La traducción «maldiciones» en Génesis 1.14 y 16 en la Biblia Textual IV Edición
Una traducción para nada contextual y seriamente cuestionable desde el punto de vista de la crítica textual y de la morfosintaxis
Héctor B. Olea C.
Hasta donde sepamos, la llamada Biblia Textual IV Edición es la única versión de la Biblia que tiene la traducción «maldiciones», en Génesis 1.14 y 16, en lugar de la traducción generalizada «lumbreras».
Es más, ni siquiera la tercera edición de la misma Biblia Textual tradujo maldiciones en los pasajes citados.
El argumento de los editores de La Biblia Textual IV para optar por esta opción, es que, en dos fragmentos del libro de Génesis hallados en Qumrán, 4Q Gen g k, y 4Q Gen k, tienen la lectura «mrt» («meerót»), la cual prefieren por considerarla la lectura más difícil, y más antigua que la forma vocalizada que leemos en el texto masorético: «meorót» (lumbreras, astros).
Sin embargo, deciden ignorar el testimonio de otros testigos antiguos del texto hebreo, como la Septuaginta y los Targúmenes (traducciones del hebreo al arameo para ser leídas en la sinagoga), que también tuvieron de frente un texto hebreo consonántico, distinto al texto masorético, y aun así concuerdan con la lectura «meorót» (lumbreras, astros), y no con la lectura «meerót» (absoluto plural de «meerá» (maldición).
Por otro lado, también apelan a la similitud que tienen en hebreo (en cuanto a las consonantes o radicales que las componen) las palabras «lumbreras» y «maldiciones», y en tal sentido, apelan a Proverbios 3.33 donde el texto hebreo sí tiene la palabra «maldición», pero en estado constructo singular.
En todo caso, como pretendemos demostrar en este artículo, los editores de la Biblia Textual IV Edición, ignoran muchas cosas al optar por la lectura «maldiciones».
Ahora bien, para ayudar al público general no especializado en este campo, voy a analizar las formas del sustantivo «lumbreras» y «maldiciones» en hebreo.
En primer lugar, es cierto que el absoluto singular (forma léxica) de la palabra «lumbrera» está conformada por las consonantes: mem, álef, va (jólem en forma plena) y resh, y vocalizada: «maór» (lumbrera, astro).
En segundo lugar, el absoluto singular (forma léxica) de la palabra «maldición» está conformada por las consonantes: mem, álef, resh y je (he), y vocalizada: «meerá» (maldición).
En tercer lugar, el estado constructo del sustantivo «maór» (lumbrera) es «meór» (lumbrera de); pero el constructo singular de «meerá» (maldición) es «meerát» (maldición de).
En cuarto lugar, el
absoluto plural de «maór» (lumbrera) es «meorót» (lumbreras); pero el absoluto
plural de «meerá» (maldición) es «meerót» (maldiciones).
Además, mientras que «maór» (luz, lumbrera) es un sustantivo de género masculino, pero «meerá» (maldición) es un sustantivo de género femenino.
El punto de vista y el testimonio de la crítica textual
Por supuesto, desde el punto de vista de la crítica textual, es evidente que, por un lado, no existe referencia alguna al aparato crítico de la Biblia Hebraica Stuttgartensia que sugiera una lectura diferente a «meorót» (lumbreras, astros), absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro).
Por otro lado, con relación a la llamada «Masorá quetaná» (masora parva, masora pequeña), la única observación que plantea es que aquí la palabra «meorót» (absoluto plural de «maór»: lumbrera, astro) está escrita con una «jólem defectiva» y no con una «jólem plena» (como parte de la desinencia del absoluto plural formal femenino, desinencia que excepcionalmente exhiben en el absoluto plural algunos sustantivos masculinos).
En otras palabras, la palabra en cuestión está escrita aquí con una escritura defectiva, y no con una escritura plena, y lo mismo ocurre en el versículo 15 y en el versículo 16.
Consecuentemente y, en tal sentido, si bien es cierto que el absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro), escrito en forma defectiva tiene las mismas consonantes del constructo singular de «meerá» (maldición), o sea, mem, álef, resh y tav; sin embargo, aquí hay un detalle que pierden de vista los editores de La Biblia Textual IV Edición cuando apelan a dicha similitud para decantarse por la lectura «maldiciones»; y este detalle consiste en la estructura sintáctica.
Insisto, si bien es cierto que en un texto consonántico el plural del sustantivo «maór» (lumbrera, astro) y el constructo singular de «meerá» (maldición) tienen las mismas consonantes; no es menos cierto que, por ejemplo, no hay nada que sugiera que en Génesis 1.14, 15 y 16 el conjunto de las consonantes mem, álef, resh y tav sea el constructo singular de «meerá» (maldición), es decir, «meerát», ni su absoluto plural «meerót».
Y esto así, porque es demasiado evidente que no hay una cadena constructa en ninguno de los textos mencionados de Génesis (1.14, 15 y 16).
