Vebos griegos deponentes y semideponentes, una aclaración necesaria


Una aclaración necesaria, y una simple muestra de lo que vivimos haciendo en nuestras clases de griego, en los distintos niveles.

Por supuesto, las personas que estudian y han estudiado con nosotros, lo saben,  

Por otro lado, insisto en que es preciso poner de relieve que no es posible obviar las indiscutibles diferencias que existen entre un curso profesional, serio, crítico de las lenguas bíblicas (como estudio propiamente lingüístico y académico), y un estudio teológico y prácticamente devocional de las lenguas bíblicas, pero con el ropaje de un estudio lingüístico.

A propósito de nuestros ya en desarrollo cursos de griego koiné en varios niveles, a propósito de nuestro curso de griego clásico, desde cero, disponible en la modalidad asincrónica, y muy a propósito de nuestro curso de griego koiné (bíblico) desde cero, que inicia el sábado 7 de junio.  

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Sobre el curioso cuestionamiento a las versiones de la Biblia Traducción y crítica textual


Sobre el curioso cuestionamiento a las versiones de la Biblia

Traducción, crítica textual y estudio comparativo de versiones de la Biblia

Héctor B. Olea C.

Es curioso, pero muy lamentable, que el habitual (y necesario) cuestionamiento a las versiones de la Biblia no se produzca (no se cuestionen las versiones de la Biblia) cuando han traducido algunos textos bíblicos, palabras, frases o expresiones de una manera conveniente para ciertas teologías, a pesar de no reflejar lo que en realidad dicen los textos bíblicos en sus lenguas originales.

Estudio de un caso concreto, a manera de ilustración: 1 Corintios 15.17

Si yo, citando a 1 Corintios 15.17, digo: «Y si Cristo no resucitó (voz activa, sujeto agente), vana es nuestra fe…»; no pasa nada, y muy posiblemente habrá aplausos y algunas palabras de estímulo.

En cambio, si me apego a lo que real y estrictamente afirma el texto, y digo: «Y si Cristo no está resucitado (no fue resucitado, no ha sido resucitado, no ha sido levantado; voz pasiva, sujeto paciente), vana es nuestra fe…»; entonces viene el cuestionamiento.

¿Qué está tratando de insinuar, profesor? ¿Tiene usted algún problema con la deidad de Cristo y con algunas de sus implicaciones?

El aporte de la crítica textual

Desde el punto de vista de la crítica textual, ¿existe aquí alguna diferencia entre el llamado texto crítico y el llamado texto mayoritario, incluso textus receptus?

No. En efecto, a la luz de la crítica textual, en perfecta armonía y consistentemente, el texto crítico y el texto mayoritario (incluso textus receptus), tienen la forma verbal «eguéguertai» (perfecto griego, modo indicativo, voz pasiva: está resucitado; luego: ha sido resucitado, fue resucitado), más el adverbio de negación «uk» (no).

En otras palabras, no existe en 1 Corintios 15.17 una variante o lectura que sugiera la forma o expresión «uk égueiren» («no resucitó»), aoristo primero, modo indicativo, voz activa.

Luego, y, por eso, no tiene la forma verbal «eguéguertai» un símbolo (en el Novum Testamentum Graece, NA28) que sugiera que dicha forma verbal tiene competencia desde el punto de vista de la crítica textual.

Consecuentemente, la traducción «no resucitó» (de la versión Reina Valera 1960, Biblia de Jerusalén Quinta Edición, 2018, 2019, y muchas otras más; aunque muy conveniente desde el punto de vista teológico; sin embargo, es seriamente cuestionable (debe ser seriamente cuestionada) desde el punto de vista de la crítica textual del Nuevo Testamento.  

En tal sentido, se comprende que nadie haga alusión aquí a la crítica textual ni presente una imagen de algún manuscrito dando soporte a la lectura que estaría detrás de la traducción «no resucitó» que se lee en la versión Reina Valera 1960, Biblia de Jerusalén Quinta Edición (2018. 2019) y muchas otras.  

Por otro lado, desde el punto de vista del estudio comparativo de versiones de la Biblia, se comprende que nadie se atreva a plantear (como es muy común) que la Biblia de Jerusalén supera aquí a la versión Reina Valera 1960.

Algunas honrosas excepciones  

¿Es posible citar alguna versión de la Biblia que no refleje el cuestionable consenso que representan La Reina Valera 1960, La Biblia de Jerusalén Quinta Edición (2018-2019) y otras versiones?

Por supuesto. Puedo mencionar, por lo menos, cuatro versiones:

En primer lugar, «El Nuevo Testamento de nuestro Señor Jesucristo»: «si Cristo no está despertado» (traducción más próxima al sentido del perfecto griego, y que refleja el sentido de la voz pasiva de la forma verbal griega «eguéguertai»), obra de Pablo Besson (Editorial Mundo Hispano, tercera edición 1981).

En segundo lugar, «Euanguélio, traducción contemporánea de la Biblia»: «y si Cristo no ha sido resucitado» (traducción más próxima al sentido del perfecto del español, pero que refleja el sentido de la voz pasiva de la forma verbal griega «eguéguertai»), obra del profesor Yattency Bonilla, 2022.

En tercer lugar, «Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras»: «si Cristo no ha sido levantado» (traducción más próxima al sentido del perfecto del español, pero que refleja el sentido de la voz pasiva de la forma verbal griega «eguéguertai»), Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, 1987.

En cuarto lugar, «Los libros del Nuevo Testamento, traducción y comentario»: «Y si el Mesías no ha sido resucitado» (traducción más próxima al sentido del perfecto del español, pero que refleja el sentido de la voz pasiva de la forma verbal griega «eguéguertai»), obra del profesor Antonio Piñero y otros (Editorial TROTTA, 2021).

En resumen, se comprende que nadie hable aquí de crítica textual ni asuma el tradicional discurso en contra de la versión Reina Valera 1960, ni use contra ella la versión Biblia de Jerusalén (procedimiento comúnmente empleado por algunas personas que muestran ciertos prejuicios respecto de la Reina Valera 1960).

Entonces, ¿fidelidad a la teología o al texto?

