Una perspectiva desde la exégesis bíblica académica
Héctor
B. Olea C.
¿Quién
fue Granville Sharp?
Fue un activista social, músico y erudito
bíblico británico que, según Wikipedia, nació el 10 de noviembre de 1735, y
murió el 6 de julio de 1813.
Según la muy conocida «Gramática griega,
sintaxis del Nuevo Testamento», de Ben Wallace, Granville Sharp publicó un
libro en 1798 sobre sus observaciones en cuanto a la construcción sintáctica: «artículo
+ sustantivo + la conjunción griega kai + sustantivo», en el Nuevo Testamento
Griego (página 183).
Una forma habitual de hacer referencia a
dicha construcción sintáctica es con el acrónimo «ASKS»: «A» (artículo), «S»
(sustantivo), «K» (kai), «S» (sustantivo).
En tales construcciones, plantea Wallace, hay
una relación estrecha entre los dos sustantivos. Los dos sustantivos siempre
tienen algo de unidad. A veces, la unidad puede indicar igualdad o puede
indicar identidad total (página 183).
Granville Sharp estudio la construcción
«ASKS» para determinar cuándo los dos sustantivos hacen referencia a la misma
persona o a la misma cosa.
La regla de Granville Sharp, afirma Wallace, tiene
que ver con la construcción «ASKS», en la que un artículo modifica dos
sustantivos conectados por la conjunción kai (y, también). En tal sentido, un
detalle que no podemos perder de vista es que las observaciones de Granville
Sharp eran relativas a la construcción «ASKS» cuando los sustantivos eran
personales y singulares, pero no eran nombres propios. En tales casos, los dos
sustantivos tenían referencia a la misma persona. Muchos de los ejemplos tenían
que ver con la deidad de Jesucristo (página 183).
¿En qué
consiste la llamada «regla de Granville Sharp»?
La «regla de Granville Sharp» la encontramos
citada y definida en la «Gramática Griega del Nuevo Testamento», de Dana y
Mantey, cito: “Cuando el copulativo «kai» (conjunción copulativa) conecta dos
nombres del mismo caso (en el mismo caso), si el artículo «jo» o cualquiera de
sus casos precede al primero de los dos nombres o participios, y no está
repetido ante el segundo nombre o participio, el último se refiere a la misma
persona que está indicada o descrita por el primer nombre o participio; esto
es, él denota una ulterior descripción de la persona primeramente mencionada”
(página 141-142).
Sin embargo, observa Ben Wallace, que el
error de Dana y Mantey consistió en no explicar que la «regla de Granville
Sharp» tiene validez necesariamente bajo tres condiciones, sólo si se cumplen
tres precisas condiciones.
En otras palabras, en la construcción «ASKS»,
el segundo sustantivo siempre hace referencia a la misma persona descrita por
el primer sustantivo si se cumplen las tres condiciones siguientes:
En primer lugar, los dos sustantivos
involucrados son sustantivos personales (descripciones personales de oficio,
dignidad, conexión, atributos o cualidades).
En segundo lugar, los dos sustantivos son
singulares (están en singular y en el mismo caso).
En tercer lugar, ninguno de los dos
sustantivos son sustantivos o nombres propios (cuando son nombres propios,
siempre son dos personas distintas).
Luego, plantea Ben Wallace, sin el
cumplimiento de estas tres condiciones los dos sustantivos pueden hacer
referencia a la misma persona, pero no necesariamente.
Por otro lado, en el Nuevo Testamento,
puntualiza Ben Wallace, hay 80 casos en los que la construcción «ASKS» cumple
todas las condiciones de la regla. En cada ocasión los sustantivos hacen
referencia a la misma persona. No hay excepción en el Nuevo Testamento (página
183).
¿Confirma
el texto griego de Tito 2.13 la «regla de Granville Sharp»?
Sí. Es más, el texto griego de Tito 2.13
contienen dos construcciones «ASKS», las que también pone de relieve Ben Wallace.
La primera conformada por las palabras «ten elpída kai epifáneian» (con
artículo el primer sustantivo, pero no repetido con el segundo), o sea, dos
sustantivos no personales (que no nombran a una persona), en singular y en caso
acusativo, unidos por la conjunción «kai» (y, también). Traducción: “la esperanza
–bienaventurada- y manifestación”.
