En un diccionario griego los verbos no se presentan con la forma del infinitivo, nociones de griego (clásico y koiné)



En un diccionario griego los verbos no se presentan con la forma del infinitivo

Nociones de griego (clásico y koiné)

Héctor B. Olea C.

Un error muy común, incluso entre intelectuales (y obras de consulta) que en realidad no tienen un conocimiento profundo de la lengua griega (muchas veces ni elemental); consiste en decir, al explicar la etimología de ciertas palabras, que, por ejemplo, deriva, del verbo «jeurískein» (infinitivo presente activo).

Obviamente, una afirmación como esta, erróneamente presupone que en griego las formas léxicas (o «enunciado») de los verbos (la forma que se coloca en los diccionarios, la que aporta la base morfológica y el significado del verbo), es el «infinitivo», como en español.

En efecto, al explicar la etimología de la palabra española «eureka» (interjección), el «Diccionario de la Real Academia Española» precisamente afirma que deriva del verbo «heurískein» (mejor «jeurískein»): “hallar”.  

Ahora bien, induce a error este planteamiento, pues en realidad en un diccionario o léxico griego, los verbos no se colocan en «infinitivo» (como en español), sino en una forma verbal finita (un verbo conjugado).

Luego, si bien es cierto que, en un diccionario español, la forma léxica (enunciado) de los verbos consiste estrictamente en el «infinitivo simple» (con una de las tres siguientes desinencias: «ar»: amar; «er»: comer; «ir»: vivir); sin embargo, en un diccionario o léxico griego, la forma léxica (enunciado) de los verbos consiste en una forma verbal finita, un verbo conjugado (en tiempo presente, voz activa, modo indicativo, en la primera persona del singular).

Consecuentemente, yerra la persona que piense que si va un diccionario o léxico griego va a encontrar la entrada: «jeurískein» (hallar, encontrar), pues lo que en realidad va a encontrar es la entrada: «jeurísko», una forma verbal conjugada en tiempo presente, voz activa, modo indicativo, primera persona del singular: yo hallo, yo encuentro.

Por supuesto, la única excepción al respecto, lo constituyen los llamados «verbos contractos», ya que la forma en que se colocan en un diccionario o léxico, no es precisamente, formalmente, una forma verbal finita (un verbo conjugado).  

Consecuentemente, lo forma correcta de hacer referencia a la etimología griega de una palabra (estrictamente cuando apunta a un verbo griego), es decir, por ejemplo, que la palabra «eureka» (interjección) deriva del verbo «jeurísko» (yo hallo, yo encuentro), que es la forma que, efectivamente, se va a encontrar en el diccionario, jamás la forma «jeurískein».

Por otro lado, el infinitivo griego, además de ser una forma no personal del verbo, es también un modo que, por tal razón, está presente en los cuatro temas temporales del sistema verbal griego (presente, aoristo, futuro y perfecto), así como en las tres voces del sistema verbal griego (activa, media y pasiva).

En todo caso, otro detalle a tener en cuenta es que en griego los verbos se dividen o clasifican en dos grandes grupos: «los verbos omega» (temáticos o de la primera conjugación); y «los verbos en mi», (atemáticos o de la segunda conjugación).

Finalmente, a manera de ilustración, anexo dos imágenes con todos los infinitivos activos de un «verbo omega» (temático) regular, un verbo «verbo omega contracto», y de un «verbo en mi», así como un ejemplo del análisis morfológico de una forma verbal griega, y la forma correcta de hacer referencia a la forma léxica (enunciado) de un verbo griego.     

Muy a propósito del novedoso curso que inicia el próximo jueves: «Aprenda a leer hebreo, arameo y griego (clásico y koiné) sin gramática, y a utilizar de forma óptima un diccionario hebreo, arameo y griego».

Este curso profesional y académico tiene una duración de tres meses (julio, agosto y septiembre).

Un curso dirigido al público general interesado simplemente en el uso instrumental de las lenguas bíblicas, y en una sólida introducción a las tres lenguas bíblicas, pero diseñada para un corto tiempo.

Este es el curso ideal para las personas que aspiran a poder leer las tres lenguas bíblicas, en un corto tiempo y sin complicaciones gramaticales. 