En suma, al parecer, es loable y recomendable el esfuerzo por leer los textos bíblicos en sus lenguas originales, y apelar a la ciencia de la crítica textual, pero siempre y cuando sus resultados no pongan entre dicho algunos aspectos o presupuestos de alguna determinada teología.

Como siempre, anexo una imagen con tal hacer un poco más comprensibles estas líneas, así de sencillo.

Finalmente, pienso que es preciso poner de relieve que no es posible obviar las indiscutibles diferencias que existen entre un curso profesional, serio, crítico de las lenguas bíblicas (como estudio propiamente lingüístico y académico), y un estudio teológico y prácticamente devocional de las lenguas bíblicas, pero con el ropaje de un estudio lingüístico, así de sencillo.

Traducción bíblica, historicidad y teología


Traducción bíblica, historicidad y teología

Héctor B. Olea C.

El riguroso análisis morfosintáctico y filológico de un texto bíblico, el que fuere, tendente a ofrecer una traducción adecuada y acertada del mismo; no determina, no procura determinar la historicidad o no de los personajes o eventos mencionados en el texto bíblico.

En tal sentido, es preciso decir que la labor de traducción bíblica no consiste en un trabajo de crítica histórica (el traductor bíblico no es un historiador).

Sin embargo, no es posible obviar que la exégesis bíblica histórico-crítica sí cuenta con una serie de procedimientos que procuran determinar el mejor texto posible, el género literario del texto bíblico, así como el desarrollo y evolución del texto bíblico desde su etapa pre-literaria a la forma final en que ha llegado a nosotros y las posibles implicaciones históricas del texto bíblico: crítica textual, crítica literaria, crítica de los géneros y las formas, crítica de la tradición, crítica de la redacción, el análisis sociopolítico, etc.

Por otro lado, la labor de traducción tampoco es teología (no es una labor teológica), pues su objetivo es procurar determinar lo que en realidad dice y quiere decir el texto bíblico en su lengua original; y no el ofrecer el fundamento que requiere o necesita teología particular alguna, la que fuere, al margen y en detrimento de lo que en realidad dice y quiere decir el texto bíblico en su lengua original.

Consecuentemente, el traductor tampoco es un teólogo, y como tal debe procurar mostrarse seriamente comprometido con la determinación y constatación de lo que en realidad dice y quiere decir el texto bíblico en su lengua original, al margen de si ese mensaje resulta conveniente o no a una determinada teología.

En suma, el traductor bíblico debe procurar vencer la tentación de manipular el mensaje de los textos bíblicos en sus lenguas originales con tal de proporcionarle ciertas bases o evitarle uno que otro escollo a una particular o determinada teología, incluso la propia.

Muy a propósito de nuestra continua oferta profesional, académica y aconfesional en el campo de las lenguas, bíblicas, traducción bíblica, crítica textual, exégesis bíblica, gramática española aplicada, etc.

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Mi análisis morfosintáctico y traducción de Efesios 1.4 , Un ejercicio solicitado


Mi análisis morfosintáctico y traducción de Efesios 1.4

Un ejercicio solicitado

Héctor B. Olea C.

De entrada, debo decir que este trabajo está enmarcado en lo que podemos llamar un análisis filológico crítico y exegético (no teológico), sin preocupación alguna por tomar parte en el eterno y acalorado debate teológico entre calvinistas y arminianos. 

En tal sentido, en primer lugar, voy a exponer lo que, a nuestro juicio, es una traducción acertada del texto griego de Efesios 1.4, procediendo, como siempre, con una decidida y declarada honestidad intelectual.  

En segundo lugar, pasaré a explicar las posibilidades de traducción de algunos segmentos del texto griego de Efesios 1.4 que pueden tener más de una traducción legítima a la luz de la gramática o morfosintaxis griega.

Nuestra propuesta de traducción de Efesios 1.4

«Que nos bendijo con…» (versículo 3) «Cuando nos escogió por medio de él antes de la fundación del mundo, para que por el amor seamos santos e irreprochables en su presencia».

La palabra «kazós» (oxítona), pero aquí «kázos» (barítona)

Es una conjunción en griego, y que puede tener tres principales usos: 1) Indicando una semejanza o comparación (como, así como, tal como, según); 2) Indicando una causa, con un valor causal (porque); 3) Con un valor temporal (cuando).

Luego, en las versiones de la Biblia, como en los comentarios bíblicos se puede constatar que estas tres principales acepciones han hallado aceptación por unos o por otros.

Como se puede ver, optamos por el valor temporal (cuando), si bien es también acertada la opción del valor causal (porque).

Mi consejo es que no hay que ser dogmáticos en este punto.

La expresión (sintagma preposicional) «en autó»

Por un lado, lo primero que hay que poner de relieve es a quién hace referencia el sintagma «en autó».

Pienso que no debería ser un problema admitir que el antecedente de la expresión «en autó» (preposición «en» más pronombre anafórico en caso dativo) hace referencia al «tu kiríu jemón iesú xristú» («de nuestro Señor Jesús el ungido»), del versículo 3 (ya que coinciden en lo que exige la morfosintaxis griega: en género y en número).

Por otro lado, no es posible perder de vista que la expresión «en autó» puede ser asumida, principalmente, de tres maneras.

En primer lugar, ha sido asumida por muchos, tal vez la mayoría, en sentido locativo: «en él» (en Jesús el ungido).

Pero y, en segundo lugar, otros la han asumido con el valor de un complemento circunstancial de compañía: «con él», «junto a él» (junto a Jesús el ungido), por ejemplo, «con él» («Nueva Biblia Española», Schokel y Mateos, 1975), y la «Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras» («en unión con él»).

De todos modos y, en tercer lugar, todavía cabe otra posibilidad (por la que nosotros optamos), o sea, asumirla con el valor de un «dativo de agencia personal intermediaria»: «por medio de», «a través de» (por medio de Jesús el ungido, a través de Jesús el ungido).

La razón por la cual optamos por el «dativo de agencia»

En primer lugar, si bien es cierto que la preposición griega «en» con el caso dativo puede expresar el llamado «dativo locativo», y que ese era su uso dominante en el griego clásico y en el griego koiné; no es posible perder de vista que en la llamada «koiné bíblica» es de uso común el empleo de dicha preposición, por supuesto, con el «caso dativo» (sin importar el género y el número) con un valor instrumental (para indicar la cosa, el instrumento o medio no personal utilizado por el agente o sujeto para realizar una determinada acción verbal).