La segunda construcción «ASKS» está
conformada por las palabras «theú kai sotéros», esta vez dos sustantivos
comunes, no sustantivos o nombres propios, en singular y en caso genitivo, también
unidos por la conjunción «kai», aunque sin artículo ambos sustantivos. Traducción:
“de Dios y salvador”.
Finalmente, siguiendo a Ben Wallace, otros textos
que confirman la validez de la «regla de Granville Sharp» después de un poco
más de dos siglos, son: Lucas 20.37; Romanos 15.6; 2 Corintios 1.3; 11.31;
Gálatas 1.4; Efesios 1.3; 5.20; Filipenses 4.20; Colosenses 4.7; 1
Tesalonicenses 1.3; 3.11, 13; 1 Timoteo 6.15; Hebreos 12.2; Jacobo (Santiago)
1.27; 3.9; 1 Pedro 2.25; 5.1; 2 Pedro 1.1, 11; 2.20; 3.2, 18; y Apocalipsis
1.6.
Luego, una traducción
acertada del texto griego de Tito 2.13 es: «Esperando la bienaventurada
esperanza y manifestación de la gloria (o “manifestación gloriosa”, como un “genitivo
hebreo”) de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo».
Consecuentemente, es obvio que la traducción
personal que he hecho confirma la traducción que la mayoría de las versiones de
la Biblia han hecho del texto en cuestión. Por ejemplo:
“Aguardando la
esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo” (RV 1960)
“Mientras
anhelamos con esperanza ese día maravilloso en que se revele la gloria de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Nueva Traducción Viviente, NTV).
“Aguardando la feliz
esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y salvador nuestro
Jesucristo” (Biblia de Jerusalén 1998).
Ahora bien, ¿cómo tradujo la «Traducción del
Nuevo Mundo de las Santas Escrituras» a Tito 2.13?
«Mientras aguardamos la feliz esperanza y la
gloriosa manifestación del gran Dios y de [l] salvador nuestro, Cristo Jesús».
¿Es posible citar otra
versión de la Biblia que haya traducido en la misma línea de la «Traducción del
Nuevo Mundo de las Santas Escrituras»?
Sí, la denominada y todavía
en proceso «Biblia Exacta» (versión judío mesiánica), cito: “Esperando bien
dispuestos hacia la dichosa esperanza [confianza] [expectación] y manifestación
[aparición] de la gloria [honra] del gran Dios, y [también], de nuestro
Libertador [Salvador]: ¡Yeshúa Mashíakj [Mesías] [Ungido]!”
Y la «Biblia del peregrino de estudio»: “Esperando
la promesa dichosa y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y de
nuestro Salvador Jesucristo”.
En todo caso, es preciso advertir que las tres
últimas versiones mencionadas yerran al ignorar la todavía hoy confirmada y no
rebatida por algún estudio similar posterior, «regla de Granville Sharp».
Esto así pues pierden de vista que la palabra
«theós» (Dios) y la palabra «sotér» (Salvador) no son sustantivos o nombres
propios, sino más bien sustantivos personales, aplicados a personas, que
señalan cualidades de personas, pero que no por eso constituyen sustantivos o
nombres propios (para que sean asumidos aquí como haciendo referencia a dos
personas distintas).
De todos modos y, a pesar de todo, algunos
estudiosos miembros de los Testigos de Jehová hacen referencia a la «regla de
Granville Sharp» como “una regla auténticamente acrónica maquillada, a favor de
la Trinidad”, aunque y, por supuesto, sin poder demostrar que a poco más de dos
siglos exista un estudio erudito semejante al de Granville Sharp que demuestre
su supuesta invalidez.
En tal sentido, también es preciso insistir
en que si bien es común que personas estudiosas que forman parte de los
Testigos de Jehová citen a muy conocidos gramáticos, como Dana y Mantey, así
como al mismo Ben Wallace y otros; resulta que al final estos estudiosos de la
lengua griega no validan las conclusiones a las que llegan los Testigos de
Jehová, ni las premisas fundamentales de su sistema teológico. ¿Los Testigos de
Jehová contra el mundo, contra todos?
