Katál no es pasado, yiqtól no es futuro
Breves, puntuales y oportunas observaciones
sobre el verbo hebreo
Cuestiones de lingüística, gramática y
traducción bíblica
Héctor B. Olea C.
Como es
sabido, no es precisamente legítimo, respecto del hebreo bíblico, hablar de la
categoría accidental «tiempo». En otras palabras, no es adecuado, a priori,
fuera de contexto, hablar de pasado, presente o futuro respecto de las formas
verbales en la Biblia Hebrea.
Esto así
porque en realidad el verbo hebreo tiene más bien dos estados o formas que más
bien apuntan al «aspecto» o «valor aspectual» (forma en que se concibe la
acción del verbo) y no precisamente al valor temporal (momento en que se supone
que ocurre o tiene lugar la acción verbal).
En tal
sentido, puntualiza Enrique Farfán Navarro:
“El
perfecto expresa una acción terminada, un hecho ocurrido. Corresponde a nuestro
perfecto (he amado), pluscuamperfecto (había amado), imperfecto (amaba),
presente (yo amo) sobre todo en verbos estativos o verbos que indican un
estado, situación o cualidad del sujeto) y hasta el futuro (que así se indica
certísimo).
El imperfecto
expresa una acción por realizar o por terminar, un hecho futuro. Corresponde
sobre todo a nuestro futuro, pero también a nuestro presente (yo amo) si se
considera que la acción suele repetirse, e imperfecto (yo amaba), si se
considera el proceso, la duración de la acción. Incluye a menudo las nociones
de poder, deber, querer («Gramática elemental del hebreo bíblico», página 52),
Por otro
lado, una forma común de hacer referencia a estos dos estados o formas del
verbo hebreo es katál (el perfecto) y yiqtól (el imperfecto).
Otra forma
de hacer referencia a los mismos dos estados o formas fundamentales del verbo
hebreo son: «conjugación a-formativa» (el perfecto o katál, pues en su
conjugación la morfología del verbo exhibe, a partir de la tercera persona
femenina singular, unas desinencias propias para cada persona gramatical, pero
no sufijos); y la «conjugación pre-formativa» (el imperfecto o yiqtól, pues en
su conjugación la morfología del verbo exhibe, en todas las personas gramaticales,
unos sufijos característicos, además desinencias o sufijos en algunas de las
personas gramaticales: en la segunda persona femenina singular, una misma
desinencia para la tercera persona masculina singular y para la segunda persona
masculina plural, y una misma desinencia, más bien una misma morfología para la
tercera persona femenina plural y para la segunda persona femenina también
plural).
En todo
caso, es preciso decir que en la «conjugación pre-formativa» (imperfecto o
yiqtól), son más característicos los sufijos que se adhieren a la conjugación del
verbo en dicha forma, que los sufijos o desinencias personales para cada
persona; a diferencia de la «conjugación a-formativa» (perfecto o katál) donde
el elemento distintivo y diferenciador es más bien la desinencia o sufijo que
se adhiere a la raíz verbal en dicha conjugación o forma.
Por supuesto, es
preciso decir que estas dos formas o estados básicos del verbo hebreo se
mantienen presentes en las siete conjugaciones o construcciones («binyanim») principales
del sistema verbal hebreo: 1) la conjugación «qal» (activa transitiva, pero con
un participio activo y pasivo); 2) la conjugación «nifal» (pasiva y reflexiva);
3) «piel» (matiz intensivo activo); 4) «pual» (pasiva); 5) «jifil» (causativa
activa); 6) «jofal» (causativa pasiva); 7) «jitpael» (intensiva reflexiva).
Luego,
como en realidad la «forma a-formativa» (katál o perfecto) y la «forma pre-formativa»
(yiqtól o imperfecto) indican más bien el aspecto de la acción verbal y no
precisamente el valor temporal de las mismas; se comprende el valor e
importancia del contexto (además de la sintaxis) para establecer el valor
temporal de una forma verbal hebrea «a-formativa» o «pre-formativa» en la
Biblia Hebrea.
En tal
sentido, nos parecen muy oportunas aquí, las palabras de Moisés Chávez:
“Como
dijimos, el perfecto equivale a nuestro pretérito o pasado (en sentido
estricto, al pretérito perfecto simple del español), pero sólo cuando sus
formas aparecen independientes. Dentro de combinaciones sintácticas la noción
del tiempo es relativa, y éste (el tiempo) se establece más bien por el sentido
total de la oración” («Hebreo Bíblico texto programado», tomo I, página 196).
Por
supuesto, en relación al hebreo moderno, es preciso decir que la «forma a-formativa»
(perfecto, katál) es estrictamente equivalente al pretérito perfecto simple del
español (yo amé) y la «forma pre-formativa» (imperfecto o yiqtól) es equivalente
a nuestro futuro.
Para el
presente (activo), el hebreo moderno emplea el participio activo de la «conjugación
a-formativa» (katál o perfecto), con los pronombres personales: «aní shomér»
(yo guardo), «anájnu shomerím» (nosotros guardamos), «anájnu shomerót»
(nosotras guardamos), etc.
Finalmente,
como caso ilustrativo, en lo que a la Biblia Hebrea respecta, quiero analizar
dos formas verbales presentes en Génesis 29.5.
Dichas
formas verbales son «jaidatém» (forma verbal en estado perfecto o katál, de la
segunda persona masculina plural, ustedes masculino, con la «je»
interrogativa), y «yadánu» (forma verbal en estado perfecto o katál, de la
primera persona común plural: nosotros, nosotras).
Consecuentemente,
que las formas verbales «jaidatém» y «yadánu» estén en estado perfecto o katál,
no implica que puedan y deban traducirse aquí en el tiempo pretérito perfecto
simple del español o castellano: ¿conocieron ustedes?, y «nosotros conocimos».
En
realidad, por el contexto general de la oración, su valor temporal es de tiempo
presente (¿conocen ustedes?, conocemos), como en efecto lo han comprendido muy
bien la generalidad de las versiones de la Biblia en español:
Por
ejemplo: La Biblia de Jerusalén 1998 y 2018 (¿conocéis?, conocemos), La Reina
Valera 1960 (¿conocéis?, conocemos), La Nueva Traducción Viviente (¿conocen?,
conocemos), La Nueva Versión Internacional (¿conocen?, claro que sí), La Biblia
de las Américas (¿conocéis?, conocemos), La Reina Valera Actualizada 2015 (¿conocen?,
conocemos), La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (¿conocen?,
conocemos), La Nueva Biblia Española (¿conocéis?, sí), La Versión Popular Dios
Habla Hoy (¿conocen?, conocemos), La Biblia Hebreo Español de Moisés Katznelson
(¿conocéis?, conocemos).
Por
supuesto, es acertada la versión griega de la Biblia Hebrea (Septuaginta, LXX)
cuando tradujo la forma verbal «jaidatém» con la forma verbal «guinóskete» (en
tiempo presente, voz activa, modo indicativo, segunda persona del plural:
¿conocen ustedes?) y la forma verbal «yadánu» con la forma verbal «guinóskomen»
(en tiempo presente, voz activa, modo indicativo, primera persona del plural: nosotros
conocemos).
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