Profesor, ¿por qué un curso particular sobre el participio griego? Cursos de griego koiné o bíblico


Profesor, ¿por qué un curso particular sobre el participio griego?¿No estará usted exagerando la importancia del participio en el estudio del griego koiné o bíblico?

Héctor B. Olea C.

Veamos:

En primer lugar, el participio griego aparece con una frecuencia aproximada de veinticinco (25) veces por capítulo, a veces más, a veces menos, según el estilo del autor y del género literario.

En segundo lugar, el participio es la categoría formal, morfosintáctica, más rica y compleja de la gramática (morfosintaxis) griega.

Por un lado, porque tiene dos de los accidentes gramaticales del verbo, de la flexión verbal o conjugación (tiempo y voz), y los tres accidentes gramaticales de la flexión nominal (caso, género y número).

En tercer lugar, porque puede estar en cualquiera de los cuatro temas temporales del sistema verbal griego (presente, aoristo, futuro y perfecto).

En cuarto lugar, porque puede estar en voz activa, voz media o en voz pasiva.

En efecto, los tipos de complementos que pueden aparecer relacionados con el participio dependen del tipo de verbo (transitivo, intransitivo, copulativo) y de la voz del participio (activa, media o pasiva).

Por supuesto, aunque el participio griego es una forma nominal del verbo, jamás pierde sus características esenciales como parte de la flexión verbal o conjugación.

Esto supone que, por lo general, el participio griego ha de aparecer con sus propios complementos (dependiendo del tipo de verbo y de la voz gramatical).

En quinto lugar, el participio puede ser sustantivado, atributivo o adjetival (especificativo), predicativo, adverbial (apositivo o en la construcción llamada genitivo absoluto), además, puede aparecer formando los llamados «tiempos perifrásticos», etc.

En efecto, es demasiado común que el participio griego aparezca formando proposiciones subordinadas (sustantivas o completivas), adjetivas, y adverbiales (circunstanciales) y por lo general con sus propios complementos.

En sexto lugar, el buen dominio de la sintaxis griega demanda el buen dominio de la morfología y sintaxis del participio.

En séptimo lugar, la persona que aspire a llegar lejos en el estudio y enseñanza del griego koiné, debe invertir tiempo y esfuerzo en el estudio y mejor comprensión de la morfología y sintaxis del participio griego.

En octavo lugar, la persona que aspire a tener un excelente desempeño en el análisis morfosintáctico de los textos del Nuevo Testamento, en su adecuada comprensión y en la labor de la traducción de los textos del Nuevo Testamento; debe procurar adquirir el mejor dominio posible de la morfología y sintaxis del participio griego.

En noveno lugar, quien no adquiera un buen dominio de la morfología y sintaxis del participio griego, tendrá serias dificultades para dominar la sintaxis griega, para realizar una buena exégesis y tener buen desempeño en la comprensión y traducción de los textos del Nuevo Testamento Griego.

Finalmente, si en sus estudios del griego koiné, incluso del griego clásico, usted jamás recibió una sólida y completa presentación del participio griego; esta es su mejor oportunidad.

Si en verdad usted aspira a tener un excelente desempeño en el manejo del griego koiné, si realmente anhela ser un buen docente o estudioso del griego koiné, este curso es para usted. 

Por supuesto, como siempre, anexo una imagen a manera de ilustración.

Inicio: viernes 3 de octubre.

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

¡Incluye bibliografía y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Más información, modalidades de pago y matriculación Aquí


El participio «peirázon» («pirázon») en el Nuevo Testamento, Diplomado sobre el participio griego


El participio «peirázon» («pirázon») en el Nuevo Testamento

«Diplomado sobre el participio griego» (inicio octubre viernes 3)

Héctor B. Olea C.

El participio griego «peirázon» («pirázon», pronunciación reucliniana) aparece sólo cuatro veces en todo el Nuevo Testamento: Mateo 4.3; 22.35; Juan 6.6; 1 Tesalonicenses 3.5.

Análisis morfológico del participio «peirázon» («pirázon»)

Las cuatro veces que aparece en el Nuevo Testamento el participio «peirázon» («pirázon») es un participio de tiempo presente, voz activa, en caso nominativo masculino singular, del verbo «peirázo» («pirázo»): pongo a prueba, tiento.

Análisis sintáctico del participio «peirázon» («pirázon»)

Desde el punto de vista sintáctico, desde el punto de vista de su función sintáctica en la oración, el participio «peirázon» («pirázon») es un participio sustantivado en Mateo 4.3 y 1 Tesalonicenses 3.5.

Sin embargo, es un participio apositivo, un participio adverbial, en Mateo 22.35 y en Juan 6.6.

Moraleja: Que dos o más textos bíblicos concuerden en el empleo de un mismo participio griego, exactamente con las mismas características morfológicas o morfemáticas (tiempo, voz, caso, género, y número), no significa que lo estén empleando con la misma función sintáctica, desempeñando la misma función sintáctica.

Por supuesto, invito a considerar la imagen que anexo a estas líneas que, a manera de ilustración he agregado, para una mejor comprensión.

Un curso de actualización y profundización en el aspecto de mayor riqueza y complejidad de la lengua griega (clásico y koiné) desde el punto de vista de la morfología y de la sintaxis griega.

Altamente recomendado para las personas que ya poseen cierto conocimiento de la lengua griega, que desean profundizar sus conocimientos del griego y para las personas que aspiran a ser docentes de griego koiné o bíblico.

Duración: 6 meses.

Día y horario: viernes 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Chile y Argentina.

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

¡Incluye bibliografía y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Más información, modalidades de pago y matriculación Aquí


El participio gráfico o pleonástico, del influjo del griego de la Septuaginta en el griego del Nuevo Testamento


 El participio gráfico o pleonástico

Del influjo del griego de la Septuaginta en el griego del Nuevo Testamento

Héctor B. Olea C.

El estudio del participio griego hace necesario hablar del llamado «participio gráfico o pleonástico»: un participio que describe una acción verbal aludiendo explícitamente a otra acción, anterior o simultánea, de tal modo que la acción del participio es redundante, se sobreentiende y, por lo tanto, se puede omitir en la traducción (Inmaculada Delgado Jara).

Luego, es preciso decir que el llamado «participio gráfico o pleonástico» no es común fuera del griego koiné o bíblico, pero sí es abundante en el griego de la Septuaginta (griego de traducción), griego que tuvo su influjo en el griego del Nuevo Testamento (lengua original).

En tal sentido, en esta ocasión me he propuesto arrojar un poco de luz sobre el «participio gráfico o pleonástico» «légon», un participio que introduce un discurso directo.

El uso pleonástico del participio «légon» en la Septuaginta (y luego en el Nuevo Testamento), es, por lo general, el reflejo y la traducción de la construcción hebrea «lemór» (presente en 897 versículos en la Biblia Hebrea), que consiste en el «infinitivo constructo» (forma nominal del verbo, sustantivo verbal) de la conjugación qal, más la preposición «le», combinación o construcción sintáctica que tiene el valor del gerundio español, y del participio hebreo qal activo (diciendo).