La
traducción de Tito 2.13 a la luz de las cristologías del Nuevo Testamento
Para exponer la cuestión ya no desde el punto
de vista estrictamente lingüístico y gramatical, sino desde el punto de vista
de la reflexión teológica en torno a la figura de Jesús asumido como el Cristo
(cristología); me pareció ideal considerar el punto de vista de una verdadera
autoridad mundial en la materia, el ya desaparecido Raymond E. Brown (biblista,
exégeta y especialista en el Nuevo Testamento), en su obra «Introducción a la
cristología del Nuevo Testamento», publicada por Sígueme, páginas 202 y 203,
apéndice 3.
Plantea Raymond E. Brown que las palabras «del
gran Dios y salvador nuestro, Jesucristo», admiten, en un principio, tres
interpretaciones.
La primera, «la gloria del gran Dios y de
nuestro Señor Jesucristo». Esta interpretación, que claramente separa «el gran
Dios» de «nuestro Salvador Jesucristo», no cuenta, realmente, con el apoyo del
griego.
Además, la separación propuesta en esta
interpretación de Tito 2.13 significa que el autor está hablando de una doble
aparición gloriosa futura, una de Dios y la otra del Salvador Jesucristo. En el
Nuevo Testamento no hay ninguna prueba real de una doble epifanía.
La segunda, «la gloria de nuestro gran Dios y
salvador, que es Jesucristo». La objeción a esta interpretación es que no tiene
el texto griego el pronombre relativo y explicativo «el cual es». Por lo demás,
sugiere Raymond E. Brown, no hay inconvenientes en aplicar el título de «Salvador»
al «Padre», pues otros pasajes en, Tito 1.3; 2.10; 3.4, hablan de «Dios nuestro
salvador» (en contraste con Tito 1.4 y 3.6, que hablan de «Jesucristo nuestro
Salvador»).
Ni se puede objetar la idea de que Jesús es
la gloria del Padre, pues otros pasajes del Nuevo Testamento (Juan 1.14; 12.41;
17.24; Hebreos 1.3) identifican a Jesús como portador de la gloria divina.
La tercera, «la gloria de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo». Este es el significado más obvio del texto griego. Implica
que el pasaje sólo habla de una epifanía gloriosa, es decir, Jesucristo, en
armonía con otras referencias a la epifanía de Jesucristo en las epístolas pastorales
(1 Timoteo 6.14-15; 2 Timoteo 4.1).
Además dice Raymond E. Brown: “Algunos excluirían
esta interpretación que da a Jesús el título de «Dios», pues en otra parte, en
las epístolas pastorales (1 Timoteo 2.5) se hace una clara distinción entre el
único Dios (= el Padre), y el hombre Jesucristo. Sin embargo, como ya hemos
notado, en el cuarto evangelio hay pasajes que llaman a Jesús Dios junto con
otros pasajes que distinguen entre Jesús y el único verdadero Dios”.
Por otro lado, si bien plantea Raymond E.
Brown que es una difícil tomar una decisión, y que ciertamente hay algunos
especialistas concienzudos que rechazan esta última interpretación (como H. Conzelmann,
Joachim Jeremías, J. N. D. Kelly), pone de relieve que la mayoría de los
especialistas la apoyan (entre ellos Oscar Culmann, J. D. Quinn, C. Spicq, y el
mismo Brown).
Finalmente, puntualiza Brown la opinión de M.
J. Harris quien señala que esta tercera interpretación es la opinión
prácticamente unánime de los gramáticos y lexicógrafos (nota al pie de página
numero 26, página 203), así de sencillo.
Muy a propósito de nuestro «Curso online de
Gramática castellana aplicada al análisis gramatical de los textos bíblicos
(Biblia Hebrea, Septuaginta, Nuevo Testamento Griego)», que inicia el lunes 4
de noviembre.
Y a propósito de nuestro «Curso online de
griego koiné (estudio completo de la gramática del idioma original del Nuevo
Testamento)», que inicia el miércoles 8 de enero 2020.