Héctor B. Olea C.
Muy a propósito de nuestro «Curso online de
Gramática castellana aplicada al análisis gramatical de los textos bíblicos (Biblia
Hebrea, Septuaginta, Nuevo Testamento Griego)», que inicia el lunes 4 de
noviembre.
A propósito de nuestro «Curso online de
griego koiné (estudio completo de la gramática del idioma original del Nuevo
Testamento)», que inicia el miércoles 8 de enero 2020.
Resulta que en una cadena de mensajes por
Whatsapp, un amigo compartió la que él entiende y asume como una acertada
traducción y exégesis de Lucas 13.3, cito: «No, antes si no os estén arrepintiendo,
todos pereceréis igualmente».
Ahora bien, el referido amigo justifica tal
traducción en que varias obras de gramática griega ponen de relieve la diferencia
de aspecto que, por lo general, se mantiene en todos los modos, entre las
formas del verbo en el tema de presente (acción lineal y durativa), en
contraste con el aspecto de acción puntual e ingresiva del tema del aoristo.
Sin embargo, pierde de vista el amigo en
cuestión que hay otros elementos en juego que evidentemente él perdió de vista,
o es que sencillamente ignora muchos aspectos de la gramática griega.
En todo caso, la frase que se lee en el texto
griego de Lucas 13.3, es: «al eán me metanoéte pántes jomóios apoléisthe».
Luego, hay que decir que la misma frase se
repite en el versículo 5 del mismo capítulo 13 de Lucas, pero con una diferencia.
Dicha diferencia consiste en que en el versículo 3 se empleó el adverbio de
modo «jomóios» (de la misma manera, del mismo modo, de igual modo), mientras
que en el versículo 5 se empleó el también adverbio de modo «josáutos» (igualmente,
del mismo modo).
Por otro lado, considerando la sintaxis de la
frase en cuestión, observamos que estamos frente a una oración condicional,
llamada por algunos, “condición probable de futuro” (por ejemplo, Max Zerwick),
por otros, “condición eventual” (por ejemplo, Ángel Amador García Santos), y “condición
de futuro, “condición futura” (por ejemplo, Gresham Machen).
Pues bien, este tipo de oración condicional
muestra la siguiente estructura sintáctica: la conjunción condicional «eán»
(si, si acaso), más una forma verbal en modo subjuntivo (en la prótasis), y una
forma verbal en futuro del modo indicativo, en la apódosis (incluso una forma
verbal en modo imperativo).
En consecuencia, la condición que es
introducida con la conjunción «eán», apunta a una condición futura, que en
castellano (según la gramática actual) debe ser traducida empleando el imperfecto
del modo subjuntivo (terminado en “ra”).
En efecto, puntualiza Luz Gutiérrez Araus:
“el futuro simple «cantare» (futuro del subjuntivo) ha
caído en
desuso y ha sido suplantado en la actualidad por el imperfecto en «ra» y
«se» (imperfecto del subjuntivo). Sólo aparece utilizado en fórmulas del
tipo de «sea como fuere, venga de donde viniere»,
etc. El lenguaje
jurídico y administrativo, que lo empleaba con bastante frecuencia,
hoy en día tiende a evitarlo” («Introducción a la lengua española», página 161).
Además, conviene señalar que Inmaculada
Delgado Jara («Gramática Griega del Nuevo Testamento», página 200), sugiere
traducir la conjunción «eán» con la locución conjuntiva condicional «si acaso»
(que expresa la posibilidad o contingencia de la acción expresada por el
verbo).
Luego, después de considerar todos los
aspectos mencionados y analizados, traducciones acertadas de la frase «al eán
me metanoéte pántes jomóios apoléisthe» (que leemos en Lucas 13.3, 5), son:
«Pero si ustedes no se arrepintieran, de
igual modo todos ustedes perecerán».
«De igual modo todos ustedes perecerán, si no
se arrepintieran».
«De la misma manera todos ustedes perecerán,
a menos que se arrepientan (en el futuro)».
Por otro lado, si bien es posible mantener
presente el aspecto durativo y lineal del subjuntivo presente, no es menos
cierto que el análisis gramatical (morfosintáctico) de la frase en cuestión, debe
poner de relieve que en realidad estamos aquí frente a una condición eventual,
futura, probable, de cuya realización depende la futura realización de la
apódosis.
En tal sentido, que no se debe exagerar el
aspecto durativo y lineal del subjuntivo presente, en perjuicio de la sintaxis
de una condición eventual, futura, probable; lo constituye el hecho de que en
Juan 15.7, donde volvemos a encontrarnos con una condición eventual, futura,
probable, en lugar del subjuntivo de tiempo presente (de acción lineal y
durativa) tal vez esperado o sospechado por la teología; lo que en realidad
encontramos es un subjuntivo de tiempo aoristo (por lo general de aspecto
puntual e ingresivo), más precisamente dos formas verbales en subjuntivo
aoristo.
En consecuencia, es preciso hacer resaltar
que en la frase «eán méinete en emoí kái tá rhémata mu en jumín méine…
aitésasthe», el texto griego tienen dos
subjuntivos aoristo en la prótasis («méinete» y «méine», ambos del verbo
«méno»: permanezco, quedo), seguidos por un imperativo aoristo en la apódosis («aitésasthe»,
del verbo «aitéo»: ruego, pido, suplico).
Luego, una traducción acertada de la frase
«eán méinete en emoí kái tá rhémata mu en jumín méine… aitésasthe…», es: «Si
acaso ustedes permanecieran en mí, y mis palabras en ustedes, pidan»…, así de
sencillo.