A propósito del mes de la Biblia. Dicho,
pues, de otro modo: No es posible considerar académicamente exegético un tipo
de estudio bíblico que, por las herramientas que utiliza, por sus
presuposiciones, por sus objetivos y el enfoque del mismo, no pasa de ser un
simple estudio edificante, confesional y pastoral del texto bíblico.
En tal sentido, una cosa es que una
institución de formación bíblica y teológica tenga en su biblioteca el Tanaj,
la Septuaginta, alguna edición crítica y científica del Nuevo Testamento
Griego, algunos de los mejores léxicos hebreo español y griego español y concordancias;
y otra, que el que en la práctica y en el desarrollo de sus estudios bíblicos,
tanto las personas que imparten dichos cursos, como el estudiantado, puedan
observar el texto bíblico en su idioma original con sus propios ojos, y
utilicen con propiedad dichas herramientas.
Finalmente, es preciso admitir que por lo
general se posee más información del contexto histórico, político, geográfico y
sociocultural de los textos bíblicos, que la posibilidad de leer con los
propios ojos los textos bíblicos en sus idiomas originales, así como de asumir
con propiedad y, en consecuencia, una actitud crítica con conocimiento de causa,
frente a las distintas versiones de la Biblia, y frente a innegables y
demostradas manipulaciones textuales de las distintas teologías institucionales.,
así de sencillo.
¡Buenas tardes!
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