En segundo lugar, aunque es raro, existe también el «dativo de agencia» (que implica un agente personal intermediario) por el cual se realiza la acción del verbo.

En tercer lugar, a la luz del uso instrumental de la preposición griega «en» más el caso dativo, y considerando el posible «dativo de agencia»; nos hemos inclinado por asumir la expresión «en to» con el sentido de un «dativo de agencia» (por medio de él, por medio de Jesús el ungido).

En cuarto lugar, traigo a colación la propuesta de traducción del profesor Roberto Hanna («Ayuda gramatical para el estudio del Nuevo Testamento Griego») respecto de la frase «en jristó iesú» (la misma preposición «en» más el caso dativo) en Romanos 8.2.

En tal sentido, si bien, tal vez la mayoría, ha traducido la expresión «en jristó iesú» en sentido locativo: «en Cristo Jesús»; sin embargo, concuerdo con el profesor Hanna y con la quinta edición de La Biblia de Jerusalén 2018, 2019 que la tradujo: «a través de Cristo Jesús» (dativo de agencia).

En quinto lugar, pienso que no es posible perder de vista el empleo de la expresión «dia iesú jristú» (la preposición «diá» más el caso genitivo (genitivo de agencia, genitivo de agencia intermediaria personal), significando: «por medio de Jesús el ungido» (habiéndonos predestinado -nos predestinó- por medio de Jesús el ungido).

En sexto lugar y, finalmente, creo que no debería ser muy difícil ver el paralelismo entre la expresión «en aútó» del versículo 4 («por medio de él», «por medio de Jesús el ungido»: «nos escogió antes de la fundación del mundo por medio de Jesús el ungido»); y la expresión «dia iesú jristú» del versículo 5: («habiéndonos predestinado para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesús el ungido»).

La expresión (sintagma preposicional) «en agápe»

Una vez más volvemos a encontrar un sintagma preposicional conformado por la ya explicada preposición griega «en» más el caso dativo (en este caso, el dativo singular del sustantivo «agápe»).

Consecuentemente, respecto de lo que dijimos en relación a los también sintagmas preposicionales «en jristó» (versículo 3) y «en autó» (versículo 4), también asumimos el sintagma «en agápe» como un dativo instrumental (por el amor).   

Vale decir que también «La Nueva Biblia Española» (Schokel y Mateos, Cristiandad 1975) también optó por asumir el sintagma «en agápe» como un dativo instrumental («por el amor»).

En conclusión, a la luz de todos los factores aquí considerados, reiteramos nuestra no perfecta, pero acertada propuesta de traducción de Efesios 1.4:

«Que nos bendijo con…» (versículo 3) «Cuando nos escogió por medio de él antes de la fundación del mundo, para que por el amor seamos santos e irreprochables en su presencia».

A propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el primer año, desde cero, que iniciará el sábado 7 de junio, y de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el segundo año», un curso profesional, de actualización, profundización y especialización en la gramática y sintaxis del griego koiné, que inició hace dos semanas.  

Como siempre, a manera de ilustración, anexo una imagen con el objetivo de hacer más comprensibles estas líneas.

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La voz gramatical griega en relación a la muerte y la resurrección de Jesús



La voz gramatical griega en relación a la muerte y la resurrección de Jesús

Nociones de morfosintaxis griega (griego clásico y griego koiné)

Héctor B. Olea C.

Hablar de la voz gramatical, accidente o categorial accidental del verbo, obliga a hablar de la figura llamada «agente».

En gramática se llama «agente» al responsable de una acción verbal.

Luego, en una oración en voz activa (construcción activa) el «agente» de la acción verbal coincide con el llamado «sujeto gramatical» de un verbo de acción.

Consecuentemente, el sujeto de una oración en voz activa, que tiene como núcleo del predicado (o sintagma verbal predicado) un verbo de acción, es llamado «sujeto agente».

Pero en una oración en voz pasiva (en construcción pasiva), el «sujeto» no coincide con el «agente», pues es más bien un «sujeto paciente» (un sujeto que no es responsable de la acción verbal).

En consecuencia, en una oración en voz pasiva (construcción pasiva perifrástica), el «agente» aparece como un complemento, llamado «complemento agente».

Característica del «agente» en la lengua griega 

En un artículo disponible en la red, titulado «La función semántica agente en griego antiguo», el profesor Rafael Martínez Vázquez, presenta cuatro características del prototipo de agente, cito:

1)  Animidad: es un ser animado y consciente.

2)    2) Voluntariedad: está dotado de voluntad y actúa voluntariamente.

3)    3) Control: ejerce control sobre la acción, esto es, decide llevarla a cabo, y es responsable de su realización.

4)    4) Ejecución: realiza la acción interviniendo directamente en ella.

En consecuencia, ya sea como «sujeto agente» (en una oración en construcción activa) o como «complemento agente» (en una oración en construcción pasiva), el «agente» es el responsable directo de la acción verbal.

Y el objeto o complemento directo (en una oración en construcción activa) y sujeto paciente (en una oración en construcción pasiva), reciben directamente la acción verbal (no son responsables de la misma, la cual puede beneficiarlo o perjudicarlo).

La voz gramatical griega en Marcos 8.31

Tomando como versión de referencia la tan popular Reina Valera 1960, Marcos 8.31 dice:

«Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días».

Análisis del empleo de la voz activa y pasiva en el texto griego de Marcos 8.31

En primer lugar, el griego detrás de la traducción «padecer», es «pazéin», infinitivo aoristo segundo, voz activa, del verbo «pásjo» (sufrir, padecer, experimentar dolores).  

En segundo lugar, el griego detrás de la traducción «ser desechado», es «apodokimaszénai», infinitivo aoristo primero voz pasiva del verbo «apodokimázo» (rechazar, excluir, desechar).

En tercer lugar, el griego detrás de la traducción ser muerto, es «apoktanzénai», infinitivo aoristo primero, voz pasiva, del verbo «apoktéino» (darte muerte, matar, hacer morir).