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

Día y horario: jueves 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico), 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Argentina. 

¡Inscripciones abiertas! ¡Todavía estás a tiempo!

Información general, modalidades de pago y matriculación Aquí


Cursos académicos en lenguas bíblicas y más que incian en julio


A continuación, explicitamos los tres novedosos cursos que estarán iniciando la próxima semana:

El miércoles damos inicio al curso «Crítica textual y metodología exegética de la Biblia Hebrea».

Un curso que introduce a la persona en el fascinante estudio crítico y exegético del texto hebreo de la Biblia Hebrea, y a la metodología exegética actual aplicada a la Biblia Hebrea. 

Este curso capacita a la persona para utilizar y sacarle el mejor beneficio a una edición crítica de la Biblia Hebrea y a realizar con propiedad una seria exégesis del texto de la Biblia Hebrea. También la capacita para realizar una consciente lectura o relectura hermenéutica de la Biblia Hebrea.

Día y horario: miércoles 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Chile y Argentina. Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

El jueves daremos inicio al curso «Aprenda a leer hebreo, arameo y griego (clásico y koiné) sin gramática, y a utilizar de forma óptima un diccionario hebreo, arameo y griego».

Este curso profesional y académico tiene una duración de tres meses (julio, agosto y septiembre).

Un curso dirigido al público general interesado simplemente en el uso instrumental de las lenguas bíblicas, y en una sólida introducción a las tres lenguas bíblicas, pero diseñada para un corto tiempo.

Este es el curso ideal para las personas que aspiran a poder leer las tres lenguas bíblicas, en un corto tiempo y sin complicaciones gramaticales. 

Día y horario: jueves 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico), 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Argentina. 

Y el viernes daremos inicio al curso: «Introducción a la lectura y nociones generales de latín (clásico y eclesiástico)», desde cero.

Un curso introductorio de tres meses que, además de capacitar a la persona para leer con propiedad en latín (clásico y eclesiástico), también ofrecerá nociones elementales de la morfología o flexión nominal y de la morfología o flexión verbal, además de nociones elementales de la sintaxis latina.

Un curso dirigido al público general interesado en las lenguas clásicas y en las raíces grecolatinas del español, estudiantes de Biblia, teología, filosofía y letras, derecho, etc.  

Día y horario: viernes 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Chile y Argentina. Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

¡Inscripciones abiertas!

¡Pregunta por el curso de tu interés!

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

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Los temas temporales del sistema verbal griego, nociones de griego clásico y de griego koiné



Los temas temporales del sistema verbal griego

Nociones de griego clásico y de griego koiné

Héctor B. Olea C.

El sistema verbal griego se sustenta en cuatro temas temporales, los que a su vez determinan los siete tiempos del sistema verbal griego (presente, imperfecto, aoristo, futuro, perfecto, pluscuamperfecto y futuro perfecto).

Son, pues, los temas temporales (con base en el modo indicativo) los que explican el valor aspectual de toda forma verbal griega, y los que establecen la base morfológica para conjugar un verbo (en los modos en los que el verbo se conjuga: indicativo, subjuntivo, imperativo, optativo) y para declinar las formas no personales del verbo (el infinitivo y el participio).

En todo caso, no es posible perder de vista que el valor temporal (el tiempo en que se supone que tiene lugar la acción verbal), está más bien supeditado al modo indicativo.

En el resto de los modos sobresale más bien el valor aspectual, o sea, la forma en que se concibe la acción verbal: realizada, no realizada, ingresiva, en desarrollo, puntual, durativa, habitual, simultánea, anterior o posterior, etc.).    

Existen cuatro temas temporales principales en el sistema verbal griego (clásico y koiné): el presente, el aoristo (primero y segundo), el futuro y el perfecto.

En tal sentido, por ejemplo, un participio de presente se sustenta en el tema de presente, un participio aoristo en el tema aoristo (primero o segundo), un participio futuro en el tema del futuro, y un participio perfecto en el tema del perfecto (y así sucesivamente respecto de los demás modos del sistema verbal griego).

