Sobre el modo imperativo griego
Pautas para la exégesis bíblica y su traducción
Héctor B. Olea C.
En lo que respecta al español, el modo imperativo se reduce estrictamente a la segunda persona gramatical, singular y plural: ama tú, amad vosotros, amad vosotras, y en el español latinoamericano: ama tú, amen ustedes (2da persona plural masculina y femenina).
Luego, con relación a la primera persona del plural (nosotros, nosotras), el español se sirve más bien del llamado «subjuntivo exhortativo» (comamos, estudiemos), con el valor del modo imperativo.
También emplea el español el modo subjuntivo para el llamado «imperativo de cortesía» respecto de la segunda persona del singular: hable usted, pase usted.
Por supuesto y, en realidad, emplea el español latinoamericano el modo subjuntivo para el imperativo de la segunda persona plural (masculina y femenina): amen ustedes.
Por otro lado, para los mandatos en negativo o prohibiciones, el español no emplea el modo imperativo, sino el modo subjuntivo: No hables tú, no hable usted, no hablen ustedes, no hablen ellos.
Finalmente, es preciso decir que el imperativo español no comunica precisamente el tiempo cronológico (el tiempo en que se supone que ocurre la acción del imperativo), sino que más bien expresa una circunstancia de mandato (una acción que se espera se realice, pero que, tal vez, no llegue a realizarse), por lo general con un valor aspectual ingresivo y en voz activa (demandando el inicio de una acción: ve a la escuela, descansa, trabaja, estudia, etc.).
Sobre el modo imperativo griego
El modo imperativo griego, a diferencia del español, está presente en tres de los cuatro temas temporales del sistema verbal griego: el presente, el aoristo y el perfecto (en el Nuevo Testamento sobresalen el imperativo de presente y el imperativo aoristo).
Por otro lado, no existe el modo imperativo en el tiempo futuro griego.
También está presente el imperativo griego en las tres voces del sistema verbal griego: voz activa, voz media y voz pasiva.
En cuanto a las personas gramaticales, el modo imperativo griego se emplea en las segundas y terceras personas, del singular y del plural.
De todos
modos, el imperativo de la tercera persona (singular y plural) es mucho menos
frecuente que el de la segunda persona (singular y plural).
Ahora bien, que el imperativo griego se emplee en tres temas temporales (presente, aoristo y perfecto) no significa que haga referencia al tiempo cronológico (al tiempo en que se realiza la acción verbal), pues su valor temporal es más bien relativo.
En realidad, el imperativo griego, en los tres temas temporales en los que está presente, más bien hace referencia al aspecto de la acción.
Uso del imperativo de presente
El imperativo de presente se usa tanto para ordenar como para prohibir.
Si con el imperativo de presente se hace referencia a una acción verbal ya iniciada, en proceso, en desarrollo; se pide que dicha acción continúe: «estudia», con el sentido de: «sigue estudiando», «continúa estudiando».
Pero si la acción que se exige todavía no ha iniciado, se pide que dicha inicie, continúe y permanezca en el futuro: «comienza a estudiar y sigue estudiando».
Las prohibiciones en el imperativo de presente
Las prohibiciones en el tema de presente sugieren la demanda del cese de una acción en proceso, ya iniciada: «no estudies», con el sentido de «deja de estudiar», «no sigas estudiando».
Uso del imperativo aoristo (1ero o 2do)
A diferencia del imperativo de presente que se usa tanto para mandar como para prohibir, en el aoristo, el modo imperativo se emplea para ordenar, pero el modo subjuntivo para prohibir.
Sin embargo, hay en el Nuevo Testamento ocho casos raros de prohibiciones con el imperativo aoristo, por ejemplo: Mateo 6.3; 24.17, 18; Marcos 13.15 (dos veces), 16; Lucas 17.31 (dos veces).
Luego, con el imperativo aoristo se exige el inicio de una acción puntual o ingresiva: «estudia», con el sentido de: «ponte a estudiar», «comienza a estudiar», sin hacer referencia a su duración o repetición.
Las prohibiciones en el subjuntivo aoristo (1ero y 2do)
Las prohibiciones en el subjuntivo aoristo, procuran evitar el inicio de una determinada acción: «no estudies», con el sentido de: «no te pongas a estudiar», «no comiences a estudiar».
Casos ilustrativos
El imperativo de presente en Marcos 5.41
Aquí la forma verbal en tiempo presente, pero en modo imperativo es «égueire», imperativo presente, activo, de la segunda persona del singular, del verbo «eguéiro» (yo levanto, yo pongo en pie).
Consecuentemente, el imperativo «égueire» (levántate), exige el inicio de una acción que ha de continuar en el presente inmediato y en el futuro: «levántate y sigue en pie».
El imperativo de presente y el imperativo aoristo en la perícopa de El hombre rico (Marcos 10.17-31; Mateo 19.16-30; Lucas 18.18-30)
Asumiendo a Marcos como el punto de partida, es preciso poner de relieve que en Marcos 10.21 se emplean dos imperativos aoristos y un imperativo de presente.
De acuerdo al orden en que se encuentran los referidos imperativos, el primero que aparece es el imperativo aoristo «póleson», imperativo aoristo primero, activo, segunda persona del singular, del verbo «poléo» (yo vendo).
Por supuesto, el sentido del imperativo aoristo «póleson» es ingresivo: «vende todo lo que tienes», o sea, «ponte a vender todo lo que tienes».
El segundo imperativo aoristo en Marcos 10.21 es «dos», un imperativo, aoristo segundo, activo, de la segunda persona del singular, del verbo «dídomi» (yo doy, yo entrego), también con un sentido ingresivo: «comienza a dar», «ponte a darles a los pobres el producto de tus bienes vendidos».
Y el tercer imperativo empleado en Marcos 10.21 es «akolúzei», un imperativo de presente, segunda persona del singular, activo, del verbo «akoluzéo» (yo voy detrás, yo sigo a, yo obedezco a, etc.).
Luego, el sentido del imperativo de presente «akolúzei» es: «comienza a seguirme y sigue siguiéndome», «comienza a seguirme y no dejes de seguirme».
El reflejo de Marcos 10.21 en Mateo 19.21
Mateo, siguiendo fielmente a Marcos, también emplea y de manera exacta los tres imperativos empleados por Marcos: «póleson», «dos» y «akolúzei».
El reflejo de Marcos 10.21 en Lucas 18.22
Lucas, por su parte, sigue a Marcos y a Mateo en emplear el imperativo aoristo primero «póleson», y el imperativo de presente «akolúzei».
Pero a diferencia de Marcos y Mateo, en lugar de emplear el imperativo aoristo segundo, «dos», del verbo simple (no compuesto) «dídomi» (yo doy, yo entrego), emplea el también imperativo aoristo segundo, «diádos», pero del verbo compuesto «diadídomi» (yo distribuyo, yo reparto).
En todo caso, coinciden los tres evangelios sinópticos en señalar que Jesús confrontó al hombre rico con tres imperativos, dos de ellos imperativos aoristos, indicando dos acciones ingresivas: «ponte a vender todo lo que tienes», y, consecuentemente, «comienza a dar» (a distribuir) a los pobres lo obtenido con la venta de tus posesiones; y con un imperativo de presente, con el que le demandó que comenzara a seguirlo y siguiera tras él.
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