Una
perspectiva crítica
Héctor B.
Olea C.
Si bien podemos decir que se entiende
adecuadamente el uso de la expresión “un hombre según el corazón de Dios”; lo
cierto es que tal expresión, como tal, no se la encuentra en la Biblia. Además,
el que David haya sido considerado “un hombre según el corazón de Dios” ¿supone
este calificativo que una indicación, un sello de perfección y de conducta
intachable?
Por otro lado, es preciso poner de
relieve que el punto de arranque para el empleo de esta muy popular expresión,
lo encontramos en 1 Samuel 13.14 (sólo en la narración deuteronomista), en
ocasión y contexto en que el profeta Samuel le comunica al rey Saúl que por su
reiterada desobediencia Dios lo había desechado para seguir siendo rey, y se
había buscado un sustituto que era conforme a su corazón. Consideremos dicho texto:
“Mas ahora tu reino no será duradero.
Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha
designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado
lo que Jehová te mandó” (1 Samuel 13.14)
Por otro lado, encontramos en el Nuevo
Testamento la única referencia en toda la Biblia a 1 Samuel 13.14, a saber Hechos 13.22.
Consideremos también este texto:
“Quitado éste, les levantó por rey a
David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de
Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”
Ahora bien, ante esta apelación
acrítica del autor de Hechos a 1 Samuel 13.14, cabe preguntar: ¿Habrá conocido
el autor de Hechos la misma historia de David que nosotros conocemos
ateniéndonos estrictamente a la narración canónica del Antiguo Testamento?
Además, por el contexto en que surge
la idea de “un varón conforme al corazón de Dios”, tenemos que concluir que “un
hombre según el corazón de Dios”, sencillamente sería un hombre común y
corriente, de carne y hueso, pero preocupado y esforzado en hacer lo que Dios
le ordenara, lo que Dios le pidiera, en fin, la voluntad de Dios (cosa que le
fue prácticamente imposible para Saúl, y en cierta forma, para David
también).
En consecuencia, el contraste que vino
a sugerir la expresión “un varón conforme al corazón de Dios”, es el siguiente:
Saúl, “hombre no conforme al corazón de Dios” (varón desobediente); el
sustituto de Saúl, David, un “hombre conforme al corazón de Dios” (varón
obediente).
Pero cabe preguntar: ¿Fue en realidad
David un hombre conforme al corazón de Dios”, en el sentido básico al que
apunta dicha expresión? ¿Fue David tan obediente como se esperaba? Además, al
considerar todos los hechos de David, ¿en realidad fue Saúl tan malo como se
cree o nos han hecho creer?
Luego, según la narración bíblica
misma y, en sentido estricto, ciertamente Saúl no pudo ser un hombre “conforme
al corazón de Dios”, pero David tampoco.
Consecuentemente, es legítimo
preguntar: ¿Fueron mortales los pecados de Saúl, pero veniales, los de David?
¿Tuvo Dios un villano o pecador favorito, David? ¿Cómo habrán sido matizados y
retocados los relatos de la vida de David en la medida en que la figura de éste
se fue idealizando? ¿En verdad mató David a Goliat (compárese 1 Samuel 17.1-58;
2 Samuel 21.19)?
Pienso que una manera de articular una
respuesta adecuada a estas preguntas es considerando la perspectivas desde las
cuales escribieron los autores de los llamados libros históricos del Antiguo
Testamento.
En primer lugar, como nos dice Antonio
González Lamadrid, “En la
Biblia todos los libros son teológicos, también los que
llamamos históricos, incluidos 1 y 2 Samuel. Esta realidad nos dice mucho de
cómo y por qué se incluyen y se excluyen ciertos detalles en toda la narración
bíblica”.