Sin embargo, también vienen a constituir dos temas temporales adicionales o bases morfológicas estrictamente de la voz pasiva, el perfecto medio pasivo y el aoristo pasivo (primero y segundo).

Por supuesto, con base en los cuatro principales temas temporales del sistema verbal griego, más los dos adicionales (el perfecto medio pasivo y el aoristo pasivo), se conforman las llamadas «seis partes fundamentales o principales del sistema verbal griego», a saber: el presente activo, el aoristo activo (primero o segundo), el futuro activo, el perfecto activo (fuerte o débil), el perfecto medio pasivo y el aoristo pasivo (presentadas siempre en la primera persona del singular).

Consecuentemente, toda forma verbal griega ha de exhibir las características morfológicas de una de las seis bases morfológicas del sistema verbal griego (las «seis partes fundamentales o principales del sistema verbal griego»), por supuesto, a la luz de las características propias de cada modo del sistema verbal griego.  

Finalmente, para una mejor ilustración coloco a continuación dos imágenes donde pongo de relieve cada uno de los temas temporales del sistema verbal griego.

Además, hago notar, en primer lugar, que el imperfecto (tiempo secundario o histórico) se sustenta en el tema temporal del presente (con todas sus implicaciones); en segundo lugar, que el pluscuamperfecto (tiempo secundario o histórico) se sustenta en el tema del perfecto (con todas sus implicaciones); y, en tercer lugar, que el futuro activo y pasivo es deudor, morfológicamente, del aoristo activo y pasivo.

Muy a propósito de todos los cursos profesionales que ofrecemos todo el año, año, año por año, en el campo de la lengua griega (griego clásico y griego koiné o bíblico).

Por supuesto, todos nuestros cursos de griego (clásico y koiné) están dirigidos al público general, al margen de su creencia religiosa o falta de compromiso con una determinada teología institucional; interesado en el estudio completo, profesional y académico de la lengua griega.

¡Inscripciones siempre abiertas!

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Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

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«Diplomado sobre el participio griego» (griego clásico y koiné) online y asincrónico


«Diplomado sobre el participio griego» (griego clásico y koiné)

Principio general: El buen dominio de la sintaxis griega supone el buen dominio del participio y su sintaxis.

Un curso de profundización y especialización en un aspecto vital de la gramática y sintaxis griega.

Un curso dirigido al público general interesado en fortalecer su comprensión y dominio de la sintaxis griega (griego clásico y griego koiné).  

Duración: 6 meses (octubre 2024 – marzo 2025).

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante las clases grabadas).

Día y horario: sábados 10:00 AM – 12:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico), 9:00 – 11:00 AM Colombia y Perú; 11:00 AM – 1:00 PM Argentina. 

¡Incluye material de apoyo y certificado!

Frecuencia, trascendencia y naturaleza del participio griego

En primer lugar, “el participio ocurre aproximadamente unas 25 veces por capítulo. Existen variaciones (fluctuaciones) con base al estilo del autor y al género literario. El participio es más frecuente en la narrativa que en la argumentación (Roberto Hanna: «Sintaxis Exegética del Nuevo Testamento Griego», página 216, Editorial Mundo Hispano). 

En segundo lugar, participa de la naturaleza del verbo (flexión verbal), y como tal, actúa como verbo, como adverbio, tiene complementos, y posee al menos dos de las categorías accidentales del verbo: tiempo y voz.

En tercer lugar, participa de la naturaleza del adjetivo y sustantivo (flexión nominal), y como tal, puede desempeñar las funciones sintácticas del adjetivo y del sustantivo, y posee las tres categorías accidentales del adjetivo y del sustantivo: caso, género, número.   

En cuarto lugar, es uno de los modos del verbo (y forma no personal del verbo griego) en que éste no se conjuga, sino que se declina (el otro modo es el infinitivo).

En otras palabras, el participio griego se sustenta en una raíz o lexema verbal, pero se declina (como parte de la flexión nominal) y no se conjuga (pues no es una forma personal del verbo).

El quinto lugar, el valor temporal del participio griego (el tiempo de la acción del participio griego) es relativo al tiempo de la acción de la forma verbal finita (el verbo conjugado) principal de la frase, cláusula u oración en cuyo contexto aparece el participio.