En cuarto lugar, el griego detrás de la traducción «resucitar», es «anasténai», infinitivo aoristo, voz activa, del verbo «anístemi» (ponerse en pie, levantarse, resucitar, volver a la vida).

En resumen, para el Evangelio de Marcos, Jesús es «sujeto paciente» (respecto de su muerte: le es arrebatada la vida), pero «agente» respecto de su resurrección (él resucita, él resucitó).

La voz gramatical griega en Mateo 16.21

Una vez más, tomando como versión de referencia la tan popular Reina Valera 1960, Mateo 16.21 dice:

«Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día».

Observaciones:

Coincide Mateo 16.21 con Marcos 8.31 en el empleo de: 1) el infinitivo aoristo primero activo «pazéin» (padecer); 2) el infinitivo aoristo pasivo «apoktanzénai» (ser muerto, matado); pero en lugar de emplear el infinitivo aoristo activo «anasténai» (resucitar, ponerse en pie, levantarse), optó por «eguerzénai», infinitivo aoristo primero voz pasiva de «eguéiro» (poner en pie, levantar, resucitar, volver a la vida).

En resumen, concuerda Mateo (16.21) con Marcos (8.31) en describir a Jesús como «sujeto paciente» (respecto de su muerte: le es arrebatada la vida), pero difiere de Marcos al presentarlo también como «sujeto paciente» respecto de su resurrección (él fue resucitado).

La voz gramatical griega en Lucas 9.22

Otra vez, tomando como versión de referencia la tan popular Reina Valera 1960, Lucas 9.22 dice:

«y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día».

Observaciones:

Como Mateo 16.21, coincide Lucas 9.22 con Marcos 8.31 en el empleo de: 1) el infinitivo aoristo primero activo «pazéin» (padecer); 2) el infinitivo aoristo pasivo «apoktanzénai» (ser muerto, matado); pero difiere de Marcos y concuerda con Mateo al optar por «eguerzénai», infinitivo aoristo primero voz pasiva de «eguéiro» (poner en pie, levantar, resucitar, volver a la vida), y no por el infinitivo aoristo activo «anasténai» (resucitar, ponerse en pie, levantarse).

En resumen, concuerda Lucas 9.22 con Marcos (8.31) y con Mateo (16.21) en describir a Jesús como «sujeto paciente» (respecto de su muerte: le es arrebatada la vida), pero difiere de Marcos y concuerda con Mateo al presentarlo también como un «sujeto paciente» respecto de su resurrección (él fue resucitado).

La voz gramatical griega en 1 Corintios 15

Una vez más tomando como versión de referencia la tan popular Reina Valera 1960, en 1 Corintios 15 observamos varias veces (versículos: 4, 12, 13, 14, 15, 16, 17) la traducción «resucitó» (pretérito perfecto simple, pretérito indefinido, pretérito, voz activa).

Sin embargo, el griego detrás de la traducción «resucitó» es siempre «eguérguetai», una forma verbal en tiempo perfecto, pero en voz pasiva.

Observación: La traducción se ha hecho en voz activa, pero el griego tiene la voz pasiva.

Por otro lado, también observamos en 1 Corintios 15 tres veces la traducción «resucitan» (versículos: 15, 16, 29) la traducción «resucitan» (presente voz activa).

Pero el griego detrás de la traducción «resucitan» es (las tres veces) «eguéirontai» (son resucitados), una forma verbal en tiempo presente, voz pasiva, tercera persona del plural, del verbo «eguéiro» (poner en pie, levantar, resucitar, volver a la vida). 

Ahora bien, es posible que algunos argumenten que, con relación a Jesús, la forma verbal «eguéguertai» (en tiempo perfecto voz pasiva), deba asumirse más bien como en voz media (acción reflexiva: Jesús se resucitó a sí mimo).

Sin embargo, si bien es cierto que en el tiempo perfecto griego la morfología de la voz pasiva y de la voz media es la misma, no es menos cierto que asumir estrictamente en voz pasiva la forma verbal «eguéguertai», se justifica en la afirmación de Pablo de que fue Dios quien resucitó a Cristo (1 Corintios 15.15).

En tal sentido, a la luz de 1 Corintios 15.15, la forma verbal en voz activa «égueiren» (resucitó), tiene de agente a Dios, pero a Cristo como objeto directo (fue resucitado).

Por otro lado, es preciso decir que la forma verbal que la versión Reina Valera 1960 tradujo «ha resucitado» en el versículo 20 de 1 Corintios 15, es precisamente la misma forma verbal griega que se tradujo «resucitó» en los versículos: 4, 12, 13, 14, 15, 16, 17, o sea, la forma verbal en voz pasiva «eguéguertai» (está resucitado).

Además, quiero llamar la atención al hecho de que la forma verbal griega detrás de la traducción «resucitarán» (en 1 Corintios 15.35), es la misma forma verbal griega «eguéirontai» (son resucitados), en tiempo presente y en voz pasiva, y que en los versículos 15, 16, 29 se tradujo «resucitan».

En resumen, para Pablo (1 Corintios 15), ningún muerto vuelve a la vida por sí mismo, ni siquiera Jesús (Jesús está resucitado, Jesús fue resucitado: «eguéguertai»).

Para Pablo, Jesús fue resucitado por Dios, y la misma idea tiene respecto de la esperada resurrección escatológica (1 Corintios 15.35: son resucitados, serán resucitados: «eguéirontai»).

La voz gramatical griega y perspectiva de Juan 10.17-18

Otra vez, tomando como versión de referencia la tan popular Reina Valera 1960, en Juan 10.17 y 10 dicen:

«Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre».

Ahora bien, en lo que respecta al texto griego, observamos que el Jesús del Evangelio de Juan es presentado como sujeto agente respecto de disponer de su vida (él la entrega, no se la quitan), y respecto de su resurrección (él mismo retoma su vida).

Estas ideas se ponen de manifiesto de la siguiente manera:

En primer lugar, con la expresión «égo tízemi ten psijén mu» (yo mismo pongo mi vida), y con la expresión «égo tízemi auten apemautú» (yo mismo la pongo por mí mismo).

En segundo lugar, con las expresiones «jína pálin lábo autén» (para tomarla de nuevo), y con las expresiones «exusían éjo zéinai autén» (tengo el poder para ponerla), y «exusían éjo pálin labéin autén» (tengo el poder para tomarla de nuevo).