En tal sentido, es preciso decir que el participio griego «légon» ocurre en la Septuaginta en 789 versículos, y en 179 versículos en el Nuevo Testamento.

Luego, casos ilustrativos que explico en la imagen anexa, son Génesis 1.22, y Mateo 1.20.

A propósito de nuestro «Diplomado sobre el participio griego», un curso de profundización y especialización en el campo de la morfosintaxis griega, que inicia el viernes 3 de octubre.

Un curso de actualización y profundización en el aspecto de mayor riqueza y complejidad de la lengua griega (clásico y koiné) desde el punto de vista de la morfología y de la sintaxis griega.

Altamente recomendado para las personas que ya poseen cierto conocimiento de la lengua griega, que desean profundizar sus conocimientos del griego y para las personas que aspiran a ser docentes de griego koiné o bíblico.

Duración: 6 meses.

Día y horario: viernes 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Chile y Argentina.

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

¡Incluye bibliografía y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Más información, modalidades de pago y matriculación Aquí


Sobre la sintaxis con que inician los evangelios canónicos, curso de lectura y traducción del griego al español


Sobre la sintaxis con que inician los evangelios canónicos

A propósito de nuestro «Curso de lectura y traducción directa del griego koiné al español» (6 meses de duración), que continua hoy, y para el cual todavía estás a tiempo.

Héctor B. Olea C.

Llama la atención que, a diferencia de Lucas y Juan, Marcos y Mateo, en primer lugar, inician con una construcción sintáctica no oracional, o sea, una estructura sintáctica que carece de un verbo conjugado (un verbo finito).

Luego, al carecer de un verbo conjugado, no es posible clasificar dichas estructuras sintácticas como «oraciones bimembres» por necesidad (con un sujeto y un predicado: oraciones simples).  

Por otro lado, Marcos y Mateo coinciden en iniciar con un sustantivo de género femenino y en caso nominativo (Marcos con un sustantivo femenino de la primera declinación, específicamente un sustantivo femenino de la primera declinación con alfa alargada, pero Mateo con un sustantivo femenino de la segunda declinación, lo que explica su falta de coincidencia en su terminación o morfema flexivo que indica el caso).

Por supuesto, como siempre, invito a considerar la imagen anexa con la cual espero ilustrar y hacer más comprensibles estás líneas.

Finalmente, si ya conoces algo de griego koiné, pero te interesa fortalecer la práctica de la lectura y la traducción directa del griego al español, el «Curso de lectura y traducción directa del griego koiné al español» es para ti.

Un curso profesional y aconfesional de profundización que te ayudará a fortalecer la lectura y traducción fluida del griego koiné al español, aplicando la pronunciación erasmiama y la pronunciación reucliniana.

Un curso dirigido al público general que ya posee ciertos conocimientos de griego koiné, pero que anhela fortalecer la práctica de la lectura y traducción directa y fluida del griego al español con la aplicación de la pronunciación erasmiana y la pronunciación reucliniana, al margen de su creencia o confesión religiosa, o la falta de compromiso con una determinada confesión religiosa.   

Este curso incluye una retroalimentación y actualización en cuanto a los principios vitales de la sintaxis griega, de la flexión nominal (declinación), de la flexión verbal (conjugación), la acentuación griega, las características distintivas del sistema de lectura y pronunciación erasmiana y del sistema de lectura y pronunciación reucliniana aplicado a la lectura del Nuevo Testamento Griego, y en cuanto a los principios prácticos y vitales para la traducción del griego al español. 

Día y horario: lunes 5:00 – 7:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 4:00 – 6:00 PM Colombia y Perú; 6:00 – 8:00 PM Argentina y Chile. 

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y asincrónica (mediante las clases grabadas). 

¡Inscripciones abiertas, todavía estás a tiempo! 

¡Incluye material de apoyo y certificado!

Más información, modalidades de pago y matriculación Aquí



Nociones de morfosintaxis (gramática) griega, Lucas 17.21 en el centro de esta reflexión

Nociones de morfosintaxis (gramática) griega

Lucas 17.21 en el centro de esta reflexión
Considere la imagen anexa

Héctor B. Olea C.

A propósito de nuestro «Curso de lectura y traducción directa del griego koiné al español» (6 meses de duración), para el cual todavía estás a tiempo.

Un curso profesional y aconfesional de profundización que te ayudará a fortalecer la lectura y traducción fluida del griego koiné al español, aplicando la pronunciación erasmiama y la pronunciación reucliniana.

Un curso dirigido al público general que ya posee ciertos conocimientos de griego koiné, pero que anhela fortalecer la práctica de la lectura y traducción directa y fluida del griego al español con la aplicación de la pronunciación erasmiana y la pronunciación reucliniana, al margen de su creencia o confesión religiosa, o la falta de compromiso con una determinada confesión religiosa.

Este curso incluye una retroalimentación y actualización en cuanto a los principios vitales de la sintaxis griega, de la flexión nominal (declinación), de la flexión verbal (conjugación), la acentuación griega, las características distintivas del sistema de lectura y pronunciación erasmiana y del sistema de lectura y pronunciación reucliniana aplicado a la lectura del Nuevo Testamento Griego, y en cuanto a los principios prácticos y vitales para la traducción del griego al español.

Día y horario: lunes 5:00 – 7:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 4:00 – 6:00 PM Colombia y Perú; 6:00 – 8:00 PM Argentina y Chile.

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y asincrónica (mediante las clases grabadas).

¡Inscripciones abiertas, todavía estás a tiempo!

¡Incluye material de apoyo y certificado!

Diplomado online y virtual sobre el participio griego, un curso profesional

Sobre el participio griego

Nociones de griego clásico y griego koiné

Héctor B. Olea C.

El participio es la categoría morfosintáctica más rica, compleja y vital de la morfosintaxis (gramática) griega.

Por un lado, porque exhibe dos de los accidentes gramaticales del verbo: tiempo y voz.

Además, dependiendo el tipo de verbo (y la voz gramatical), puede tener los distintos complementos que dependen del tipo de verbo (si transitivo, si intransitivo, si copulativo), ya sea en su función adjetival (incluso la de un adjetivo sustantivado) como en su función adverbial.

Por otro lado, porque, como cualquier sustantivo, exhibe los tres accidentes gramaticales del mismo: caso, género y número.

Por supuesto, para la mayor profundización en el estudio del participio griego, hemos diseñado el curso: «Diplomado sobre el participio griego», un curso de profundización y especialización en el campo de la morfosintaxis griega, que inicia el viernes 3 de octubre.

Un curso de actualización y profundización en el aspecto de mayor riqueza y complejidad de la lengua griega (clásico y koiné) desde el punto de vista de la morfología y de la sintaxis griega.

Altamente recomendado para las personas que ya poseen cierto conocimiento de la lengua griega, que desean profundizar sus conocimientos del griego y para las personas que aspiran a ser docentes de griego koiné o bíblico.