En consecuencia, no tiene ningún valor probatorio que la forma defectiva (escrita no en una plena) del absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro), y el constructo singular de «meerá» (maldición) coincidan en emplear exactamente las mismas consonantes o radicales.
Esto así porque la sintaxis realmente dificulta la confusión que muestra el comité editorial de la Biblia Textual IV Edición.
En efecto, cuando los
editores de La Biblia Textual IV Edición apelan a Proverbios 3.33 (en su forma
consonántica) para poner de relieve la similitud que tiene la forma defectiva
del absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro), con el constructo singular de
«meerá» (maldición); de forma realmente asombrosa ponen de relieve que ignoran
que sólo el constructo singular de «meerá» (maldición) llega a coincidir (en un
texto consonántico) con el absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro).
Pero como ya hemos dicho, como no hay cadena constructa en Génesis 1.14, 15 y 16, en relación al absoluto plural defectivo (no en escritura plena) del sustantivo «maór» (lumbrera, astro); es imposible asumir que dicha forma pueda ser asumida como el constructo singular de «meerá» (maldición).
La evidencia que aporta Génesis 1.16
Es muy lamentable que los editores de la Biblia Textual IV Edición hayan perdido de vista la evidencia que aporta el versículo 16 de Génesis 1.
El testimonio de Génesis 1.16 es valiosísimo y aporta una evidencia decisiva e ineludible que sugiere que en los versículos 14, 15 y 16 de Génesis, la palabra «meorót», escrito en forma defectiva, debe ser asumido estrictamente como el absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro) y no como el absoluto plural defectivo de «meerá» (maldición).
Pues bien, resulta que la redacción de Génesis 1.16 pone en evidencia que «meorót», escrito en forma defectiva, debe ser asumido estrictamente como el absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro) y no como el absoluto plural defectivo de «meerá» (maldición), en la expresión «hizo Dios las dos lumbreras grandes».
Me explico.
En el texto hebreo de Génesis 1.16, debajo del adjetivo «grandes» («guedolím»), se observa un acento disyuntivo, el «atná», que indica una pausa, equivaliendo a un punto y seguido, punto y coma, incluso dos puntos.
Consecuentemente, el «atná» debajo de «guedolím» (grandes) indica que lo sigue a continuación es una explicación de la frase anterior: «Dios hizo las dos lumbreras grandes» (las dos grandes lumbreras): “la lumbrera grande” (jam-maór ja-gadól) y “la lumbrera pequeña” (jam-maór ja-qatón).
En consecuencia, el empleo dos veces del absoluto singular «maór» (lumbrera) después del «atná», indica que la palabra «meorót» (incluso en un texto consonántico), no puede ser asumido como el absoluto defectivo de «meerá» (maldición), sino y efectivamente, como el absoluto defectivo plural de «maór» (lumbrera, astro).
Luego, en una traducción verdaderamente contextual, y con base a la pausa que sugiere el acento disyuntivo «atná» y con la explicación que sigue a continuación, Génesis 1.16 está diciendo: “Dios hizo las dos grandes lumbreras: la lumbrera grande para que rija (domine) en el día, y la lumbrera pequeña para que rija (domine) en la noche”.
Además, cuando aquí se plantea que “Dios hizo las dos grandes lumbreras” («jam-meorót ja-guedolím»), aquí «meorót», desde el punto de vista de la gramática y sintaxis hebrea, no puede ser asumida como el constructo singular de «meerá» (maldición), «meerát» (maldición de), y mucho menos como el absoluto plural de dicho sustantivo («meerót»: “maldiciones”).
En efecto, la única vez que se emplea el sustantivo «meerá» (maldición), en absoluto plural, «meerót» (maldiciones), es en Proverbios 28.27, y está escrito en forma plena, no como la forma defectiva «meorót» de Génesis 1.14, 15 y 16.
En otras palabras, no tenemos siquiera un solo ejemplo donde el absoluto plural de «meerá» (maldición), o sea, «meerót» (maldiciones), en la Biblia Hebrea que pudiera sugerir que incluso en un texto consonántico el absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro), escrito en forma defectiva, pudiera ser asumido como el absoluto plural de «meerá» (maldición), o sea, «meerót» (maldiciones).
Es más, en Proverbios 28.27 la «Masorá quetaná» (Masora parva, Masora pequeña) plantea que aquí es el único lugar donde aparece en la Biblia Hebrea el absoluto plural de «meerá» (maldición), o sea, «meerót» (maldiciones), y repito, en forma plena, no escrita en una forma defectiva.
Pero yendo un poco más lejos, resulta que el aparato crítico de la Biblia Hebraica Stuttgartensia, en Proverbios 28.27, pone de relieve que, entre los manuscritos encontrados en la Geniza de El Cairo (1890), en lugar del absoluto plural de «meerá» (maldición), o sea, «meerót» (maldiciones), registran el absoluto plural de «maór» (lumbrera, astro), escrito en forma plena, «meorót» (lumbreras).