En resumen, en línea contraria a lo que establecen Marcos, Mateo y Lucas (que Jesús fue muerto, que a él le quitaron la vida); el Evangelio de Juan insiste en que Jesús fue el que puso su vida.

Y en línea contraria a lo que establecen Mateo, Lucas y Pablo (que Jesús fue resucitado, en voz pasiva, que no fue él quien resucitó por sí mismo); el Evangelio de Juan insiste, en armonía con Marcos, en que Jesús fue el que por sí mismo volvió a la vida (que resucitó, no que haya sido resucitado).

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Como siempre, a manera de ilustración, anexo una imagen con el objetivo de hacer más comprensibles estas líneas.

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La morfología temporal y valor aspectual del imperativo griego, Juan 20.17 en el centro de esta cuestión


La morfología temporal y valor aspectual del imperativo griego

Juan 20.17 y otros textos en el centro de esta cuestión

Nociones de griego clásico y de griego koiné

Héctor B. Olea C.

A diferencia del español, el modo imperativo griego tiene tres formas o bases morfológicas y temporales: la del imperativo de presente (voz activa, media y pasiva), la del imperativo aoristo primero o segundo (voz activa, media y pasiva) y la del imperativo del perfecto primero o segundo (activo, medio o pasivo).

Ahora bien, es preciso decir que, en realidad, el modo imperativo griego, en cualquiera de sus tres bases morfológicas y temporales, no expresa tiempo cronológico alguno, sino el valor aspectual de la acción verbal.

En tal sentido, en virtud de la poca presencia del imperativo del perfecto en el Nuevo Testamento (caso ilustrativo Marcos 4.39), nos vamos a concentrar en establecer las principales diferencias que tienen el «imperativo de presente» y el «imperativo aoristo».

Uso del imperativo de presente

El imperativo de presente se usa tanto para ordenar como para prohibir.

Luego, si con el imperativo de presente se hace referencia a una acción verbal ya iniciada, en proceso, en desarrollo; se pide que dicha acción continúe: «estudia», con el sentido de: «sigue estudiando», «continúa estudiando».

Pero si la acción que se exige todavía no ha iniciado, se pide que dicha inicie, continúe y permanezca en el futuro: «comienza a estudiar y sigue estudiando».

Las prohibiciones en el imperativo de presente

Las prohibiciones en el tema de presente sugieren la demanda del cese de una acción en proceso, ya iniciada: «no estudies», con el sentido de «deja de estudiar», «no sigas estudiando» (detalle a tomar en cuenta en el análisis de la presencia del modo imperativo de presente en Juan 20.17).  

Uso del imperativo aoristo (1ero o 2do)

A diferencia del imperativo de presente que se usa tanto para mandar como para prohibir, en el aoristo, el modo imperativo se emplea para ordenar, pero el modo subjuntivo para prohibir.

Sin embargo, hay en el Nuevo Testamento ocho casos raros de prohibiciones con el imperativo aoristo, por ejemplo: Mateo 6.3; 24.17, 18; Marcos 13.15 (dos veces), 16; Lucas 17.31 (dos veces).

Luego, se ha de tomar muy en cuenta que con el imperativo aoristo se exige el inicio de una acción puntual o ingresiva: «estudia», con el sentido de: «ponte a estudiar», «comienza a estudiar», sin hacer referencia a su duración o repetición.

Las prohibiciones en el subjuntivo aoristo (1ero y 2do)

Como ya dijimos, el imperativo aoristo no se emplea para redactar mandatos negativo o prohibiciones, sino el modo subjuntivo.

Pero las prohibiciones en el subjuntivo aoristo procuran evitar el inicio de una determinada acción: «no estudies», con el sentido de: «no te pongas a estudiar», «no comiences a estudiar».

Ambigüedad morfológica del imperativo de presente de la segunda persona del plural

No es posible perder de vista que, en griego, la morfología de la segunda persona del plural en el modo imperativo, es exactamente la misma morfología de la misma segunda persona del plural para el modo indicativo.

Por cierto, esta ambigüedad es lo que explica la discusión y confusión en Juan 5.39 respecto de la forma verbal «eraunáte» («eravnáte»), traducida por La Reina Valera 1960 en «modo imperativo» (escudriñad, investigad, escudriñen, investiguen); pero traducida en «modo indicativo» por varias versiones de la Biblia, por ejemplo, La Nueva Biblia española, «estudiáis».

La falta de ambigüedad en la morfología del imperativo aoristo

Es preciso estar al tanto de que la ambigüedad que existe en el «tema de presente» entre la forma o morfología de la segunda persona del plural (modo indicativo) y la forma o morfología de la segunda persona del plural en el «modo imperativo»; no existe, sin embargo, en el tema del aoristo.

Esto así porque la morfología de la segunda persona del plural en el modo indicativo ha de exhibir la figura del «aumento» (elemento característico del aoristo primero o segundo, y únicamente en el modo indicativo).

Pero no así la segunda persona del plural en el modo imperativo aoristo, porque la figura del «aumento» sólo está presente en los tiempos históricos en el modo indicativo.

La problemática del imperativo griego presente en Juan 20.17

En Juan 20.17 se encuentra la expresión «me mu jáptu». Pero la mejor comprensión de dicha frase, así como su adecuada traducción, demanda considerar seriamente dos cosas: la morfología de la forma verbal «jáptu», y la voz gramatical de la misma.

En tal sentido y, en primer lugar, se ha de tener en cuenta que la morfología de la forma verbal «jáptu», indica que es una forma verbal en «modo imperativo», pero un imperativo en el tema temporal del presente, no la morfología de un imperativo en el tema temporal del aoristo.

En segundo lugar, que la sintaxis de la expresión «me mu jáptu» indica que estamos ante una prohibición que, con un «imperativo de presente» hace referencia a la exigencia del cese de una acción verbal ya en desarrollo, en proceso.

Por supuesto, de haber estado en el tema temporal del aoristo, la morfología no sería «jáptu», sino forma «jápse».