Duración: 6 meses.

Día y horario: viernes 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Chile y Argentina.

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

Finalmente, como siempre, invito a considerar la imagen que anexo a estas líneas.

¡Incluye bibliografía y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Más información, modalidades de pago y matriculación Aquí



obre el orden de las palabras en la lengua griega (griego clásico y griego koiné), cursos de griego online y virtuales


Sobre el orden de las palabras en la lengua griega (griego clásico y griego koiné)

A propósito de nuestro curso que inicia mañana: «Curso de lectura y traducción directa del griego koiné al español» (6 meses de duración).


Héctor B. Olea C.

Por un lado, puntualiza Andrea Marcolongo: … el griego no impuso nunca a sus hablantes una única posibilidad obligatoria de poner en fila las palabras prohibiendo cualquier otra” («La lengua de los dioses, nueve razones para amar el griego», España, Taurus, 2017, página 104).

En otras palabras, los griegos nunca le impusieron al griego una única forma de colocar las palabras en una frase u oración.

Por otro lado, observa Manuel Alexadre Junior: “El orden de palabras en griego es bastante más libre y flexible que en el castellano. Su amplio sistema de flexiones hace posible el reconocimiento de la relación sintáctica de las palabras, independientemente de su orden; posibilidad que muchos escritores aprovechan por razones de énfasis y efecto estilístico” («Gramática de griego clásico y helenístico», España, Herder, 2016, página 160).

En tal sentido, con estas breves líneas quiero llamar la atención sobre el uso del caso genitivo como el caso ideal del complemento del nombre.

Cualquier persona que tenga cierto conocimiento de la lengua griega (griego clásico y griego koiné) ha de estar al tanto de que es demasiado común observar el empleo de un sustantivo o palabra sustantivada en caso genitivo funcionando como un modificador indirecto de un sustantivo o palabra sustantivada en caso nominativo, en caso genitivo, en caso dativo, en caso acusativo y en caso vocativo (sin importar su género y número); por supuesto, independientemente del orden que se coloquen las palabras.

Luego, de cara a la labor de traducción, se impone, en primer lugar, el comprender y captar con precisión lo que dice un texto griego en sus propios términos (en su propia y particular sintaxis); y, en segundo lugar, se espera que el traductor proponga una traducción que, en un buen español, refleje con precisión, sin añadiduras y omisiones (de forma integral y completa), el mensaje del texto griego.

Finalmente, como siempre, invito a considerar la imagen que anexo y con la cual espero ilustrar y hacer más comprensibles estas líneas.

«Curso de lectura y traducción directa del griego koiné al español» (6 meses de duración).

Un curso dirigido al público general que ya posee ciertos conocimientos de griego koiné, pero que anhela fortalecer la práctica de la lectura y traducción directa y fluida del griego al español con la aplicación de la pronunciación erasmiana y la pronunciación reucliniana, al margen de su creencia o confesión religiosa, o la falta de compromiso con una determinada confesión religiosa.

Este curso incluye una retroalimentación y actualización en cuanto a los principios vitales de la sintaxis griega, de la flexión nominal (declinación), de la flexión verbal (conjugación), la acentuación griega, las características distintivas del sistema de lectura y pronunciación erasmiana y del sistema de lectura y pronunciación reucliniana aplicado a la lectura del Nuevo Testamento Griego, y en cuanto a los principios prácticos y vitales para la traducción del griego al español.

Día y horario: lunes 5:00 – 7:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 4:00 – 6:00 PM Colombia y Perú; 6:00 – 8:00 PM Argentina y Chile.

¡Inscripciones abiertas, todavía estás a tiempo!

¡Incluye material de apoyo y certificado!

¿Cuál es la expresión hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea» y qué significa? Nociones de hebreo bíblico


 ¿Cuál es la expresión hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea» y qué significa?

Nociones de morfosintaxis hebrea

Héctor B. Olea C.

La traducción «ayuda idónea» aparece solamente dos veces en toda la Biblia Hebrea: Génesis 2.18 y 20.

Ahora bien, la expresión hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea» está compuesta por un nombre o sustantivo común y por una expresión (que lo complementa) conformada por tres morfemas: una preposición que funciona como prefijo, una preposición base y núcleo, y un sufijo pronominal.

Por supuesto, será mediante la imagen anexa que voy a ilustrar en detalles la redacción hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea» y sus implicaciones semánticas.

Por supuesto, en la imagen anexa también voy a explicar por qué no se describe al hombre, al varón, como «ayuda idónea» respecto de la mujer.

En todo caso, hay que precisar, por un lado, que la expresión hebrea detrás de la traducción «ayuda idónea», aparece estrictamente en el contexto del segundo relato de la creación (el llamado relato yahvista, Génesis 2.4-25).

Por otro lado, es en el contexto de dicho relato y su teología donde aparece una expresión que señala a la mujer como el «objeto directo» (indeterminado) de un acto creativo, y al hombre o varón como el destinatario o beneficiario de dicho acto creativo.

Por supuesto, no existe en la Biblia Hebrea, por un lado, una expresión hebrea que compita con la que se ha traducido «ayuda idónea» en Génesis 2.18 y 20, haciendo referencia a la mujer respecto del varón.

Por otro lado, tampoco existe en la Biblia Hebrea una afirmación que compita con la que señala a la mujer como el objeto directo de un acto creativo y al hombre como el destinatario o beneficiario de dicho acto creativo.

En otras palabras, no existe en la Biblia Hebrea una expresión que señale un acto creativo donde el varón sea el objeto directo (determinado o indeterminado) y la mujer el destinatario o beneficiario de dicho acto creativo.

Obviamente, otro detalle característico del relato yahvista, y que va en concordancia con la idea de que la mujer es un complemento creado para el varón y en conformidad al varón; este detalle consiste en nombrar a la mujer con un sustantivo («ishá») que morfológica y lexicalmente depende de la forma de nombrar al varón («ish»), considérese Génesis 2.23.

Obviamente, este aspecto no está presente en el llamado relato sacerdotal de la creación (Génesis 1.1-2-4).

Por supuesto, invito a considerar seria y detenidamente la imagen anexa a estas líneas.

A propósito de nuestro «Curso de Hebreo clásico (bíblico)», desde cero, el primer año de un estudio completo, crítico, académico y profesional de la principal lengua original de la Biblia hebrea, que inició el pasado mes de junio (y del que iniciará en enero del próximo año), pero disponible en todo momento, en la modalidad asincrónica (mediante clases grabadas).

Además, en el IDCB también ofrecemos clases intensivas y personalizadas, asesorías, soporte y tutorías especializadas, enfocadas en las necesidades particulares del estudiante o institución.

Más información, modalidades de pago y matriculación Aquí


La casa del vidente, nociones de morfosintaxis hebrea, cursos de hebreo bíblico


 Una simple muestra de las cosas que hacemos y ocurren en nuestras clases profesionales de «Hebreo clásico» (bíblico), online vía Zoom (desde República Dominicana para cualquier parte del mundo), todo el año, año por año, y en la modalidad asincrónica (mediante clases grabadas).

