Uno mis apreciados alumnos me planteó la
siguiente pregunta: ¿Hay algún libro “inspirado” que no esté o no haya entrado
en el canon bíblico tal y como lo conocemos hoy? Y mi respuesta va en la
siguiente dirección: Para mí, en lo personal, pienso que la pregunta no es si
hay algún libro “inspirado” que no haya entrado en el canon bíblico, o de si
los únicos libros “inspirados” son los que conforman el llamado canon bíblico,
los que finalmente lograron entrar en él; sino y más bien: ¿Qué libro de la
Biblia entró en el canon porque la Biblia misma le reconoció o le atribuyó la
cualidad de “inspirado, o porque el libro mismo se haya identificado como tal, o
haya reclamado para sí (incluso su autor) poseer dicha cualidad?
Claro está, el problema es que en realidad la
lista de los libros considerados inspirados y autoritativos (el atribuirle o no
a un libro la cualidad de “inspirado”); en otras palabras, la conformación del
canon bíblico como tal, no ha sido tanto un asunto bíblico, como sí un asunto y
decisión eclesial. En otras palabras, fueron las comunidades de fe las que
asumieron como “inspirados” a un determinado conjunto de libros, y no que los
libros mismos y sus autores hayan reclamado poseer dicha cualidad.
Además, una acertada traducción del texto
griego de 2 Timoteo 3.16 que, por supuesto, tiene que ser distinta a la que
leemos en la Reina Valera 1960 y en casi todas las versiones de la Biblia; no
afirma que todos o una parte de los libros que conforman el canon bíblico son
“inspirados”. Lo que sí hace 2 Timoteo 3.16 es mencionar las utilidades y
beneficios que en su momento se le atribuían a un libro considerado “inspirado”,
sin establecer en algún sentido, y ni siquiera sugerir cuáles libros del canon
bíblico son “inspirados” y cuáles no.
Finalmente, es preciso admitir que en verdad
ni el AT ni el NT, ni la Biblia como tal (entendida como una construcción
cristiana), establecen cuáles libros son inspirados y cuáles no, así de
sencillo. Después de todo, el asumir y el dejar fuera a algunos libros, la
conformación de la Biblia como tal, fue sencillamente una decisión eclesial. Los
libros que fueron asumidos, fueron defendidos, justificados y considerados “inspirados”,
y los dejados a fuera, no fueron considerados como tales.
En suma, la iglesia conformó la Biblia, no la
Biblia así misma, ni a la iglesia.
¡Buenas tardes!
No hay comentarios:
Publicar un comentario