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¿El sagrado nombre en el libro de Ester? Cuestiones de lingüística, gramática y traducción bíblica


¿El sagrado nombre en el libro de Ester?

Cuestiones de lingüística, gramática y traducción bíblica

Héctor B. Olea C.

A la persona que le diga a usted que el sagrado nombre (el Tetragrámaton) está presente en el libro de Ester, pregúntele: ¿Desempeñando cuál función sintáctica? ¿La función de sujeto? ¿La función de objeto o complemento directo? ¿La función de objeto o complemento indirecto? ¿La función de un sustantivo término de una preposición? ¿La función del sustantivo en estado absoluto y que le da término a una cadena constructa? ¿La función de un vocativo?

Lógicamente, la razón para esta pregunta es simple y elemental: Todo sustantivo (toda palabra que entre en la categoría formal de sustantivo), no puede aparecer en un contexto oracional o un simple grupo sintáctico (sintagma nominal o frase o sintagma preposicional), como parte de un mensaje lingüístico, sin estar desempeñando alguna función sintáctica.

Luego, una cosa es que en el libro de Ester estén presentes algunas expresiones que incluyan palabras que en su conformación fonemática contengan las radicales o consonantes que conforman el sagrado nombre, el Tetragrámaton; y otra cosa es que, definitivamente, sin la necesidad de hacer ciertos y tantos malabares, se pueda demostrar que el sagrado nombre está presente en el libro de Ester, y desempeñando una específica y demostrable función sintáctica.  

Varios han sido los intentos, infructuosos, por cierto, que han procurado demostrar la presencia (¿oculta?) del sagrado nombre en el libro de Ester, por ejemplo, apelando a unos cinco acrósticos. 

En tal sentido, tal vez el más popular y al que más se apela, se encuentra en Ester 5.4, en la expresión: «venga el rey y Amán hoy».

En primer lugar, en hebreo, «venga», es la traducción de la palabra «yavó», una forma verbal en estado imperfecto (futuro en hebreo moderno), pero un imperfecto yusivo (que expresa un deseo respecto de las terceras personas gramaticales, incluso de las segundas personas gramaticales), tercera persona del singular, del verbo o raíz «bo» (ir, venir, presentarse, etc.).

Por supuesto, la forma verbal «yavó» exhibe como prefijo del imperfecto o yiqtól, en la tercera persona del singular (incluso en la tercera persona del plural), la letra «yod» («yud»), por cierto, la primera radical o consonante del Tetragrámaton o sagrado nombre.

En segundo lugar, la expresión «el rey», en hebreo, está conformada por el artículo determinado «ja» (ha), que está conformado por la consonante o radical «je» (he, jei, hei) más la vocal «pátaj» (a), y el sustantivo «mélej» (rey).

Sin embargo, es el artículo, «ja» (ha), y no el sustantivo «mélej», el que exhibe la segunda radical del sagrado nombre.

En tercer lugar, la frase «y Amán», en hebreo, está conformada por la conjunción copulativa «ve» (y), precisamente la tercera radical del sagrado nombre.

Con relación al nombre «Amán» (Jamán, Hamán), en hebreo inicia con la letra «je» (he, jei, hei), la misma del artículo determinado que acompaña al sustantivo «mélej» (rey), la segunda y cuarta consonante o radical del sagrado nombre.

En cuarto, lugar, la expresión «hoy», en hebreo está compuesta por el artículo determinado «ja» (ja), y el sustantivo «yom» (día).

Por supuesto, como ya dije antes, el artículo determinado hebreo, «ja» (ha), está conformado por la radical o consonante «je» (he, jei, hei), la segunda y cuarta radical o consonante del sagrado nombre, y por la vocal «pátaj» (a).

En todo caso, de todos modos, no es cierto que este tipo de juego de letras permita decir que, sin duda alguna, está presente el sagrado nombre en el libro de Ester, gráficamente y desde el punto de vista morfosintáctico.  