A propósito de nuestro «Curso de Hebreo clásico (bíblico)», desde cero, el primer año de un estudio completo, crítico, académico y profesional de la principal lengua original de la Biblia hebrea, que inició el pasado mes de junio (y del que iniciará en enero del próximo año), pero disponible en todo momento, en la modalidad asincrónica (mediante clases grabadas).

Además, en el IDCB también ofrecemos clases intensivas y personalizadas, asesorías, soporte y tutorías especializadas, enfocadas en las necesidades particulares del estudiante o institución.

Más información, planes, modalidades, y matriculación Aquí


¿Por qué hay palabras en el Nuevo Testamento Griego que tienen dos acentos?, Nociones de griego bíblico


¿Por qué hay palabras en el Nuevo Testamento Griego que tienen dos acentos?

Una pregunta que me han formulado varias veces

Héctor B. Olea C.

Profesor, ¿por qué hay palabras en el Nuevo Testamento Griego que tienen dos acentos? ¿Por qué pasa esto? ¿Qué implicaciones tiene esto para su lectura? ¿Cómo se han de leer esas palabras?

He aquí mi respuesta.

Un acento agudo adicional aparecerá en la última silaba de una palabra proparoxítona (palabra con acento agudo en la antepenúltima sílaba) cuando esta va seguida de una palabra enclítica (palabras sin acento propio y que sólo se acentúan en ciertas circunstancias), de una o dos sílabas (pero sin acento).

Además, las palabras enclíticas nunca pueden empezar una frase, porque necesitan de una palabra que las preceda (a la que afectan en su acentuación).

Luego, las palabras enclíticas (de una o dos sílabas) se apoyan de tal modo sobre la palabra que le precede, que forman con ella una unidad y se han de leer como si formaran una sola palabra.

Consecuentemente, en virtud de que la palabra enclítica no acentuada se pronuncia junta con la palabra proparoxítona que la precede, el acento agudo adicional es necesario porque es el que marca la sílaba tónica de la combinación de la palabra proparoxítona y de la enclítica no acentuada (de una o dos sílabas).

Caso ilustrativo: Mateo 11.10 (ver imagen anexa)

También veremos una palabra con dos acentos, cuando una palabra properispómena (con acento circunflejo en la penúltima sílaba) sea seguida por un enclítico (de una o dos sílabas) sin acento.

En este caso también veremos un acento agudo adicional en la última silaba de la palabra properispómena.

Por supuesto, este acento agudo adicional en la última sílaba de la palabra properispómena es el que marca la sílaba tónica de la unidad formada por la palabra properispómena y por el enclítico no acentuado.

Caso ilustrativo: Lucas 13.31 (ver imagen anexa)

Otros casos que ilustran la forma en que un enclítico afecta la acentuación de la palabra que lo precede

En primer lugar, una palabra oxítona (con acento agudo en la última sílaba), mantiene su acento cuando es seguida de un enclítico no acentuado (de una o dos sílabas).

Caso ilustrativo: Mateo 11.10 (ver imagen anexa)

En segundo lugar, una palabra oxítona (con acento agudo en la última sílaba), pierde su acento (cambia a barítona, o sea, pasa a recibir el acento grave en la última sílaba), y se ha de leer como acentuada en la penúltima sílaba.

Observación: El acento grave (que sólo aparece en la última sílaba) en realidad indica la falta de acento (agudo o circunflejo) en la última sílaba, razón por la cual se ha de leer como acentuada en la penúltima sílaba.

Caso ilustrativo: Juan 3.22 (ver imagen anexa)

En resumen: Una palabra griega va a exhibir dos acentos en las siguientes situaciones:

La primera, cuando una palabra proparoxítona (con acento agudo en la antepenúltima sílaba) es seguida por un enclítico de una o dos sílabas (sin acento) las cuales se van a leer juntas, como una unidad.

La segunda, cuando una palabra properispómena (con acento circunflejo en la penúltima sílaba) es seguida por un enclítico de una o dos sílabas (sin acento), las cuales también se van a leer juntas, como una unidad.

Pero cuando una palabra oxítona (con acento agudo en la última sílaba) es seguida por un enclítico sin acento, la palabra oxítona mantiene el acento agudo en la última sílaba, y no lo cambia al grave (que indica falta de acento en la última sílaba), precisamente por ser seguida de un enclítico.

Por supuesto, una vez más, la palabra oxítona que mantiene su acento y el enclítico, se van a leer juntas, como una unidad.

Pero cuando una palabra oxítona (con acento agudo en la última) no es seguida por un enclítico, la palabra oxítona ha de cambiar a barítona (palabra con acento grave en la última sílaba, y sin acento en la última sílaba (palabra con acento en la penúltima sílaba).

Finalmente, como siempre, anexo una imagen con tal de hacer más comprensibles estas líneas.

Muy a propósito de nuestra oferta académica para septiembre y octubre, conformada por los dos siguientes cursos profesionales, académicos y aconfesionales en el campo de la lengua griega:

Primero curso: «Curso de lectura y traducción directa del griego al español», un curso esencialmente práctico que fortalecerá la práctica de la lectura correcta y traducción directa del griego koiné (bíblico) al español, que inicia el lunes 1 de septiembre.

Recomendado para las personas que ya poseen cierto conocimiento de la lengua griega, pero que desean y necesitan fortalecer la lectura y el ejercicio de traducir de manera directa del griego al español general y latinoamericano.

Duración: 6 meses.

Día y horario: lunes 5:00 – 7:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 4:00 – 6:00 PM Colombia y Perú; 6:00 – 8:00 PM Argentina y Chile.

Segundo curso: «Diplomado sobre el participio griego», un curso de profundización y especialización en el campo de la morfosintaxis griega, que inicia el viernes 3 de octubre.

Un curso de actualización y profundización en el aspecto de mayor riqueza y complejidad de la lengua griega (clásico y koiné) desde el punto de vista de la morfología y de la sintaxis.

Altamente recomendado para las personas que ya poseen cierto conocimiento de la lengua griega, que desean profundizar sus conocimientos del griego y para las personas que aspiran a ser docentes de griego koiné o bíblico.

Duración: 6 meses.

Día y horario: viernes 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Chile y Argentina.

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

¡Incluyen bibliografía y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Más información, modalidades de pago y matriculaión Aquí


Nociones de morfosintaxis hebrea, aramea y griega, cursos de lenguas bíblicas online


 Nociones de morfosintaxis hebrea, aramea y griega

Una simple muestra de las cosas que hacemos en nuestros cursos de lenguas bíblicas

Héctor B. Olea C.

A propósito de nuestro curso de «arameo bíblico» que inició el pasado mes de julio, y de nuestros cursos de hebreo y griego, desde cero, que iniciaron en junio.