Ahora bien, mientras que la expresión «me mu jáptu» (presente en Juan 2017, mandato negativo o prohibición en el tema temporal del presente) señala el intento por ponerle fin a una acción ya en desarrollo; la redacción empleando el subjuntivo aoristo (forma de redactar una prohibición en el tema temporal del aoristo), demandaría la redacción «me mu jápse» (señalando el intento por evitar el inicio de una acción verbal).

Consecuentemente, mientras que «me mu jáptu» se ha de traducir: «no me sigas tocando», «suéltame»; la expresión «me mu jápse» se ha de traducir: «no intentes tocarme», «no comiences a tocarme».  

Por cierto, es preciso poner de relieve que la ambigüedad mencionada respecto de la forma verbal «eraunáte» («eravnáte») en Juan 5.39, y de la forma verbal «pistéuete» («pistévete») en Juan 14.1; no existe respecto de Juan 20.17.

La voz gramatical de la forma verbal «jáptu»

A la luz del «Diccionario del griego bíblico, Setenta y Nuevo Testamento», de Amador Ángel García Santos, del «Diccionario griego español del Nuevo Testamento», de Inmaculada Delgado Jara y del «Diccionario griego español de griego clásico VOX», de José M. Pabón, «jáptu» sería una forma verbal en voz media, del verbo «jápto» (que en voz activa significa “encender”, “iluminar”, “tocar con fuego, y va regido por el caso acusativo); pero que en la voz media (regido por el genitivo, significa:  “tomar”, “agarrar”, “coger”, “tocar”, “alcanzar”, “tomar para sí”, “perjudicar”, “injuriar”.

En resumen, en conclusión, en virtud que la expresión «me mu jáptu» indica el intento por hacer que cese una acción verbal ya en desarrollo, una traducción adecuada de dicha expresión debe ir en la siguiente línea: «No me sigas tocando», «deja de tocarme», «suéltame».  

Luego, y, en tal sentido, es inadmisible la traducción «no me toques» (sin más) que nos ha regalado la versión Reina Valera 1960 y otras.

A propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el primer año, desde cero, que iniciará el sábado 7 de junio, y de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el segundo año», un curso profesional, de actualización, profundización y especialización en la gramática y sintaxis del griego koiné, que inició el pasado sábado.

Como siempre, a manera de ilustración, anexo una imagen con el objetivo de hacer más comprensibles estas líneas.

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«Y habiendo dado gracias…» en el contexto de la «última cena», nociones de griego koiné


«Y habiendo dado gracias…» en el contexto de la «última cena»

Sobre el tiempo cronológicamente relativo del participio adverbial griego

Nociones de griego clásico y koiné

Héctor B. Olea C.

En los relatos evangélicos, sobre la llamada «ultima cena», los evangelios sinópticos y Pablo consistentemente emplearon el participio apositivo (participio adverbial), «eujaristésas», un participio, por regla, sin el artículo determinado, de tiempo aoristo (primero), en caso nominativo, masculino singular, del verbo «eujaristéo» (verbo contracto), que significa: estar agradecido, sentirse agradecido, dar gracias («Diccionario del griego bíblico, Setenta y Nuevo Testamento», de Amador Ángel García Santos, Verbo Divino, segunda edición revisada y ampliada, 2016).

Y para las personas interesadas en el análisis estadístico, la referida obra de Amador Ángel García Santos, precisa que el verbo «eujaristéo» ocurre seis (6) veces en la clásica versión griega de la Biblia Hebrea (Septuaginta), pero treinta y ocho (38) veces en el Nuevo Testamento.

Ahora bien, es preciso poner de relieve algunos detalles sobre el empleo del participio «eujaristésas» por los evangelistas de la llamada «tradición sinóptica» y por Pablo (1 Corintios 11.24), indicando siempre una acción verbal con un tiempo cronológico relativo, que tiene lugar antes que una forma verbal también de tiempo aoristo y en el modo indicativo.   

En primer lugar, Marcos 14.23 precisa que Jesús, después de tomar la copa, les dio a sus discípulos, pero «después de haber dado gracias» («eujaristésas»).

En tal sentido, en Marcos, como participio aoristo (primero), «eujaristésas» expresa una acción que tiene lugar antes de la forma verbal «édoken» (dio), una forma verbal también en tiempo aoristo (primero), en el modo indicativo.

En resumen, en Marcos, «eujaristésas» expresa un tiempo cronológicamente relativo y que señala una acción verbal que tiene lugar antes que la forma verbal «édoken» (después de dar gracias, habiendo dado gracias, como hubo dado gracias, les dio).

Por su parte y, en segundo lugar, en relación a Mateo hay que decir que éste va en la misma línea de Marcos, y que emplea el participio aoristo «eujaristésas» exactamente en la misma forma que Marcos; o sea, indicando que Jesús, después de haber tomar la copa, les dio de la misma a sus discípulos, pero no sin antes haber dado gracias («eujaristésas»).

Consecuentemente, observamos que en Mateo 26.27 el participio aoristo primero «eujaristésas», expresa una acción que tiene lugar antes de la forma verbal «édoken» («dio», la misma forma verbal que usó Marcos).

Luego, en Mateo, como en Marcos, «eujaristésas» expresa un tiempo cronológico relativo y señala una acción verbal que tiene lugar antes que la forma verbal «édoken» (después de dar gracias, habiendo dado gracias, como hubo dado gracias, les dio).

En tercer lugar, con relación a Lucas (22.17, 19), es preciso poner de relieve algunas peculiaridades.

Por un lado, como Marcos y Mateo, Lucas también emplea el participio «eujaristésas» después de señalar que Jesús había tomado la copa; pero aquí el participio «eujaristésas» expresa un tiempo cronológico relativo, una acción verbal que tiene lugar antes de una forma verbal en tiempo aoristo (segundo), «éipen» («dijo»: después de dar gracias, dijo), y no, como en Marcos y Mateo, en relación a la forma verbal también en tiempo aoristo «édoken» («dio»: después de dar gracias, dio).

Por otro lado, Lucas, a diferencia de Marcos y Mateo, también emplea el participio «eujaristésas» en relación a la acción de partir (fragmentar) y compartir el pan, no sólo en relación a compartir el contenido de la copa.

En tal sentido, Lucas 22.19 establece que, después de haber tomado el pan, Jesús, antes de partirlo y darlo a sus discípulos, primero «dio gracias» («eujaristésas»).

