La Biblia Hebrea y las dos formas del pronombre personal de la primera persona del singular
¿Una forma para un sujeto divino, y otra para un sujeto humano?
Héctor B. Olea C.
El hebreo, como el español, tiene seis personas gramaticales: tres del singular (yo, tú, él, ella), y tres personas del plural: nosotros (as), ustedes, y ellos (ellas).
Por supuesto, por nuestro contexto, siempre priorizo las formas del español latinoamericano.
Luego, es preciso poner de relieve que, como en español, cada una de las seis personas gramaticales en hebreo, posee un pronombre personal (sujeto) propio.
Además, no es posible dejar de lado el hecho de que, exceptuando el pronombre personal de las primeras personas (primera persona del singular y primera persona del plural); el hebreo tiene una forma de propia y específica para el pronombre personal de cada género, o sea, una forma propia para el género masculino, y una forma propia para el género femenino (tú masculino, tú femenino, él, ella, ustedes masculino, ustedes femenino, ellos, ellas).
En consecuencia, tanto respecto de la primera persona del singular, como en relación a la primera persona del plural, la forma del pronombre es «común» al género masculino y al género femenino.
Por eso hay que hablar en los siguientes términos: pronombre personal de la primera persona común singular (yo, masculino, yo femenino), y pronombre personal de la primera persona común plural (nosotros, nosotras).
En todo caso, en este breve artículo nos vamos a concentrar en el uso del pronombre personal de la primera persona común singular (yo masculino, yo femenino).
Las dos formas del pronombre personal de la primera persona común singular
Tiene el hebreo de la Biblia Hebrea dos formas distintas (dos morfologías) para el pronombre personal de la primera persona común singular: «anojí» y «aní».
Luego, se considera que «anojí» es la forma primitiva, y que «aní» es la forma que se encuentra especialmente en los libros tardíos de la Biblia Hebrea, y que en el hebreo postbíblico y en el hebreo moderno ha desplazado a la forma primitiva «anojí».
Sin embargo, el análisis estadístico del empleo de ambas formas del pronombre personal de la primera persona común singular en la Biblia Hebrea, nos proporciona los siguientes resultados:
La forma «anojí» (la forma primitiva) se emplea en las tres secciones de la Biblia Hebrea, pero sólo en 276 versículos (sin prefijo alguno), aunque sin obviar el hecho de que en unos cuantos versículos se emplea en dos y hasta en tres ocasiones (por ejemplo, en Amós 7.14 está presente en tres ocasiones).
La forma «aní» también se emplea en las tres secciones de la Biblia Hebrea, pero en una proporción mucho mayor, en 653 versículos (sin prefijo alguno); por supuesto, sin perder de vista que en no pocos versículos aparece dos y hasta tres veces (por ejemplo, en Isaías 48.12 está presente en tres ocasiones).
Ahora bien, ¿será cierto que el hebreo de la Biblia Hebrea reserva una forma específica del pronombre personal de la primera persona común singular para cuando el sujeto implicado es una deidad, y otra forma específica para cuando el sujeto implicado no es una deidad, sino un ser humano común?
Dos análisis a manera de una muestra concreta:
En primer lugar, el uso de «anojí» y de «aní» en Génesis
En el libro de Génesis la forma «anojí» se encuentra en 56 ocasiones, pero la forma «aní» en 41 veces (Jenni y Westermann: «Diccionario teológico manual del AT», página 328, primer tomo, Cristiandad).
Pero para este artículo sólo hemos tomado una muestra de 18 textos bíblicos del Génesis, en los que aparecen las formas del pronombre personal de la primera persona común singular.
Luego, en estos 18 versículos o textos bíblicos del Génesis, en cinco ocasiones Dios es el sujeto, referido con «anojí», y en otras cinco ocasiones lo es con la forma «aní».
A continuación, los textos bíblicos (de la referida muestra) donde Dios es el sujeto, pero referido con «anojí»: Génesis 15.1; Génesis 26.24 (dos veces); Génesis 31.13; Génesis 46.3.