Y a propósito de los dos cursos que conforman nuestra oferta profesional y académica para septiembre y octubre: 1) «Curso de lectura y traducción directa del griego al español» (que inicia el lunes 1ero de septiembre, seis meses de duración); 2) «Diplomado sobre el participio griego» (que inicia el viernes 3 de octubre, seis meses de duración).

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

¡Incluyen material de apoyo y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Más información, modalidades de pago y matriculación Aquí


El objeto directo complementado y no complementado en hebreo y griego, cursos de lenguas bíblicas


 El objeto directo complementado y no complementado

Pistas para el análisis sintáctico (hebreo y griego), la exégesis y la traducción bíblica

Héctor B. Olea C.

Se llama «objeto directo» (o «complemento directo») al segmento de la oración que recibe o sufre directamente la acción verbal de un verbo transitivo (en construcción transitiva), la cual lo puede beneficiar o perjudicar.

Por supuesto, el «objeto directo» puede estar conformado por un sustantivo, por un sintagma o por una proposición. Ejemplos:

José vio a Carlos («Carlos» es el objeto directo: un sustantivo)

José escribió un libro («un libro» es el objeto directo: un sintagma nominal)

José escribió un libro de cuentos («un libro de cuentos» es el objeto directo: un sintagma nominal complementado por un sintagma preposicional: «de cuentos»)

José aceptó que Pedro lo ayudara («que Pedro lo ayudara» es el objeto directo: una proposición subordinada sustantiva de objeto directo)

El objeto directo determinado en hebreo

En lo que respecta al hebreo, cuando el objeto directo es determinado, es introducido o señalado por una partícula intraducible («et»).

Ahora bien, si el objeto directo determinado no está complementado, la partícula «et» precede inmediatamente al objeto directo determinado (situación que vemos en Génesis 1.1).

Pues bien, en Génesis 1 observamos que los dos objetos directos no complementado o modificados («el cielo» y «la tierra») están precedidos de la partícula «et».

Pero si el objeto directo determinado está complementado, la partícula «et» precede directamente al núcleo del objeto directo y no se repite frente al complemento o modificador del núcleo del objeto directo (objeto directo constituido más bien por un grupo sintáctico o sintagma), situación que vemos en dos veces en Génesis 11.31.

En tal sentido, en Génesis 11.31 los dos objetos directos complementados o modificados son «Abram, su hijo» y «Lot, hijo de Harán (Jarán)».

Por supuesto, en el objeto directo constituido por «Abram, su hijo», «Abram» es el núcleo y lo complementa «su hijo» (un sustantivo común con un sufijo pronominal); y en el objeto directo constituido por «Lót, el hijo Harán», «Lot» es el núcleo y «el hijo de Harán» (una cadena constructa) es su complemento.

Consecuentemente, en el texto hebreo, la partícula «et» precede estrictamente a «Abram» y a «Lot», pues ambos constituyen los núcleos de dichos objetos directos complementados.

El objeto directo en griego

Con relación al griego, hay máxima bien conocida que dice que el caso acusativo es el ideal caso del objeto directo de un verbo transitivo (hay unos cuantos verbos transitivos que son complementados con el caso genitivo y con el caso dativo).

Entonces, mientras que el hebreo utiliza la partícula «et» para introducir o señalar estrictamente el objeto directo determinado, el griego emplea, por lo general, el caso acusativo (sin importar el género y el número) para indicar que un segmento de la oración es el objeto directo (determinado o indeterminado).

Sin embargo, cuando el objeto directo es complementado, si el complemento es un adjetivo, dicho complemento o modificador también se coloca en caso acusativo, lo mismo que el núcleo.

Pero cuando el objeto directo es complementado por un sustantivo o sintagma en caso genitivo (situación que abunda mucho en el griego), aunque forma parte del objeto directo, sólo el área nuclear viene en caso acusativo.

Ejemplos:

En Mateo 5.28 en la expresión el que mira a una mujer, «mujer» es el objeto directo no complementado, por tan razón el sustantivo «mujer» está en caso acusativo.

En la traducción griega de Jeremías 31.31 (38.31 en los LXX), la expresión «un pacto nuevo» constituye un objeto directo complementado por un adjetivo, por tal razón tanto el núcleo («pacto») como el modificador o complemento («nuevo») están en caso acusativo.

En Juan 3.14, «el hijo del hombre» es un objeto directo complementado por un sustantivo en caso genitivo (modificador indirecto), por eso en griego sólo «el hijo» está en caso acusativo, y «del hombre» (su complemento) está en caso genitivo.

Finalmente, como siempre, anexo una imagen con tal de hacer más comprensibles estas líneas.

A propósito de nuestra continua oferta profesional y académica en el campo de la lengua griega (clásico y koiné), y muy a propósito de los dos cursos que conforman nuestra oferta académica para septiembre y octubre: 1) «Curso de lectura y traducción directa del griego al español» (que inicia el lunes 1ero de septiembre); 2) «Diplomado sobre el participio griego» (que inicia el viernes 3 de octubre).

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

¡Incluyen material de apoyo y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

¿«Fui hecho ministro» o «he llegado a ser ministro»? Efesios 3.7 y Colosenses 1.23, 25 en el centro de esta cuestión


 ¿«Fui hecho ministro» o «he llegado a ser ministro»?
Efesios 3.7 y Colosenses 1.23, 25 en el centro de esta cuestión
¿Qué es lo que realmente dice el griego?

Héctor B. Olea C.

En tres ocasiones, y en dos de las hoy consideradas «cartas deuteropaulinas» (representantes de la tradición paulina, pero no escritas por Pablo), encontramos la traducción «fui hecho ministro» (Reina Valera 1960, Nueva Biblia de las Américas y otras): Colosenses 1.23, 25 y Efesios 3.7.

Sin embargo, la Biblia de Jerusalén 2018, 2019 las tres veces tradujo: «he llegado a ser ministro» («vine a ser ministro»).

Y en la misma línea de la Biblia de Jerusalén 2018 va la Reina Valera Actualizada 2015 y la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, que proponen la traducción: «llegué a ser ministro» («vine a ser ministro»).

Ahora bien, ¿cuál línea de traducción favorece el griego? ¿La línea de traducción que representan la Reina Valera 1960 y la Nueva Biblia de las Américas?

¿La línea de traducción que representan la Biblia de Jerusalén 2018, la Reina Valera Actualizada 2015 y la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras?

Vayamos al texto griego.

La forma verbal que está en el texto griego de Colosenses 1.23 y 25, y que está detrás de las dos líneas de traducción mencionadas, es «eguenómen» (pronunciación erasmiana), pero «eyenómin» o «ejenómin» (pronunciación reucliniana).

Y la forma verbal presente en Efesios 3.7, también detrás de las dos referidas líneas de traducción, es «eguenézen» (pronunciación erasmiana), pero «eyenízin» o «ejenízin» (pronunciación reucliniana).

Análisis morfológico de la forma verbal presente en Colosenses 1.23 y 25

Análisis morfológico de la forma verbal «eguenómen» (pronunciación erasmiana), pero «eyenómin» o «ejenómin» (pronunciación reucliniana) presente en Colosenses 1.23 y 25.