En segundo lugar, como también nos
dice el mismo Lamadrid: “Una lectura comparada de las historias deuteronomista
(Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes) y cronista (1 y 2 Crónicas, Esdras,
Nehemías), permite descubrir la libertad de los historiadores bíblicos a la
hora de tratar los acontecimientos y sus protagonistas. Cierto, no es una
libertad caprichosa, sino que viene determinada por dos acondicionamientos
principales. Primero, por los presupuestos teológicos de los que parte que cada
uno de los historiadores. Segundo, por la finalidad que se proponen y los
destinatarios a los que dirigen la obra” («Historia, Narrativa, Apocalíptica»,
páginas 139, 140).
En tercer lugar, como muy bien apunta la Biblia del peregrino
edición de estudio (de Luís Alonso Schokel) en la introducción a los libros de
Samuel: “En primer lugar, el Duteronomista tiene ideas bastantes claras y
precisas, que orientan el relato en su conjunto. Los criterios del
Deuteronomista y la situación histórica
condicionan seriamente al autor. Su historiografía es tendenciosa. En segundo
lugar, estos libros de Samuel son descaradamente favorables a David, contra
Saúl, y por tanto, no menos tendenciosa”.
En cuarto lugar, si bien los libros de
Samuel son muy favorables a David, no es menos cierto que nos muestran a un
David mucho menos idealizado como el que nos presenta la historia cronista. “La
tendencia a idealizar a David alcanzará su culminación dentro de la Biblia en la historia del
cronista. El David de 1 Crónicas es el hombre y el rey ideal, todo luz y
claridad, sin manchas, ni sombras” (Lamadrid, fuente citada, página 139).
En quinto lugar, si bien es demasiado
favorable a David, la historia deuteronomista; no es menos cierto que para el
deuteronomista no es David el rey ideal y perfecto, sino Josías (considérese 2
Reyes 23.25). Por otro lado, es David el rey ideal y perfecto para el cronista.
Esto explica por qué en los libros de Samuel, David es presentado con muchas
luces, pero también con muchas sombras, pero en la obra cronista, como un
monarca perfecto.
Además, precisamente por lo que acabo
de decir, se comprende que el deuteronomista no excluyera los detalles
relacionados a la relación de David y Jonatán, incluso si habrían de originar
ciertas sospechas de que tal relación podría implicar un posible amorío de tipo
homosexual entre éstos. A la vez, y por las mismas razones, se comprende que el
cronista en su versión o relato excluyera los detalles relacionados con la
relación entre David y Jonatán.
En sexto lugar, si la sospecha de que
la relación entre David y Jonatán, según nos la cuenta el deuteronomista,
ciertamente podía dar origen a ciertos cuestionamientos y hacer pensar que hubo
entre ellos algo más, mucho más que una profunda amistad (como pensamos nosotros);
si esta fue la sospecha del cronista y por eso ignoró este detalle de la vida
de David; sin duda que tenía razón.
En séptimo lugar, si la sospecha de
que la relación entre David y Jonatán, según nos la cuenta el mismo
deuteronomista, ciertamente podía dar origen a ciertos cuestionamientos y hacer
pensar que hubo entre ellos algo más, mucho más que una profunda amistad; si
esta fue la sospecha del deuteronomista, y por eso se esmeró en contarla con
lujo de detalles, como una manera de establecer ciertos contrastes entre David,
el rey imperfecto (con una imagen pública y privada muy cuestionable), y hasta
envuelto en una relación amorosa de tipo homosexual; y Josías, su rey perfecto;
sin duda que también tuvo razón.
Finalmente, si para el cronista David
fue el hombre conforme al corazón de Dios, es decir, obediente en todo (cuando
en realidad no lo fue); para el deuteronomista lo fue Josías, así de sencillo.
Por favor, esto es una critica a la Palabra de Dios. No una critica a un libro secular. Puede haber este tipo de comentario de que gente que tiene el entendimiento y por tanto la vida retorcida, pero que no puede darse espacio en un blog, como este. Por favor, ¿que pasa con este hermano, que se le confundieron los estudios?
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