Consecuentemente, en Lucas 22.19, el participio «eujaristésas» expresa un tiempo cronológicamente relativo y señala una acción verbal que tiene lugar antes que las dos formas verbales en tiempo aoristo, «éklasen» (partió, fragmentó) y «édoken» (dio).

En cuarto lugar, con relación a Pablo (1 Corintios 11.24), es preciso decir que éste emplea el participio «eujaristésas» en la misma línea que Lucas 22.19, o sea, en relación a la acción de partir o fragmentar el pan (a diferencia de Marcos y Mateo).

Consecuentemente, en Pablo (1 Corintios 11.24), el participio «eujaristésas» expresa un tiempo cronológicamente relativo, una acción verbal que tiene lugar antes que dos formas verbales en tiempo aoristo, «éklasen» (partió, fragmentó el pan), presente en Lucas 22.19, y la forma verbal «éipen» (dijo), presente en Lucas 22.17.   

Luego, no es posible obviar que, desde el punto de vista de la crítica textual, las formas verbales «tomen» (tomad) y «coman» (comed), dos imperativos aoristos, presentes en Mateo 26.27; sin embargo, se consideran una interpolación posterior, un añadido en 1 Corintios 11.24.

En tal sentido, el comentario al texto griego, de Bruce M. Metzger, plantea que, si estas palabras hubieran formado parte del relato original de Pablo, no hay ninguna buena razón que explique su ausencia en el Papiro 46 (cerca del año 200), y en los códices unciales Sinaítico (siglos IV), Alejandrino (siglo V), Vaticano (siglo IV), entre otros. 

Luego, siguiendo esta misma pista desde el punto de vista de la crítica textual, la obra «Los libros del Nuevo Testamento, traducción y comentario» (TROTTA, 2021) del profesor Antonio Piñero, traduce 1 Corintios 11.24 en la siguiente manera: “y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo por vosotros; haced esto en recuerdo mío”.

A propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el primer año, desde cero, que iniciará el sábado 7 de junio, y de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el segundo año», un curso profesional, de actualización, profundización y especialización en la gramática y sintaxis del griego koiné, que inició el pasado sábado.

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Dos características peculiares de la tercera declinación griega (grego clásico y griego koiné)


Como habíamos anunciado, anoche dimos inicio al segundo año de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el segundo año», un curso profesional, de actualización, profundización y especialización en la gramática y sintaxis del griego koiné.

Por cierto, esta etapa de nuestro curso de griego inició con la introducción al estudio completo y detallado de la tercera declinación (la primera y la segunda declinaciones las estudiamos el primer año del curso).

En tal sentido, a manera de ilustración, adjunto una imagen donde expongo parte de lo estudiado anoche.  

Día y horario: sábados 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Chile y Argentina.

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

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«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23.34) Crítica textual, gramática y teología


«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23.34)

Crítica textual, gramática y teología  

Héctor B. Olea C.

¿Por qué la primera parte del texto griego de Lucas 23.34 está entre «corchetes dobles» (NA28)?

“Los corchetes dobles en el texto indican que se sabe que la porción del texto incluida entre ellos, normalmente algo extensa, no formaban parte del texto original, pero fueron añadidas en una etapa muy posterior de la tradición. Se incluyen en el texto de ese modo, por su antigüedad y por la posición de que han disfrutado tradicionalmente en la iglesia” (Introducción a la quinta edición revisada del Nuevo Testamento Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas, y en la introducción del Novum Testamentum Graece Nestle-Aland Edición 28).

Consecuentemente, la consideración del texto de Lucas 23.34 en algunas versiones de la Biblia, nos pone al tanto de la problemática que, desde el punto de vista de la crítica textual, tiene el texto en cuestión.

Observemos:

1) La «Nueva Versión Internacional» “-Padre-dijo Jesús-, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús”. Pero en una nota al pie de página, haciendo referencia a la primera parte del versículo, puntualiza: “Variante textual no incluye esta oración”.

2) La obra «Todos los evangelios, traducción íntegra de las lenguas originales de todos los textos evangélicos conocidos», de Antonio Piñero, traduce a Lucas 23.34 de la siguiente manera: “Y para repartirse sus vestidos los echaron a suertes”. Y en una nota al pié de página observa: “La primera parte de este versículo, que no aparece en nuestra traducción, es una interpolación (una añadidura o adición)”.

3) La obra «Los libros del Nuevo Testamento, traducción y comentarios», de Antonio Piñero, traduce a Lucas 23.34 de la siguiente manera: “[Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».] «Y echaron suertes mientras se repartían sus vestidos».

Y lo comenta en la siguiente manera: “[Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen»]: esta primera parte del versículo está impresa entre corchetes en NA28, ya que los editores se sienten incapaces de dilucidar si esta frase pertenecía al texto original de Lc o no. El número y calidad de los manuscritos están equilibrados. El P75 la omite, pero el Sinaítico la atestigua; el Vaticano y el códice Beza la omiten en la primera versión. De cualquier modo, el vocabulario (el vocativo «Padre», y la idea de rezar por los enemigos son lucanos: 10.21; 11.2 y 6.28); la ignorancia de las gentes como paliativo del pecado de haber condenado a Jesús aparece también en Hch (3.17; 7.60 y 13.27).

La explicación del comentario al texto griego de Bruce M. Metzger

El «Comentario Textual al Nuevo Testamento Griego» de Bruce M. Metzger, comentado a Lucas 23.34, afirma:  “La ausencia de estas palabras en testigos tan tempranos y diversos como P75, B, D*, W, Q, it-a-d, sir-s, cop-sa-bomss al, resulta de lo más impresionante, y difícilmente puede explicarse como una escisión deliberada por parte de los copistas que, al considerar que la caída de Jerusalén era una prueba de que Dios no había perdonado a los judíos, no pudieron permitir que pareciera que la oración de Jesús había quedado sin respuesta. Al mismo tiempo, el logion, aunque probablemente no formó parte del evangelio original de Lucas, ofrece pruebas que hablan por sí mismas de su origen dominical, y fue retenido, entre corchetes, en el lugar tradicional en que fue incorporado por copistas anónimos, en una época relativamente temprana en la transmisión del tercer evangelio.”

