¿«Él nos hizo, y no nos hicimos nosotros» versus «Él nos hizo, y somos suyos»?, el problema textual del Salmo 100.3






¿«Él nos hizo, y no nos hicimos nosotros» versus «Él nos hizo, y somos suyos»?

El problema textual de Salmo 100.3

 Héctor B. Olea C.

Una simple lectura del Salmo 100.3 en varias versiones de la Biblia, nos pone al tanto de dos líneas de traducción: la más conocida, gracias principalmente a la versión Reina Valera 1960: «Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos» («Él nos hizo, y no nos hicimos nosotros»).

Y en la misma línea de «La Reina Valera 1960» han traducido muchas otras versiones de la Biblia, entre ellas «La Biblia de las Américas» (LBLA).

Sin embargo, a diferencia de «La Reina Valera 1960», «La Biblia de las Américas» agrega una nota al pie de página que dice: “Muchos manuscritos dicen: «y suyos somos».

Ahora bien, ¿cuál es la razón que explica estas dos líneas de traducción del Salmo 100.3? ¿Hay alguna explicación a la luz del texto hebreo?

Respuesta: Sí, hay una clara explicación a la luz del texto hebreo.

En tal sentido, es preciso decir que el texto masorético de la Biblia Hebrea contiene la palabra «veló» («y no»), conformada por la conjunción «y» («ve»), y por el adverbio de negación «no» («lo»).  

Por otro lado, en la llamada «Masora parva» o «pequeña» (el conjunto de notas sobre el texto hebreo que pusieron los masoretas en los márgenes laterales del texto, en el margen derecho de las páginas pares, y en el margen izquierdo de las páginas impares, como se observan en la Biblia Hebraica Stuttgartensia), se sugiere que la palabra «veló» («y no») sea considerada como un «ketív», o sea, como una forma escrita en el texto hebreo, pero que debe leerse y asumirse de un modo distinto, como un «queré», o sea, como «veló», conformada por la misma conjunción «y» («ve»), y por la preposición «le» (a, para), con el sufijo pronominal de la tercera persona masculina singular «él» (luego, de él, para él).

Consecuentemente, lo que ha ocurrido es que las versiones de la Biblia que no asumen la corrección masorética, retienen en el texto del Salmo 100.3 la forma  «veló» («y no»), y de ahí la traducción: «él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos» (él nos hizo, y no nos hicimos nosotros).

Pero las versiones de la Biblia que asumen la corrección masorética y optan por asumir el «queré» («veló»: de él, para él), traducen el Salmo 100.3 como: «él nos hizo, y somos suyos» (él nos hizo, y somos de él, para él).

Por otro lado, Luís Alonso Schokel, en su comentario a los Salmos (volumen II), afirma: «veló» uno de los quince casos registrados por los masoretas en que «le» se debe leer en caso dativo (a, para).

En todo caso, no es muy distinta la idea que comunica aquí el “caso dativo” (para él, suyos), de la idea que comunica el caso genitivo (de él, suyos).   

Además, en lo que a la versión griega de la Biblia Hebrea se refiere, es preciso decir que para la traducción del Salmo 100.3, el traductor al griego parece haber tenido de frente un texto distinto al texto masorético, un texto hebreo que seguía el «ketív» «veló» («y no»), y no el queré «veló» («y somos suyos»).

Esto explicaría la forma en que tradujo el Salmo 100.3 la versión griega de la Biblia Hebrea (Septuaginta, LXX): «autos epóiesen jemas kái uj jeméis» («él nos hizo, no nos hicimos nosotros», «él nos hizo, y no nos hicimos nosotros»).   

En todo caso, si bien, tal vez, no es posible estar completamente seguros de qué fue lo que escribió y quiso comunicar originalmente el autógrafo del Salmo 100.3, una cosa es cierta: la exégesis bíblica y la traducción actual de la Biblia Hebrea, no pueden ignorar la problemática textual que involucra el texto hebreo del Salmo 100.3.

Finalmente, al margen de si nos identificamos o no con la corrección masorética, personalmente somos de la opinión que el asumir la corrección masorética parece más consistente con el resto del texto del Salmo 100.3: «él nos hizo y somos suyos, su pueblo, el ganado de su pastizal».  

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