La
traducción griega (LXX y NT) del «infinitivo absoluto hebreo antepuesto» y «pospuesto»Nociones de sintaxis
hebrea y griega
Héctor B.
Olea C.
El «hebreo clásico» (bíblico) tiene dos «infinitivos»
bien diferenciados morfológicamente (en su vocalización o puntuación) y en su
uso sintáctico: uno llamado «infinitivo absoluto» y otro llamado «infinitivo
constructo».
Aquí nos concentraremos en el llamado
«infinitivo absoluto».
Desde el punto de vista sintáctico, el
«infinitivo absoluto» puede venir colocado antes (antepuesto) de una forma
verbal finita (un verbo conjugado) de la misma raíz verbal del «infinitivo
absoluto», o bien, después (pospuesto) a una forma verbal finita (un verbo
conjugado) de la misma raíz del «infinitivo absoluto».
“Este procedimiento lingüístico, puntualizan Paul Joüon y Takamitsu Muraoka le permite al hebreo expresar ciertos matices
enfáticos de modo muy sutil”.
“Colocado antes del verbo, el «infinitivo absoluto» tiene generalmente
un acento más fuerte que cuando le sigue, y es fácil percibir la razón, pues un
acusativo delante del verbo acentúa el énfasis” («Gramática del Hebreo
Bíblico», Verbo Divino, página 442).
De todos modos, es más común el empleo del
«infinitivo absoluto» antepuesto, o sea, colocado antes (delante) de una forma
verbal de la misma raíz verbal del «infinitivo absoluto», que el pospuesto.
Al respecto,
observan Paul Joüon y Takamitsu Muraoka, “en cada caso
sólo por el contexto es posible deducir el matiz añadido por el infinitivo.
Habitualmente el énfasis no recae sobre la acción verbal misma, sino sobre
alguna modalidad, que queda así acentuada.
De esta forma, en una proposición afirmativa, la afirmación se acentúa;
en una proposición interrogativa o condicional, es acentuada la modalidad
dubitativa; así pues, la misma frase puede, según el contexto, expresar el
matiz de ciertamente o el opuesto de quizás” (página 443).
Esto explica que haya quienes sugieran que en Génesis 2.17 el matiz sea
el de la modalidad dubitativa «quizás (tal vez) morirás».
Sin embargo, no parece que el matiz dubitativo
sea el adecuado en Génesis 2.17, dado que en dicho texto tenemos más bien una
afirmación.
En efecto, Joüon y Muraoka incluyen a Génesis 2.17 entre los textos en los cuales el «infinitivo absoluto» acentúa o
refuerza la idea de la forma verbal finita que sucede al «infinitivo absoluto»,
y que es de la misma raíz verbal a la que pertenece el «infinitivo absoluto»
(así también Rashí).
Además de Génesis 2.17, Joüon y Muraoka mencionan: Génesis 18.10
(“volveré sin falta”); Génesis 18.18 (“Abraham se convertirá ciertamente
en un gran pueblo”); Génesis 22.17; 28.22; 1 Samuel 9.6; 24.21; Ezequiel
18.9; Amós 5.5; 7.17; Habacuc 2.3.
La forma
griega (LXX y NT) de traducir el «infinitivo absoluto» antepuesto
“Frecuentemente, puntualiza Amador Ángel García
Santos, aparece en el Nuevo Testamento un nombre en caso dativo acompañado de
un verbo de la misma raíz («dativo cognado»). Es un giro tomado de los LXX, que
traduce un infinitivo absoluto hebreo (antepuesto). Como este infinitivo
absoluto hebreo tiene una función adverbial de encarecimiento, debería
traducirse de ese mismo modo” («Introducción al griego bíblico», Verbo Divino,
página 34).
En tal sentido, como ilustración, quiero poner
de relieve la forma en que la Septuaginta (LXX) tradujo la expresión hebrea
«mot tamút» en Génesis 2.17.
Es, pues, «mot» el infinitivo absoluto de la
conjugación kal de la raíz «mut» (infinitivo constructo kal: «lamút»); y
«tamút» es una forma verbal finita (verbo conjugado) en el imperfecto o yiqtól
kal, de la segunda persona masculina singular, si bien, morfológicamente,
también de la tercera persona femenina singular.
Luego, en lo que al griego respecta, la
expresión «mot tamút» fue traducida por la Septuaginta (LXX), versión griega de
la Biblia Hebrea, con la expresión «zanáto apozanéisze» (tendrás que morir, has
de morir, serás reo de muerte).
Es «zanáto», el caso dativo singular, del
sustantivo «zánatos», un sustantivo de género masculino de la segunda
declinación, y derivado de la raíz verbal «znésko» (yo muero).
Y «apozanéisze» consiste en el futuro activo
(con morfología de voz media, pues es una forma verbal de un verbo deponente en
el futuro), de la segunda persona del plural, del verbo «apoznésko», verbo
compuesto por la preposición «apó» y por el verbo «znésko».
Un ejemplo del «cognado» en el Nuevo Testamento
En Lucas 22.15 leemos la expresión «epizimía
epezímesa».
Consiste «epizimía» en el caso dativo singular
del sustantivo «epizimía» (deseo, deseo ardiente, pasión), un sustantivo de
género femenino, y de la primera declinación, derivado del verbo «epiziméo» (yo
deseo, quiero, ansío, codicio, pongo el corazón en).