Si bien exhibe las características de ser una forma verbal en tiempo aoristo segundo, modo indicativo, voz media, primera persona del singular, del verbo «guínomai» («yínome», «jínome»; sin embargo, es necesario tener bien claro que dicho verbo es un «verbo deponente» (verbo que emplea la forma de voz media, pero con el valor de la voz activa).

Es más, de los cuatro temas temporales del sistema verbal griego (presente, aoristo, futuro y perfecto), sólo en el perfecto, por un lado, tiene una forma como un «verbo no deponente», aunque también y, por otro lado, una como «verbo deponente.

Luego, respecto de la forma verbal presente en Colosenses 1.23 y 25, diremos que es una forma verbal, es un verbo «medio deponente», o sea, un verbo que emplea la forma de la «voz media» (acción que realiza el sujeto con un interés personal, y en unos pocos verbos indica una acción reflexiva), pero con el valor de la voz activa.

Consecuentemente, como la acepción básica del verbo «guínomai» («yínome», «jínome») es «pasar del no ser al ser» (verbo intransitivo), una traducción acertada de dicha forma verbal es: «vine a ser», «he venido a ser», «llegué a ser», «he llegado a ser».

Luego, la expresión completa presente en Colosenses 1.23 y 25 «eguenómen diákonos» («eyenómin diákonos») debe ser traducida en la siguiente línea: «vine a ser ministro», «he venido a ser ministro», «llegué a ser ministro», «he llegado a ser ministro».

Análisis morfológico de la forma verbal presente en Efesios 3.7

Análisis morfológico de la forma verbal «eguenézen» (pronunciación erasmiana), pero «eyenízin» o «ejenízin» (pronunciación reucliniana) presente en Efesios 3.7.

Si bien «eyenízin» o «ejenízin» (pronunciación reucliniana) exhibe las características de ser una forma verbal en tiempo aoristo segundo, modo indicativo, voz pasiva, primera persona del singular, del verbo «guínomai» («yínome», «jínome»; sin embargo, como «verbo deponente» que es «guínomai» («yínome»), la forma verbal «eyenízin» o «ejenízin» en realidad consiste en una forma verbal «pasiva deponente» (forma verbal que emplea la forma de la voz pasiva, pero con el valor de la voz activa).

En consecuencia, como la acepción básica del verbo «guínomai» («yínome», «jínome») es «pasar del no ser al ser» (verbo intransitivo), una traducción acertada de la forma verbal «eyenízin» o «ejenízin» también debe ir en la siguiente línea: «vine a ser», «he venido a ser», «llegué a ser», «he llegado a ser».

Luego, la expresión completa presente en Efesios 3.7, «eguenézen diákonos» («eyenízin diákonos») también debe ser traducida en la siguiente línea: «vine a ser ministro», «he venido a ser ministro», «llegué a ser ministro», «he llegado a ser ministro».

Una versión que presenta una situación curiosa y complicada

Si bien la traducción propuesta por la Reina Valera 1960 y la Nueva Biblia de las dos formas verbales presentes en Colosenses 1.23, y 25 y Efesios 3.7, no es acertada; no es menos cierto que se muestran consistentes en su propuesta, al traducir las tres veces empleando la voz pasiva («fui hecho ministro»).

Sin embargo, llama la atención que la llamada Reina Valera Contemporánea (2011), realizada por las Sociedades Bíblicas Unidas, presenta una situación curiosa.

Por un lado, en Colosenses 1.23 tradujo «he llegado a ser ministro» (de forma acertada, como la Biblia de Jerusalén 2018.

Pero en Colosenses 1.25 tradujo «llegué a ser ministro» (de forma acertada, pero como la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras y la Reina Valera Actualizada 2015.

Por otro lado, en Efesios 3.7 tradujo «fui designado ministro», empleando erróneamente la voz pasiva, como la Reina Valera 1960 y la Nueva Biblia de las Américas («fui hecho ministro»), aunque con unas palabras distintas.

En todo caso, no quiero dejar de poner en claro que éste no es un problema de crítica textual.

En efecto, no hay nada que indique que exista una lectura alternativa o variante textual que compita con la forma verbal «eguenómen» (pronunciación erasmiana), pero «eyenómin» o «ejenómin» (pronunciación reucliniana) en Colosenses 1.23 y 25.

Por supuesto, tampoco hay evidencia alguna que indique la existencia de una lectura alternativa o variante textual que compita con la forma verbal «eguenézen» («eyenízin» o «ejenízin», pronunciación reucliniana) en Efesios 3.7.

En conclusión, la línea de traducción desacertada (de las formas verbales en cuestión) que representan la Reina Valera 1960, la Nueva Biblia de las Américas y otras); constituye un ejemplo de una mala comprensión de un aspecto del sistema verbal griego, relativo a la morfología de la voz o diátesis (uno de los accidentes gramaticales del verbo griego), y de la clasificación de los verbos griegos según su morfología (si de voz activa, o si de voz media o pasiva, pero con el sentido de la voz activa).

Moraleja para la exégesis y la traducción bíblica: No toda forma verbal que exhiba la morfología de la voz media pasiva (presente, imperfecto, perfecto y pluscuamperfecto), de la voz media o de la voz pasiva (aoristo y futuro), consiste en una forma verbal que está en voz media o en voz pasiva.

Al respecto, no es posible olvidar las características morfológicas de los llamados «verbos deponentes» y de los «verbos semideponentes».

Finalmente, como siempre, anexo una imagen con tal de hacer más comprensibles estas líneas.

A propósito de nuestra continua oferta profesional y académica en el campo de la lengua griega (clásico y koiné), y muy a propósito de los dos cursos que conforman nuestra oferta académica para septiembre y octubre: 1) «Curso de lectura y traducción directa del griego al español» (que inicia el lunes 1ero de septiembre); 2) «Diplomado sobre el participio griego» (que inicia el viernes 3 de octubre).

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

¡Incluyen material de apoyo y certificado!

¡Inscripciones abiertas!



Una vez más sobre algunas peculiaridades de Evangelios, Mateo 8.28 versus Marcos 5.1, 2 y Lucas 8.26, 27



 Una vez más sobre algunas peculiaridades de Evangelios

Mateo 8.28 versus Marcos 5.1, 2 y Lucas 8.26, 27
Nociones de morfosintaxis griega y precisiones del vocabulario del NT

Héctor B. Olea C.

Cuando la semana pasada hice una publicación en torno a la construcción sintáctica griega llamada «genitivo absoluto», empleada tres veces en el capítulo 8 de Mateo, un apreciado alumno y contacto llamó la atención (hablando estrictamente de la sección que trata sobre la visita de Jesús a la región de los gadarenos o guerasenos) que en sus paralelos de Marcos y Lucas no se empleó dicha construcción sintáctica.

En tal sentido, me propuse poner de relieve algunas realidades al respecto.

