¿Qué opinión personal tengo de esta obra? ¿Recomiendo yo
esta obra?
Héctor
B. Olea C.
Mi hermano Jorge Alejando Ausello tiene a
bien querer tener mi opinión personal respecto
de la obra de César Vidal Manzanares «El Nuevo Testamento –Interlineal-Griego-Español», publicada por el Grupo Nelson en el año 2011.
¿Qué opinión personal tengo de esta obra? ¿Recomiendo
yo esta obra?
En primer lugar, diré que un detalle
importantísimo que debe tenerse en cuenta en lo que a la calidad del texto
griego se refiere, a la exégesis y la crítica textual, es que su autor es
radicalmente opuesto al texto crítico del NT,
y se muestra defensor y comprometido a ultranza con el llamado «Textus
Receptus» (texto recibido), conocido también como texto mayoritario, el cual es
la base textual de la obra en cuestión. Por ejemplo, esto explica que la
versión castellana que acompaña la propia traducción de Vidal Manzanares es
curiosamente la Reina Valera 1909, y ni quisiera la Reina Valera 1960.
En segundo lugar, al margen de la calidad textual del texto griego base para la obra de Vidal Manzanares, es preciso tener cuenta que la obra en cuestión merece un análisis crítico (como cualquier otra obra de la misma naturaleza) que haga salir a relucir tanto sus fortalezas como sus debilidades como traducción en sí.
En tercer lugar, para ser coherente y
consistente con lo que por tantos años vengo diciendo respecto de toda versión de
la Biblia (parcial o completa), esta obra merece un trato justo y consciente.
En tal sentido, no favorezco que se le aplique una especie de censura previa,
como tampoco que nos acerquemos a esta obra de una manera acrítica. Será caso
por caso, un estudio crítico y consciente (sin prejuicios ni a favor ni en
contra) caso por caso, y no una declaración general de su supuesta fidelidad y
calidad, lo que ha de marcar nuestro acercamiento a esta obra, y lo que ha de
poner de relieve tanto sus aciertos como sus desaciertos como traducción.
En cuarto lugar, por supuesto que recomiendo
la adquisición de la obra de Vidal Manzanares, como la de cualquier otra obra de
su naturaleza, pero manteniendo siempre presentes y sin perder de vista las
recomendaciones que he planteado en el párrafo anterior.
En quinto lugar y finalmente, como un ejemplo
específico de una evaluación mediante un caso concreto, me es preciso
puntualizar que, a la luz de la más reciente entrada de mi blog (Estudios
Bíblicos y Teológicos Académicos): «Reina
Valera 1960» y la «Biblia de Jerusalén 1998» versus la «Traducción del Nuevo
Mundo de las Santas Escrituras»; es obvio que en este caso concreto, la obra de
Vidal Manzanares sigue a la Reina Valera 1960 y a la Biblia de Jerusalén,
cuando tradujo: «No se turbe de vosotros el corazón. Creéis en Dios,
también en mí creed»; por supuesto y, en consecuencia, quedando muy mal parada
junto a las dos mencionadas y muy conocidas versiones de la Biblia, y no siendo
mejor en este caso concreto, que la «Traducción
del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras», así de sencillo.
¡Feliz sábado!
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