La perspectiva de Raymond E. Brown (La muerte del Mesías)

“La primera parte del versículo es omitido en testimonios textuales significativos, algunos de ellos muy tempranos; pero se encuentra en otros códices griegos importantes y en versiones primitivas.

Éste es uno de esos casos donde el peso de los testimonios textuales a un lado y al otro casi se equilibra. Lo que resulta es que ya en el siglo II unas copias de Lucas tenían el texto de 23.34a y otras no. De tal situación se desprenden las siguientes posibilidades sobre el origen la plegaria:

• Fue pronunciada por Jesús (en el contexto de la crucifixión o en cualquier otro) y conservada únicamente por Lucas. Algunos copistas posteriores, encontrándola inaceptable, la eliminaron.

• Fue pronunciada por Jesús, pero no conservada por Lucas. Estuvo circulando como un dicho independiente hasta que, ya en el siglo II, un copista consideró que armonizaba con los sentimientos de este evangelio. Otros copistas no conocían su existencia. (Una historia similar se atribuye al relato sobre la mujer sorprendida en adulterio, que acabó insertado al comienzo de Juan 8.).  

• No fue pronunciada por Jesús, sino formulada por Lucas (o en la inmediata tradición pre-lucana) como una apropiada expresión de lo que Jesús pensaba: en realidad perdonó en silencio. Algunos copistas posteriores, encontrándola inaceptable, la eliminaron.

• No fue pronunciada por Jesús, sino formulada en el pensamiento cristiano posterior como apropiada a Jesús, y acabó siendo insertada en el relato de la pasión lucano por un copista, quien juzgó ese lugar un contexto idóneo.”

Finalmente, Raymond E. Brown concluye: “Por ironía, la frase quizá más bella del relato de la pasión es dudosa desde el punto de vista crítico-textual. El sentimiento subyacente a ella constituye la esencia de la manera cristiana de responder a la hostilidad.

Este dicho de Jesús fue seguramente uno de los principales factores que llevaron a Dante a calificar a Lucas como "el escriba de la mansedumbre de Cristo". Para algunos, si Jesús no las pronunció, las palabras de 23.34 carecen de importancia religiosa. Para otros, si Lucas no las escribió, representan un simple sentimiento apócrifo. Para otros, en fin, aun reconociendo el valor de una respuesta afirmativa con respecto a alguno de los dos puntos anteriores, el largo uso de esas palabras por los cristianos significa que han adquirido autoridad normativa.

Si fueron añadidas por un escriba, la percepción de ese escriba llegó a ser una interpretación auténtica del Cristo lucano. Pero con demasiada frecuencia, por desdicha, el verdadero problema no ha sido la falta de esta plegaria en el texto, sino su ausencia de los corazones” («La muerte del Mesías», tomo II, páginas 1,158-1, 165, Verbo Divino, 2006).

El testimonio del Evangelio de Nicodemo (apócrifo)

Por otro lado, un dato interesante es que a pesar del problema de Crítica textual que enfrenta Lucas 23.34, lo cierto es que la expresión que está en cuestión en dicho texto, sí se la encuentra en el evangelio apócrifo de Nicodemo («Evangelio de Nicodemo», conocido también como «Actas de Pilato»), cito: “… De manera semejante colgaron a los dos malhechores. Jesús decía: «Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen»” (capítulo 10.1)

El problema gramatical: la interpretación de la forma verbal «éleguen»   

La consideración del texto griego de Lucas 23.34 nos pone al tanto de la presencia de la forma verbal «éleguen» (imperfecto, voz activa, modo indicativo, tercera persona del singular, de «légo»: yo digo), y no el empleo de la forma verbal «éipen» (aoristo segundo, voz activa, modo indicativo, tercera persona del singular, del mismo verbo «légo»).

En todo caso, si bien el llamado «imperfecto durativo» (decía, estaba diciendo) es el sentido más frecuente del imperfecto griego; sin embargo, no podemos obviar el llamado «imperfecto ingresivo» (una forma verbal en tiempo imperfecto, pero con el valor del aoristo griego y del pretérito del español: dijo).

En efecto, el aparato crítico de la Edición 28 del Nuevo Testamento Griego Nestle-Aland, incluye la nota: «éipen loco éleguen» («éipen» en lugar de «éleguen páter» A, manuscrito Alejandrino). 

Por puesto, el asumir a «éleguen» como un «imperfecto durativo», ha llevado a muchas personas a pensar que Jesús estuvo repitiendo incesantemente, o por lo menos varias veces, la frase: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».

En resumen, las versiones de la Biblia que han traducido «decía», es porque han asumido la forma verbal «éleguen» como un «imperfecto durativo»; pero las versiones de la Biblia que han traducido «dijo», es porque optaron por interpretar dicha forma verbal («éleguen») como un «imperfecto ingresivo» o «imperfecto aorístico» (acción puntual).

Una evidencia a favor de «éleguen» como imperfecto ingresivo o aorístico

Favorece aquí el sentido de «éleguen» como imperfecto ingresivo o aorístico (imperfecto de acción puntual), la forma verbal «élzon» (aoristo segundo, voz activa, modo indicativo, tercera persona del plural, del verbo «érjomai»: desplazarse de un lugar a otro, yo voy, yo llego, etc.), presente inmediatamente en el versículo anterior (33).    

Entonces, el orden de los eventos sería el siguiente: “Y cuando llegaron (y al llegar) al lugar llamado de la calavera (calavera, el lugar de la calavera), Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (porque no saben lo que están haciendo).

En conclusión: ¿Pronunció Jesús las palabras que conforman la primera parte de Lucas 23.34?

Respuesta: Probablemente sí, probablemente no. De todos modos, a la luz de la Crítica textual, el que Jesús haya dicho tales palabras es un hecho que está seriamente cuestionado, lo que dificulta el que se dé una respuesta positiva con la más absoluta seguridad a la pregunta planteada, a la ligera, de manea acrítica y simplista, sólo porque resulten convenientes desde el punto de vista teológico.  

Muy a propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», el primer año, desde cero, que inició el martes 4 de marzo, y del «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», el segundo año, un curso de continuación y profundización, que inicia este sábado 5 de abril.

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

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