Sin embargo, llama la atención que lo ocurrido en Proverbios 28.27 con el absoluto plural de «meerá» (maldición), «meerót» (maldiciones), no ocurre con el absoluto plural «maór» (lumbrera, astro), o sea, «meorót» (maldiciones), escrito en forma defectiva en Génesis 1.14, 15, y 16.
Pero otro factor que va en contra de la traducción «maldiciones» en Génesis 1.16 es que el adjetivo «guedolím» (grandes), en la expresión «Dios hizo las dos grandes lumbreras», es de género masculino plural; y esta realidad indiscutible pone en evidencia que la palabra que lo precede, o sea, «jam-meorót», es un sustantivo de género masculino y plural, y no un sustantivo de género femenino plural.
Luego, ante esta evidencia, y si recordamos que «meerá» (maldición), es en hebreo un sustantivo de género femenino, pero «maór» (lumbrera) es de género masculino; es evidente que la concordancia gramatical que exige el hebreo para el sustantivo y el adjetivo, hace imposible que «jam-meorót» sea asumido como el absoluto plural «jam-meerót» (las maldiciones) de «meerá» (maldición).
En efecto, un principio vital de la gramática hebrea para los casos en los que aparecen un sustantivo y un adjetivo en una indiscutible relación sintáctica, pero se tengan dudas respecto del género del sustantivo; la clave es el adjetivo, pues independientemente de lo extraña que pueda ser la forma del sustantivo; el adjetivo siempre indicará el género y el número del sustantivo.
Y aquí, es indiscutible que el adjetivo «guedolím» (ja-guedolím), de género masculino plural, pone de relieve, con claridad meridiana que, independientemente del parecido que tiene el absoluto masculino plural de «maór» (lumbrera) y el absoluto femenino plural de «meerá» (maldición); confirma que en Génesis 1.16, «guedolím» (ja-guedolím), evidencia que está en absoluta, indiscutible y estricta concordancia con un sustantivo en estado absoluto masculino plural, o sea, «meorót» (lumbreras), jamás con un sustantivo en estado absoluto femenino plural («meerót»: maldiciones).
El testimonio de la Septuaginta y del Tárgum
No muestra la «Masorá quetaná» (Masora pequeña, Masora parva), ni el aparato crítico de la Biblia Hebraica Stuttgartensia, que los demás testigos de importancia del texto de la Biblia Hebrea, tengan una lectura distinta que compita, en Génesis 1.4, 15 y 16, con el absoluto plural (defectivo) de «maór» (lumbrera, astro), «meorót» (lumbreras, astros).
En tal sentido, es preciso poner de relieve que la clásica versión de la Biblia Hebrea (Septuaginta, Los LXX), y el Tárgum, que son anteriores al texto masorético, o sea, que se sustentaron en un texto consonántico; coinciden con el texto masorético en asumir la palabra «meorót» como el absoluto plural (aunque defectivo, escrito en forma defectiva) de «maór» (lumbrera, astro), y no como el absoluto plural de «meerá» (maldición), o sea, «meerót» (maldiciones)
Concuerda, pues, la Septuaginta, con la lectura «meorót» (lumbreras) del Códice de Leningrado B19a (y no con la propuesta «meerót» -maldiciones- de los editores de la Biblia Textual IV Edición), al traducirla con la palabra griega «fostéres» (astros, lumbreras; nominativo masculino plural de «fostér» (luz, cuerpo celeste, estrella, astro), un sustantivo de género masculino, pero de la tercera declinación).
Y en la misma línea va el Tárgum Onkelos u Onquelos (Tárgum oficial), al traducir a «meorót» (astros, lumbreras) con la palabra «nejorín» (luces), absoluto plural de «nejór» (luz).
Finalmente, con relación a la valoración de los manuscritos del mar muerto para la crítica textual de la Biblia Hebrea, es valiosísima la observación que al respecto plantea Julio Trebolle Barrera:
“… a la hora de valorar el testimonio de los manuscritos del Mar Muerto, es preciso tener siempre presente que la inmensa mayoría de estos manuscritos presentan numerosos casos de corrupción textual. Se trata además de textos transmitidos en círculos de un grupo socio-religioso muy definido que, comparado con otras corrientes más centrales del judaísmo, ofrece características muy señaladas que pueden ser tachadas incluso de «sectarias». Por estas razones, se ha de tener siempre en cuenta que el panorama textual que ofrecen los manuscritos de Qumrán puede resultar parcial y sesgado” («La Biblia judía y la Biblia cristiana», tercera edición actualizada 1998, TROTTA, página 310).
En conclusión, es a todas luces desacertada y para nada contextual, la traducción «maldiciones» en Génesis 1.14 y 16 en la cuarta edición de la Biblia Textual, así de sencillo.