Muy a propósito de la nueva presentación de nuestro ya conocido curso de «Hebreo Clásico» (Hebreo Bíblico), desde cero, online y virtual, que inicia el septiembre, pero disponible todo el año, año por año en la modalidad virtual o asincrónica; muy a propósito de curso: «Metodología Exegética y Crítica Textual de la Biblia Hebrea» (un curso de seis meses dedicado a la aplicación de la metodología exegética crítica y académica actual al estudio crítico y académico de la Biblia Hebrea (inicia en julio); y muy a propósito de nuestro curso «Aprenda a leer hebreo, arameo y griego (clásico y koiné) sin gramática, y a utilizar de forma óptima un diccionario hebreo, arameo y griego» (tres meses de duración), que también inicia en julio.

¡Incluyen material de apoyo (bibliografía) y certificado!

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Morfología y sintaxis, importancia del análisis sintáctico, nociones de hebreo bíblico


Morfología y sintaxis

La importancia del análisis sintáctico

Nociones de hebreo bíblico

Héctor B. Olea C.

Si bien es la morfología, el análisis morfológico o morfemático es un aspecto de vital importancia como parte del análisis gramatical o morfosintáctico; no es menos cierto que un análisis gramatical o morfosintáctico completo, en realidad debe prestar atención a los dos aspectos vitales del mismo: la morfología (el análisis morfológico o morfemático) y la sintaxis (el análisis sintáctico).

Consecuentemente, es preciso decir que, por un lado, el análisis morfológico o morfemático nos permite establecer la constitución de una palabra (cuántos y cuáles morfemas la conforman).

Por otro lado, la sintaxis nos permite determinar la palabra o palabras con la que una palabra tiene una relación sintáctica (estructural), relación que, ciertamente nos permite determinar muchas cosas en el contexto de la frase u oración.

Dos casos a manera de ilustración

El empleo de la preposición hebrea «be» en Génesis 42.38

En Génesis 42.38 observamos la presencia de la preposición «be» (en, con, por medio de, etc.) con el sufijo pronominal de la tercera persona femenina singular, haciendo referencia a un sustantivo (su antecedente) que es «dérej» (camino, viaje, trayectoria, etc.), «baj».

Pero surge la pregunta de alguien: ¿Por qué tiene la preposición «be» el sufijo pronominal de la tercera persona femenina singular («baj»), si su antecedente es el sustantivo «dérej», que es de género masculino?

Sin embargo, la pregunta planteada carece de sentido si estamos al tanto de que en realidad el sustantivo «dérej» puede ser asumido, legítimamente, desde el punto de vista de la sintaxis, como un sustantivo de género masculino o como un sustantivo de género femenino.

En tal sentido, desde el punto de vista de la sintaxis, el sufijo pronominal de la tercera persona femenina singular en la preposición «be» confirma que en Génesis 42.38 el sustantivo «dérej» es sencillamente un sustantivo de género femenino.

Además, otra forma de establecer el género de un sustantivo en hebreo, al margen de su morfología, es considerando la relación sintáctica entre un sustantivo y un adjetivo (y la normativa que la rige).

En tal sentido, la gramática hebrea establece que, sin importar la morfología propia del sustantivo, y al margen de cualquier irregularidad que exhiba la misma; la morfología del adjetivo ha de indicar siempre, con precisión y sin ambigüedad alguna, el género y el número del sustantivo hebreo.

La evidencia de 1 Samuel 21.5 (21.6)

Aquí el sustantivo «dérej» (camino, vía, viaje, trayectoria, etc.) aparece en conexión sintáctica con el adjetivo (atributivo) «jol» (profano, común, laico, contaminado), en estado absoluto masculino singular, indicando que aquí «dérej» es precisamente un sustantivo en estado absoluto masculino singular: «dérej jol» (viaje común).

La evidencia de Esdras 8.21

Aquí el sustantivo «dérej» (camino, vía, viaje, trayectoria, etc.) aparece en conexión sintáctica con el adjetivo (atributivo) «yeshará» (recto, derecho, directo, llano, plano, etc.), en estado absoluto femenino singular, indicando que aquí «dérej» es precisamente un sustantivo en estado absoluto femenino singular: «dérej yeshará» (camino derecho, camino recto).

Por cierto, el estado absoluto masculino singular del adjetivo «yeshará», es «yashár» (que no es la morfología que tiene aquí el adjetivo).