En primer lugar, como ya dije antes, la sección que va del versículo 28 al versículo 34 de Mateo 8, la que narra la visita de Jesús y sus discípulos a la región de «los gadarenos» (según Mateo, en griego: «gadarenós»: «de Gadara»), pero de «los guerasenos» según Marcos y Lucas (en griego: «guerasenós»: «de Guerasa»); es introducida por Mateo con la construcción sintáctica llamada «genitivo absoluto».

En segundo lugar, es cierto que no emplea Marcos (5.1) ni Lucas (8.26) el «genitivo absoluto».

Pero el verbo empleado por Marcos en modo indicativo, «érjomai», en aoristo 2do, activo y en la tercera persona del plural, «élzon», es el mismo verbo que utilizó Mateo en «genitivo absoluto».

Y con relación a Lucas, éste empleó un verbo (un verbo compuesto) en modo indicativo, pero distinto al empleado por Marcos, un verbo que en realidad constituye un «jápax legómenon» en el Nuevo Testamento, el verbo «katapléo» (navegar hacia la costa, acercarse a la costa, arribar, atracar).

Sin embargo, el verbo simple y base del compuesto «katapléo», o sea, «pléo» (navegar, ir en barco) por lo menos aparece seis (6) veces en todo el NT, y sólo en Lucas, Hechos y Apocalipsis: Lucas 8.23; Hechos 21.3; 27:2, 6, 24; Apocalipsis 18.17

Ahora bien, llama la atención que, si bien emplea Lucas el verbo «katapléo», no es menos cierto que dicho verbo tiene de correlativo el mismo verbo que tiene el verbo «érjomai» («élzon») empleado por Marcos, o sea, el verbo «diérjomai» (ir a través de, cruzar, atravesar, pasar), como se puede observar en Marcos 4.35 y en Lucas 8.22, por supuesto, en tiempo aoristo segundo y en modo subjuntivo: «diélzomen» (crucemos, pasemos, atravesemos).

Pero el correlativo del verbo empleado por Mateo (8.28) en la construcción «genitivo absoluto», a diferencia de Marcos y Lucas, es el verbo «apérjomai» (irse de, alejarse de, partir de, marcharse de), empleado en su infinitivo aoristo 2do activo: «apelzéin», en la expresión: «ekéleusen apelzéin eis to péran»: «mandó a irse, marcharse, hacia el otro lado» (Mateo 8.18).

En todo caso, tienen en común el verbo empleado por Mateo (en 8.18, «apérjomai»), y el verbo empleado por Marcos (en 4.35) y por Lucas (en 8.22), el verbo «diérjomai», que ambos son formas compuestas y que tienen de base el mismo verbo, la misma base léxica, o sea, el verbo de movimiento o traslación: «érjomai» (desplazarse de un lugar a otro).

Pero a diferencia de Marcos 4.35 y de Lucas 8.22, que emplean el verbo en la primera persona del plural («diélzomen»: pasemos, crucemos); Mateo 8.18 emplea un infinitivo «apelzéin»: ir, partir, marchar.

Además, Mateo vuelve concentrarse y a enfocarse en la persona de Jesús, con el empleo de un «participio apositivo» (participio adverbial) en tiempo aoristo primero y en caso dativo masculino singular («embánti») conectado sintácticamente con el pronombre personal de la tercera persona masculina singular («autó») haciendo referencia a Jesús: «y después de entrar él a la barca», «y al subirse él a la barca».

Por eso, al llegar al versículo 28 (Mateo 8.28), con el «genitivo absoluto»: «elzóntos autú» también se enfoca en Jesús: «después de ir él», «después de llegar él», «al llegar él», no como Marcos y Lucas: vinieron, llegaron, arribaron.

El «genitivo absoluto» (participio adverbial) empleado por Marcos (5.2)

Pienso que no es posible perder de vista el «genitivo absoluto» empleado por Marcos (5.2) al proporcionar una información adicional y circunstancial: «y cuando salió de la barca» (traducción versión Reina Valera 1960).

En efecto, la traducción «y cuando salió de la barca» («y después de salir de la barca») es un «genitivo absoluto» constituido de manera similar al empleado por Mateo 8.28, sólo con la diferencia de que Mateo empleó el verbo simple («elzóntos»), pero Marcos lo empleó en su forma compuesta («exelzóntos»).

El «participio apositivo» (participio adverbial) empleado por Lucas (8.27)

Por su parte, tampoco es posible obviar el «participio apositivo» en caso dativo masculino singular (participio adverbial como el «genitivo absoluto» empleado por Mateo y Marcos), que utilizó Lucas (8.27) reflejado en la expresión con que tradujo la versión Reina Valera 1960 en la expresión: «al llegar él a tierra» («cuando él salió de la barca a la tierra»), en griego: «exelzónti de autó épi ten guen».

En resumen, si bien no emplea Lucas (8.27), como Marcos, un «genitivo absoluto» para hacer referencia a la llegada de Jesús a la región de los gadarenos o guerasenos; sin embargo, también utilizó un participio adverbial, un «participio apositivo», aoristo segundo, dativo masculino singular («exelzónti»), (8.27), participio del verbo «exérjomai» (ir fuera de, salir), verbo compuesto que también tiene de base el ya mencionado verbo de traslación o movimiento «érjomai» y que hace referencia a Jesús (vía el pronombre personal de la tercera persona masculina singular, también en caso dativo).

Finalmente, como siempre, anexo dos imágenes con tal de hacer más comprensibles estas líneas.

A propósito de nuestra continua oferta profesional y académica en el campo de la lengua griega (clásico y koiné), y muy a propósito de los dos cursos que conforman nuestra oferta académica para septiembre y octubre: 1) «Curso de lectura y traducción directa del griego al español»; 2) «Diplomado sobre el participio griego».

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

¡Incluyen material de apoyo y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Más información, modalidades de pago y matriculación Aquí


¿Sabía usted que no existe una sola forma de leer y transliterar el griego? Unas puntualizaciones necesarias y oportunas


 ¿Sabía usted que no existe una sola forma de leer y transliterar el griego?

Sobre las dos formas de leer y transliterar del griego al español
Unas puntualizaciones necesarias y oportunas

Héctor B. Olea C.

En mi opinión, las personas que se matriculan en un curso de griego deben estar al tanto, se les debe hacer conscientes de dos cosas: la primera, que no existe una única forma de leer el griego; la segunda, el sistema de pronunciación y lectura que se va a emplear: si la pronunciación erasmiama o si la pronunciación reucliniana (la del griego moderno), al margen de la discusión de cuál se considere la más ideal o legítima.

Después de todo, en honor a la verdad, un curso de griego no es mejor ni peor si aplica la pronunciación erasmiama o si la pronunciación reucliniana.

Luego, como al fin y al cabo no me parece que será posible impedir que muchos sigan aplicando y defendiendo la todavía dominante pronunciación erasmiana ni será posible impedir la aplicación y defensa de la pronunciación reucliniana; mi consejo es que en un curso de griego clásico o koiné actual y profesional se debería enseñar a leer el griego con ambos sistemas de lectura y pronunciación, al margen de si al final se opta por aplicar más, exclusivamente o casi exclusivamente un sistema de lectura en lugar del otro, el que fuere.

