Juzgar la traducción de una traducción, Génesis 2.17 en el centro de esta cuestión


Juzgar la traducción de una traducción

El «dativo cognado» griego (dativo antepuesto)

Héctor B. Olea C.

El juzgar con propiedad, con sentido de justicia y respeto una determinada traducción, supone que la persona que pretenda realizar dicho juicio conoce bien la lengua fuente u original del texto que fue traducido (el texto fuente, el texto original), y la lengua receptora, meta, término, de llegada (la lengua a la que se hizo la traducción).

Pero el juzgar la traducción de una traducción, implica, en primer lugar, tener el dominio de la lengua original o fuente del texto fuente (texto original), en segundo lugar, poseer el dominio esperado de la lengua de la primera traducción y, en tercer lugar, tener el dominio necesario de la lengua de la segunda traducción.

En tal sentido, juzgar la opción tomada por la traducción al español de una traducción de la versión griega de la Biblia Hebrea, supone conocer el hebreo, el griego y el español (no sólo ser una persona que posee el español como lengua materna).

Consecuentemente, a manera de ilustración, quiero poner de relieve la traducción al español de la construcción sintáctica empleada en la clásica traducción griega (Septuaginta) de la construcción sintáctica hebrea conocida como «infinitivo absoluto antepuesto», en la obra «La Biblia Griega, Septuaginta», una monumental obra de traducción al español de la clásica versión griega de la Biblia Hebrea (cuatro tomos), publicada por Sígueme (2016-2021) bajo la dirección de Natalio Fernández Marcos y María Victoria Spottorno Díaz-Caro.

Pues bien, la construcción sintáctica hebrea llamada «infinitivo absoluto antepuesto», consiste en el empleo del «infinitivo absoluto» hebreo (forma no personal de una raíz verbal hebrea, un verbo no conjugado), colocado delante de un verbo conjugado (forma personal del verbo) de la misma raíz verbal que el «infinitivo absoluto», que refuerza la acción del verbo conjugado, si bien también pudiera indicar una simple posibilidad.

De todos modos, una traducción habitual del «infinitivo absoluto antepuesto» refleja el encarecimiento o reforzamiento de la acción verbal del verbo conjugado que forma parte de la construcción sintáctica llamada «infinitivo absoluto antepuesto».

Génesis 2.17 a manera de ilustración

En el texto hebreo de Génesis 2.17 está presente la expresión «mot tamút», conformada por el infinitivo absoluto de la conjugación qal (kal), «mot», de la raíz o forma léxica «mut» (morir, perecer, sucumbir, perder la vida); y por «tamút» (imperfecto qal, tercera persona femenina singular, o segunda persona masculina singular; pero aquí, de la segunda persona masculina singular): «morirás», «perecerás» («tú» de género masculino).

La traducción griega (Septuaginta) de la expresión hebrea «mot tamút»

El traductor del hebreo al griego tradujo la expresión «mot tamút» con la construcción sintáctica griega «zanáto apozanéisze» (dativo cognado, dativo antepuesto).

La construcción «zanáto apozanéisze» está conformada por «zanáto», caso dativo masculino singular (segunda declinación), del sustantivo «zánatos» (muerte); y por «apozanéisze», tiempo futuro, voz activa, modo indicativo, segunda persona del plural, del verbo «apoznésko» (yo muero, perezco), verbo deponente en el futuro.

Ahora bien, a diferencia de la construcción sintáctica hebrea del «infinitivo absoluto antepuesto», que es natural en hebreo, y que tiene su respectiva función sintáctica y carga semántica; en cambio, la construcción empleada por el traductor al griego, el «dativo cognado», es extraña a la sintaxis griega, y no es más que el reflejo de una exagerada traducción por equivalencia formal del hebreo al griego.

Luego, cuando se comprende que el empleo del «dativo cognado» es el reflejo de una traducción súper literal, exageradamente por equivalencia formal; se debe traducir dicha construcción con una equivalencia semántica a la del «infinitivo absoluto hebreo antepuesto», como acertadamente lo sugiere Amador Ángel García Santos, en su conocida obra «Introducción al griego bíblico», Verbo Divino, 2003, página 34.

Sin embargo, llama la atención la forma en que la referida traducción al español de la Septuaginta, publicada por Sígueme, tradujo la traducción griega de la expresión hebrea «mot tamút» en Génesis 2.17, o sea, «zanáto apozanéisze»: «moriréis de muerte».

Análisis de la traducción «moriréis de muerte»

En primer lugar, es desacertada porque ignora que la traducción del hebreo al griego, «zanáto apozanéisze», es el reflejo de una traducción exageradamente por equivalencia formal de una construcción sintáctica hebrea que tiene una función sintáctica propia y una carga semántica específica.

En segundo lugar, porque tampoco es una traducción natural, o por equivalencia formal de la expresión griega «zanáto apozanéisze».

En efecto, traducciones literales o por equivalencia formal de la expresión griega «zanáto apozanéisze», serían: «con muerte moriréis, morirán ustedes»; «por medio de muerte moriréis, morirán ustedes» (dativo instrumental); «para muerte moriréis, morirán ustedes» (dativo de beneficiario), «a muerte moriréis, morirán ustedes» (dativo de complemento indirecto).   

Por supuesto, es demasiado evidente que las traducciones literales que he propuesto de la expresión griega «zanáto apozanéisze», no son traducciones acertadas ni adecuadas de la expresión hebrea «mot tamút»; evidentemente, como tampoco lo es la traducción «de muerte moriréis» (expresión también extraña para el español).

En resumen, en conclusión, en primer lugar, a la luz de la función sintáctica y la carga semántica de la expresión hebrea «mot tamút»; en segundo lugar, considerando que la traducción griega de la expresión hebrea «mot tamút», «zanáto apozanéisze», es el reflejo de una traducción súper literal, la misma debe comprenderse, si bien extraña al griego, pero con la carga semántica de la construcción hebrea que pretendió reflejar; en tercer lugar y, en conclusión, la expresión «zanáto apozanéisze» debe traducirse con la misma carga semántica de la construcción hebrea «mot tamút».

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