La Biblia Hebrea y las dos formas del pronombre personal de la primera persona del singular en el libro de Jonás
¿Una forma para un sujeto divino, y otra para un sujeto humano?
Héctor B. Olea C.
El hebreo, como el español, tiene seis personas gramaticales: tres del singular (yo, tú, él, ella), y tres personas del plural: nosotros (as), ustedes, y ellos (ellas).
Por supuesto, por nuestro contexto, siempre priorizo las formas del español latinoamericano.
Luego, es preciso poner de relieve que, como en español, cada una de las seis personas gramaticales en hebreo, posee un pronombre personal (sujeto) propio.
Además, no es posible dejar de lado el hecho de que, exceptuando el pronombre personal de las primeras personas (primera persona común singular y primera persona común plural); el hebreo tiene una forma propia y específica para el pronombre personal de cada género, o sea, una forma propia para el género masculino de las segundas y terceras personas, y una forma propia para el género femenino de las segundas y terceras personas: un «tú» masculino, y un «tú» femenino; una forma para el pronombre personal de la tercera persona masculina singular: «él», y otra forma para el pronombre personal de la tercera persona femenina singular: «ella»; una forma propia para el pronombre personal de la segunda persona masculina plural y otra para el pronombre personal de la segunda persona femenina plural: un «ustedes» de género masculino, y un «ustedes» de género femenino; una forma para el pronombre personal de la tercera persona masculina plural (ellos), y otra para el pronombre personal de la tercera persona femenina plural (ellas).
En consecuencia, tanto respecto de la primera persona del singular, como en relación a la primera persona del plural, se dice que dichas formas son «comunes», o sea, que son formas que se pueden emplear, por lado, haciendo referencia a una persona gramatical masculina (de género masculino), por otro lado, haciendo referencia a una persona gramatical femenina (de género femenino).
Por eso hay que hablar en los siguientes términos: pronombre personal de la primera persona común singular (yo, masculino, yo femenino), y pronombre personal de la primera persona común plural (nosotros, nosotras).
En todo caso, en este breve artículo nos vamos a concentrar en el uso del pronombre personal de la primera persona común singular (yo masculino, yo femenino) estrictamente en el libro de Jonás.
Las dos formas del pronombre personal de la primera persona común singular
Tiene el hebreo de la Biblia Hebrea dos formas distintas (dos morfologías) para el pronombre personal de la primera persona común singular: «anojí» (la forma, larga, la más antigua) y «aní» (la forma corta o breve, la más reciente).
Luego, se considera que «anojí» es la forma primitiva, y que «aní» es la forma que se encuentra especialmente en los libros tardíos de la Biblia Hebrea, y que en el hebreo postbíblico y en el hebreo moderno ha desplazado a la forma primitiva «anojí».
Sin embargo, el análisis estadístico del empleo de ambas formas del pronombre personal de la primera persona común singular en la Biblia Hebrea, nos proporciona los siguientes resultados:
La forma «anojí» (la forma primitiva) se emplea en las tres secciones de la Biblia Hebrea, pero sólo aparece en 358 ocasiones (según Jenni y Westermann: «Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento», Cristiandad), sin obviar el hecho de que en unos cuantos versículos se emplea en dos y hasta en tres ocasiones (por ejemplo, en Amós 7.14 está presente en tres ocasiones).
La forma «aní» también se emplea en las tres secciones de la Biblia Hebrea, pero en una proporción mucho mayor, en 870 ocasiones (según Jenni y Westermann: «Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento», Cristiandad), por supuesto, sin perder de vista que en no pocos versículos aparece dos y hasta tres veces (por ejemplo, en Isaías 48.12 está presente en tres ocasiones).
Ahora bien, ¿será cierto que el hebreo de la Biblia Hebrea reserva una forma específica del pronombre personal de la primera persona común singular para cuando el sujeto implicado es una deidad, o una persona de una posición social elevada, y otra forma específica para cuando el sujeto implicado no es una deidad, sino un ser humano común?
El uso de «anojí» y de «aní» en Jonás
En el libro de Jonás el pronombre personal de la primera persona común singular, se emplea en siete ocasiones, y en la siguiente manera.
En dos ocasiones la forma del pronombre es «anojí» (la forma larga): Jonás 1.9 (Jonás es el sujeto) y en Jonás 3.2 (el sujeto es Dios, el Dios de Jonás, YHVH).
Pero en las otras cinco ocasiones, la forma del pronombre personal de la primera persona común singular es «aní» (la forma breve o corta).
Y de estas cinco veces en que se emplea la forma «aní» (la forma breve o corta), en cuatro ocasiones el sujeto es Jonás, un simple ser humano: Jonás 1.9; Jonás 1.12; Jonás 2.4; Jonás 2.9; y en una única ocasión Dios es el sujeto (Jonás 4.11).
En resumen: En el libro de Jonás se emplea el pronombre personal de la primera persona común singular en siete ocasiones, pero en cinco de ellas el sujeto es un ser humano común, empleando la forma «aní» (cuatro veces) y la forma «anojí» (una vez).
Pero en dos ocasiones el sujeto es una deidad, empleando la forma «anojí» en una ocasión, y en la otra la forma «aní».
Conclusión: En el libro de Jonás se emplean indistintamente las dos formas del pronombre personal de la primera persona común singular, «aní» y «anojí», pues ambas se emplean para hacer referencia a un sujeto humano, a un simple ser humano, como para hacer referencia a un sujeto divino, un Dios, una deidad.
En consecuencia, no es posible concluir que en el libro de Jonás se haya reservado una forma específica del pronombre personal de la primera persona común singular para hacer referencia a un sujeto divino, un dios (Dios), una deidad, y otra para cuando el sujeto es un simple ser humano.
Consecuencias y recomendaciones:
Los resultados que arroja el análisis aquí presentado, de la presencia y empleo de las dos formas del pronombre personal de la primera persona común singular en el texto hebreo del libro de Jonás, invitan a considerar seriamente las siguientes recomendaciones:
En primer lugar, no es posible proyectar indebidamente las conclusiones de este análisis al resto de la Biblia Hebrea, sin realizar un estudio similar respecto del resto de la misma.
En segundo lugar, este mismo tipo de análisis se puede realizar en el resto de la Biblia Hebrea, ya sea por sesión (Torá, Neviím y Ketuvím), por género literario, incluso libro por libro.
En tercer lugar, tampoco es posible obviar, ignorar o pretender descartar los resultados evidentes y comprobables de este análisis, sencillamente porque en otro libro de la Biblia Hebrea la situación pudiera ser diferente.
En cuarto lugar y, en todo caso, el tipo de análisis aquí realizado y las conclusiones que ha arrojado, pueden servir muy bien como punto de partida y de comparación para la constatación de la verdadera situación en el resto de la Biblia Hebrea respecto del empleo de las dos formas (la larga y la breve) del pronombre personal de la primera persona común singular (yo masculino, yo femenino).
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