Por cierto, se debe estar al tanto, por un lado, de que el debate en torno a la pronunciación erasmiana y la pronunciación reucliniana no es una problemática en torno al alfabeto, pues el alfabeto es el mismo; sino más bien respecto de los valores fonemáticos de las letras que conforman el mismo y único alfabeto, y sus combinaciones.

Por otro lado, tampoco es una problemática en cuanto a la traducción, pues un texto griego, una expresión griega, sin importar el sistema de lectura y pronunciación que se emplee (como voy a mostrar en una imagen anexa) si la erasmiana o si la reucliniana, debe tener una misma traducción (no hablo de emplear las mismas palabras) con base a lo que dicta la gramática (morfosintaxis) griega.

Pero tampoco consiste en una discusión relacionada con la sintaxis (organización o estructura sintáctica de las palabras), ya que el texto griego (clásico o koiné) trae ya su propia sintaxis en conformidad a las características del griego clásico y del griego koiné, independientemente del sistema de lectura y transliteración que se emplee.

Además, la aplicación de la pronunciación reucliniana no hace moderno al griego clásico o al griego koiné; en otras palabras, la aplicación (aunque sea parcial) de la pronunciación reucliniana en la enseñanza y lectura del griego clásico y del griego koiné no implica someter estas dos etapas de la lengua griega a las características morfosintácticas del griego moderno.

En realidad, las diferencias entre leer y transliterar el griego según la pronunciación erasmiana y leer y transliterar el griego según la pronunciación reucliniana se sitúan en el plano de los fonemas y los sonidos lingüísticos.

En tal sentido, con estas líneas me propuse ilustrar al público general respecto de las principales diferencias entre la pronunciación reucliniana y la pronunciación erasmiana, en tres aspectos específicos: 1) la aspiración inicial, 2) las diferencias fonemáticas respecto de algunas consonantes, y 3) las diferencias fonemáticas en relación a los grupos vocálicos o diptongos.

La ausencia da la aspiración inicial griega

Si bien en los textos del Nuevo Testamento toda palabra que inicie con vocal va a exhibir uno de los dos signos de la aspiración inicial (el espíritu suave o el espíritu rudo, y éste último agregándole el sonido de «jota» (j) a la vocal o diptongo, detalle que se pone de relieve en la pronunciación erasmiama); pero cuando se leen los textos del Nuevo Testamento en conformidad a la pronunciación reucliniana, no se refleja en la lectura ni en la transliteración el espíritu rudo (el espíritu suave no altera la pronunciación de la vocal o diptongo, por eso no se refleja en la lectura y transliteración incluso en la pronunciación erasmiana).

Por cierto, también exhibirá la aspiración inicial (siempre el espíritu rudo) toda palabra griega que inicie con la letra «rho» (r).

Consecuentemente, como en el griego moderno no existen ya los signos de la aspiración inicial griega con sus implicaciones fonemáticas, cuando se leen los textos griegos antiguos (los del griego clásico y los del griego koiné, que sí exhiben la aspiración inicial) según la pronunciación reucliniana, simplemente se reconocen como «marcas ortográficas», pero sin ninguna implicación para la lectura o pronunciación de la palabra.

Diferencias en relación a algunas consonantes

En sentido estricto, hay principalmente tres consonantes que se pueden nombrar y hasta leer de una manera muy distinta dependiendo de si se aplica la pronunciación reucliniana o si la pronunciación erasmiana: 1) la «beta» («b», según la pronunciación erasmiana), pero «vita», «v», según la pronunciación reucliniana; 2) la gáma (que en la pronunciación erasmiana puede tener dos valores: el de la «g» española como en «gato» seguida de cualquier vocal, pero el de la «n» cuando es seguida de otra «gáma», de una «kápa», de una «xi» y de una «ji»); sin embargo, en la pronunciación reucliniana puede tener los mismos valores que en la pronunciación erasmiana, pero añade otros, como el de la «ye» española en «yeso»; 3) la «théta» («z», según la pronunciación erasmiana), pero «thíta» (igualmente «z»), según la pronunciación reucliniana.

En todo caso, las principales y más sobresalientes diferencias que existen entre la pronunciación erasmiana y la pronunciación reucliniana, tienen que ver con las vocales y sus combinaciones (los llamados «diptongos propios»).

Por supuesto, estas diferencias en la forma de leer las vocales y los llamados «diptongos propios», también tienen sus implicaciones en la forma de llamar o nombrar las letras del alfabeto griego.

Por un lado, según la pronunciación erasmiana, la letra «eta» representa el sonido o fonema «e», pero según la pronunciación reucliniana, la letra es «íta» y representa el sonido o fonema «i».

Por otro lado, según la pronunciación erasmiana, la letra «ípsilon» puede tener dos valores: el valor de «i» si va sola, pero el valor de la «u» en los llamados «diptongos propios».

Pero como ya no existen propiamente los «diptongos propios» para la pronunciación reucliniana, para el griego moderno, la «ípsilon» siempre va a representar el sonido o fonema vocálico «i».

Diferencias en relación a los «diptongos propios»

Los que, según la pronunciación erasmiana son «diptongos propios», para la pronunciación reucliniana, para el griego moderno son más bien «dígrafos»; en sentido estricto «diptongos monoptongados» (en los que ya no suenan las dos vocales) sino que representan o constituyen un solo sonido (vocálico) o el sonido de una vocal y una consonante.

Por cierto, de los llamados «diptongos propios» para la pronunciación erasmiana, el único que ya se considera un «dígrafo», un «diptongo monoptongado» es la combinación de la «ómicron» y la «ípsilon» (que siempre representa el sonido o fonema «u»).

Finalmente, debo decir que los aspectos aquí analizados los profundizaremos en nuestro «Curso de lectura y traducción directa del griego al español», un curso esencialmente práctico que fortalecerá la práctica de la lectura correcta y traducción directa del griego koiné (bíblico) al español, que inicia el lunes 1 de septiembre.

Recomendado para las personas que ya poseen cierto conocimiento de la lengua griega, pero que desean y necesitan fortalecer la práctica de la lectura del griego (según la pronunciación erasmiana y la pronunciación reucliniana) y la tarea de traducir de manera directa del griego al español (general y latinoamericano).

Duración: 6 meses.

Día y horario: lunes 5:00 – 7:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 4:00 – 6:00 PM Colombia y Perú; 6:00 – 8:00 PM Argentina y Chile.

Por supuesto, con tal de hacer mucho más comprensibles estas líneas, invito a considerar la imagen anexa, con la cual voy a poner un ejemplo claro y concreto de las implicaciones de leer y transliterar un mismo texto griego según la pronunciación erasmiana y según la pronunciación reucliniana.

¡Incluye bibliografía y certificado!

¡Inscripciones abiertas!

Información general, modaliades de pago y matriculación Aquí