A continuación, los textos bíblicos (de la muestra), donde Dios es el sujeto, pero referido con «aní»: Génesis 15.7; Génesis 17.1; Génesis 28.13; Génesis 35.11.
A continuación, los textos bíblicos (de la referida muestra) donde se emplea la forma «anojí» para hacer referencia a un sujeto no divino, un simple ser humano:
Génesis
3.10; Génesis 4.9; Génesis 24.34; Génesis 27.19; Génesis 30.2.
A continuación, los textos bíblicos (de la referida muestra) donde se emplea la forma «aní» para hacer referencia a un sujeto humano, no divino: Génesis 27.24; Génesis 27.32; Génesis 41.44; Génesis 45.3; Génesis 45.4.
Conclusión: Con base a la muestra analizada del libro de Génesis, no es posible decir que en el libro de Génesis hay una forma específica del pronombre personal de la primera persona común singular (yo), reservada para cuando el sujeto es Dios (una deidad), y otra forma específica destinada para cuando el sujeto es un ser humano, no una deidad.
En segundo lugar, el uso de «anojí» y de «aní» en Jonás
En el libro de Jonás el pronombre personal de la primera persona común singular, se emplea en siete ocasiones, y en la siguiente manera.
En dos ocasiones la forma del pronombre es «anojí»: Jonás 1.9 (Jonás es el sujeto) y en Jonás 3.2 (el sujeto es Dios, el Dios de Jonás, YHVH).
Pero en las otras cinco ocasiones, la forma del pronombre personal de la primera persona común singular es «aní».
Y de estas cinco veces en que se emplea la forma «aní», en cuatro ocasiones el sujeto es Jonás, un simple ser humano: Jonás 1.9; Jonás 1.12; Jonás 2.4; Jonás 2.9; y en una única ocasión Dios es el sujeto (Jonás 4.11).
En resumen: En el libro de Jonás se emplea el pronombre personal de la primera persona común singular en siete ocasiones, pero en cinco de ellas el sujeto es un ser humano común, empleando la forma «aní» (cuatro veces) y la forma «anojí» (una vez).
Pero en dos ocasiones el sujeto es una deidad, empleando la forma «anojí» en una ocasión, y en la otra la forma «aní».
Conclusión: En el libro de Jonás se emplean indistintamente las dos formas del pronombre personal de la primera persona común singular, «aní» y «anojí», pues ambas se emplean para hacer referencia a un sujeto humano, a un simple ser humano, como para hacer referencia a un sujeto divino, un Dios, una deidad.
Finalmente, como respecto del libro de Génesis, no es posible concluir que en el libro de Jonás se haya reservado una forma específica del pronombre personal de la primera persona común singular para hacer referencia a un sujeto divino, un dios (Dios), una deidad, y otra para cuando el sujeto es un simple ser humano.
Consecuencias y recomendaciones:
Los resultados que arroja el análisis aquí presentado, de la presencia y empleo de las dos formas del pronombre personal de la primera persona común singular en el texto hebreo de Génesis (con base a la muestra tomada) y del libro de Jonás por completo; invitan a considerar seriamente las siguientes recomendaciones:
En primer lugar, no es posible proyectar indebidamente las conclusiones de este análisis al resto de la Biblia Hebrea, sin realizar un estudio similar respecto del resto de la misma.
En segundo lugar, este mismo tipo de análisis se puede realizar en el resto de la Biblia Hebrea, ya sea por sesión (Torá, Neviím y Ketuvim), por género literario, incluso libro por libro.
En tercer lugar, tampoco es posible obviar, ignorar o pretender descartar los resultados evidentes y comprobables de este análisis, sencillamente porque en otro libro de la Biblia Hebrea la situación pudiera ser diferente.
En cuarto lugar y, en todo caso, el tipo de análisis aquí realizado y las conclusiones que ha arrojado, pueden servir muy bien como punto de partida y de comparación para la constatación de la verdadera situación en el resto de la Biblia Hebrea respecto del empleo de las dos formas del pronombre personal de la primera persona común singular (yo masculino, yo femenino).
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