En resumen, el análisis morfológico o morfemático debe completarse con su contraparte esencial e ineludible: «el análisis sintáctico».    

Finalmente, y, por supuesto, las observaciones aquí presentadas sobre la importancia del análisis sintáctico, pueden adquirir mayor relevancia en textos y situaciones con una importancia mayor desde el punto de vista exegético y teológico.   

A propósito de nuestro curso de «hebreo clásico» (bíblico) actualmente disponible en la modalidad virtual o asincrónica, a propósito de nuestro curso de «Metodología exegética y crítica textual de la Biblia Hebrea», que inicia el miércoles 3 de julio, y muy a propósito de nuestro curso de «hebreo clásico» (bíblico), desde cero, que inicia el martes 3 de septiembre.

¡Inscripciones abiertas! 

¡Incluye bibliografía y certificado!

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Sobre la etimología del nombre «Benjamín» Cuestiones de lingüística, lenguas bíblicas y algo más




Sobre la etimología del nombre «Benjamín»
Cuestiones de lingüística, lenguas bíblicas y algo más

Héctor B. Olea C.

Una pregunta que se me ha planteado en múltiples ocasiones: ¿Profesor, es usted el último, el más pequeño entre sus hermanos y hermanas?

Mi respuesta: No.

Entonces, ¿por qué, le pusieron por segundo nombre «Benjamín»?

Mi respuesta: ¿Quién ha dicho que el nombre hebreo «Benjamín» significa: ¿el último, el más pequeño?

¿Cuál es, pues, el verdadero significado del nombre hebreo «Benjamín»?

Mi respuesta: El nombre hebreo «Benjamín» en realidad consiste en una cadena constructa hebrea, conformada por el sustantivo «Ben» (hijo), y el absoluto singular del sustantivo «yamín» (derecha, diestra)

Consecuentemente, el sustantivo «Benjamín» significa: «hijo de la derecha» (la derecha o diestra simboliza un lugar o sitio de honor, además de poder, favor y autoridad en el pensamiento hebreo y en otras culturas).

Entonces, profesor, ¿qué opina usted de la opinión de algunas personas que afirman que el verdadero significado del nombre «Benjamín» es «hijo de sus días», «hijo de días»?

Mi respuesta: Que en el análisis morfemático o morfológico del sustantivo hebreo detrás de la traducción «Benjamín», están confundiendo el absoluto singular «yamín» («derecha», «diestra») con «n» al final; con el absoluto plural de «yom» («día»), «yamím» («días») con «m» al final.

Además, no es posible perder de vista que algunas de las expresiones hebreas empleadas como gentilicios para los de la tribu de «Benjamín», «benjamita» o «benjaminita», exhiben precisamente el constructo de «yamín» (derecha), y no a «yamím» (días).

Por otro lado, una expresión que sí involucra al sustantivo «yom» (día), es «ben-yomó», una expresión empleada en el hebreo rabínico para hacer referencia a un ser humano recién nacido.

Está conformada la expresión «ben-yomó» por el sustantivo «ben» (hijo), por el sustantivo «yom» (día), y por el sufijo pronominal de la tercera persona masculina singular, significando, literalmente: «el hijo de sus días», «el hijo de los días de él».

Ok, profesor. Pero, ¿conocían sus padres algo de hebreo?  

Mi respuesta: No, absolutamente nada sabían ni supieron de las lenguas bíblicas.

Entonces, después de todo, ¿por qué le pusieron por segundo nombre «Benjamín»?

Mi respuesta: Porque así lo quisieron mis padres.

Profesor, ¿será que, tal vez, vinieron a ser sus nombres una premonición de lo que sería su trabajo y competencia intelectual en el campo de las lenguas bíblicas?

Mi respuesta: Quizá, quizá, quizá.

Observación: Para ilustrar mejor estas líneas, anexo a este artículo tres imágenes con la esperanza de ser más pedagógico, más didáctico y de darme a entender mucho mejor.

Muy a propósito de nuestros continuos cursos profesionales en el campo de las lenguas bíblicas, todo el año, año por año.

¡Inscripciones siempre abiertas!

Información y matriculación en el siguiente enlace:

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