Y «epezímesa» consiste en una forma verbal en
tiempo aoristo primero (débil), voz activa, modo indicativo, primera persona
del singular, del verbo ya mencionado, «epiziméo» (yo deseo, quiero, ansío,
codicio, pongo el corazón en).
Luego, una traducción adecuada de la expresión
o construcción sintáctica «epizimía epezímesa», debe ir en la siguiente línea:
con ansia he deseado, he deseado grandemente, he deseado fervientemente, etc.
El participio interno («participio cognado»),
la otra forma de traducir en la Septuaginta el «infinitivo constructo hebreo antepuesto»
Además del llamado «dativo cognado», la
Septuaginta también empleó el llamado «participio interno» («participio
cognado»), una construcción sintáctica que involucra a un participio (en
singular o plural, y en caso nominativo) seguido de una forma verbal finita
(verbo conjugado) de la misma raíz verbal del participio.
Luego, en esta construcción sintáctica, el
participio se emplea para enfatizar o incrementar o acentuar la acción del
verbo conjugado que aparece en dicha construcción.
Ahora bien, llama la atención que hay quienes
sugieren, erróneamente, desde nuestro punto de vista, que este participio puede
omitirse en la traducción, como si fuera un participio pleonástico, cuando en
verdad no lo es.
En tal sentido, la propuesta de que dicho
participio debe o puede traducirse en la traducción, no toma en cuenta la
función adverbial del participio en dicha construcción sintáctica.
En realidad, lo correcto es traducir la
construcción del «participio cognado» en la misma forma en que vimos que se ha
de traducir la construcción sintáctica del llamado «dativo cognado»: empleando
alguna palabra o expresión que ponga de relieve el énfasis, acentuación o
incremento de la acción verbal de la forma verbal finita (verbo conjugado) que
aparece en dicha construcción sintáctica.
Por otro lado, sin bien el «dativo cognado»
aparece en el Nuevo Testamento como un recurso también empleado por los autores
del Nuevo Testamento mismo (no sólo en citas de la Biblia Hebrea tomadas de su versión
griega); en cambio, la presencia del «participio cognado» en el Nuevo
Testamento sólo ocurre en citas de la Biblia Hebrea vía su versión griega.
Ejemplos del «participio cognado» en la
Septuaginta y en el Nuevo Testamento Griego
Éxodo 3.7 y Hechos 7.34
En Éxodo 3.7 y en Hechos 7.34 observamos la
expresión «ídon éidon».
Consiste «ídon» en un participio aoristo
segundo (fuerte), en caso nominativo masculino singular, del verbo «joráo» (yo
veo).
Y «éidon», es una forma verbal del mismo verbo «joráo»,
en tiempo aoristo segundo (fuerte), voz activa, modo indicativo, primera persona
del singular (yo vi, he visto).
Consecuentemente, una traducción acertada de la
expresión o construcción sintáctica «ídon éidon», tanto en Éxodo 3.7 como en
Hechos 7.34, debe ir en la siguiente línea: he visto bien, he visto de cerca,
he visto con claridad, etc.
Isaías 6,9 y Marcos 4.12
En Isaías 6.9 está presente la expresión «blépontes
blépsete».
Es «blépontes» un participio presente, voz
activa, en caso nominativo masculino plural, del verbo «blépo» (yo veo, yo miro).
Y «blépsete», es una forma verbal del mismo
verbo «blépo», en tiempo futuro, voz activa, modo indicativo, segunda persona
del plural (ustedes verán).
Luego, una traducción acertada de la expresión «blépontes
blépsete», presente en Isaías 6.9, debe ir en la siguiente línea: ustedes oirán
bien, escucharán con atención, oirán con detenimiento, etc.
Sin embargo, si bien Marcos 4.12 hace
referencia a Isaías 6.9, lo hace realizando algunos cambios.
Por un lado, coincide Marcos 4.12 con la
traducción griega de Isaías 6.9, al emplear por igual el participio
«blépontes», participio presente, voz activa, en caso nominativo masculino
plural, del verbo «blépo» (yo veo, yo miro).
Pero en lugar de emplear la forma verbal
«blépsete» (presente en Isaías 6.9, una verbal en tiempo futuro, voz activa y
en el modo indicativo), más bien empleó la forma verbal «bléposin», una forma
verbal del mismo verbo «blépo», pero en tiempo presente, voz activa, modo subjuntivo,
tercera persona del plural (vean ellos).
Consecuentemente, una traducción acertada de la
expresión «blépontes bléposin» (más la conjunción «jina»), presente en Marcos
4.12, debe ir en la siguiente línea: para que vean bien, para que vean con
claridad, etc.
Finalmente, llama la atención que en Isaías 6.9
también está presente un «dativo cognado», «akoé akúsete», el cual fue
sustituido en Marcos por un «participio cognado», o sea, «akúontes akúosin».
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curso de «griego koiné» (que inició el pasado lunes), y de nuestro curso de «hebreo
clásico» (desde cero, que inició el pasado martes).
Y muy a propósito de nuestro curso de «griego
koiné» (desde cero), que inicia el viernes 4 de octubre, y del «Diplomado sobre
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