace unos 45 días publiqué en mi blog un artículo similar: http://tinajayvasija.com/2015/07/16/no-existe-el-bautismo-del-espiritu-santo/
ResponderEliminarGracia y Paz,
Esteban Polo