A propósito de una pregunta que me fue
planteada.
Y muy a propósito de nuestro «Curso online de
griego koiné (estudio completo de la gramática del idioma original del Nuevo
Testamento)», que inicia el miércoles 8 de enero 2020.
Lucas 2.22: «Y cuando se
cumplieron los días de la purificación»… ¿«de ellos» (griego «autón»), «de
ella» (griego «autés») o «de él» (griego «autú»)?
Análisis morfológico de la
palabra griega que está detrás de la traducción «de ellos» («autón»)
«autón» consiste en el caso
genitivo masculino plural (si bien dicha morfología es la misma y por igual
para el genitivo femenino plural, y para el genitivo neutro plural) del
pronombre personal de la tercera persona plural, cuya forma léxica es «autós».
Análisis morfológico de la
palabra que estaría detrás de la traducción «de ella» (griego «autés»)
«autés» consiste en el caso
genitivo femenino singular del pronombre personal de la tercera persona. La morfología
del nominativo singular es «auté».
Análisis morfológico de la
palabra griega que está detrás de la traducción «de él» («autú»)
«autú» consiste en el caso
genitivo masculino singular (morfología que también es la misma del caso genitivo
neutro singular), del pronombre personal de la tercera persona del singular, cuya
forma léxica es «autós». Nota: por razones prácticas no menciono aquí otros usos
que tiene la palabra griega «autós».
Luego, desde el punto de
vista histórico, sin duda alguna que la lectura correcta sería «de ella»
(«autés»), de la mujer, de María. Esto así, en primer lugar, en conformidad a lo
que establece Levítico 12.1-8; y en segundo lugar, porque no hay evidencia de
una tradición judía que paralelamente estableciera, en este mismo contexto, la
necesidad de la purificación también del padre.
No obstante, llama la
atención y no podemos perder de vista que, lamentablemente, la Crítica Textual
del Nuevo Testamento no cuenta con un manuscrito de relativa importancia que dé
testimonio de la lectura «autés» (de ella), la históricamente correcta.
En tal sentido debo decir
que si bien el «Comentario Bíblico San Jerónimo» menciona que la lectura «de
ella» («autés»), cuenta con el apoyo de al menos algún manuscrito de la
tradición siríaca; no es menos cierto que el aparato crítico de la Edición 28
del Nuevo Testamento Griego Nestlé-Aland no da cuenta de ello.
Consecuentemente, desde el
punto de vista de la Crítica Textual, sólo hay dos lecturas que compiten y que cuentan
con algún apoyo textual que merece destacarse.
La lectura que desde el punto
de vista de la Crítica Textual cuenta con el mejor apoyo textual, es «de ellos»
(«autón»).
La lectura «de él» (apuntando
a Jesús), hay que desestimarla. Por un lado, porque desde el punto de vista
histórico tenemos que admitir que la normativa mosaica y tradición judía exigían
la dedicación o consagración del varón que abría la matriz, pero no la
purificación que se le exigía específicamente a la mujer, a la madre; véase
Éxodo 13.2, 12).
Por otro lado, otra razón
para desestimar la lectura «de él», es que sólo cuenta con el apoyo del Códice
Beza (D), del manuscrito Sinaítico siríaco, y de algunos manuscritos latinos.
Luego, es preciso poner de
relieve que el testimonio del Códice Beza (D), del siglo V, sólo es de valor
cuando coincide con los mejores testigos de la Crítica Textual del NT, como el
uncial Sinaítico (del siglo IV) y el uncial Vaticano (también del siglo IV),
considerado el testigo más importante.
En todo caso, me resulta muy
curioso que el «Comentario del contexto cultural de la Biblia, Nuevo
Testamento» (el trasfondo cultural de cada versículo del Nuevo Testamento,
Editorial Mundo Hispano), al comentar Lucas 2.22-24, le saca el cuerpo al
problema aquí planteado y sencillamente se contenta con afirmar: “Estos versículos se
refieren a Éxodo 13:2, 12 y Levítico 12:8. Los padres de Jesús cumplen la
"ley de Moisés en forma correcta y V piadosa”.
Ahora bien, consiste el texto de Lucas
2.22-24 en un pasaje donde una obra que pretende arrojar luz sobre el contexto
sociocultural de cada versículo de la Biblia, debería explayarse y poner de
relieve que, precisamente, la que parece ser la lectura que salió de la mano
del hagiógrafo («la purificación de ellos») se muestra contraria a la
normativa, a la costumbre, al derecho consuetudinario respecto de la práctica o
costumbre a la que hace referencia.
En suma, desde el punto de
vista histórico la lectura correcta sería «de ella» (griego «autés»), pero que,
lamentablemente, desde el punto de vista de la Crítica Textual y la historia de
la transmisión del texto del Evangelio de Lucas, no cuenta con un apoyo textual
de cierta importancia.
Finalmente, desde el punto
de vista de la Crítica Textual, la lectura correcta, la que cuenta con el mejor
apoyo textual es «de ellos» (griego «autón»), pues la lectura «de él» (griego
«autú»), cuenta con un apoyo textual insignificante, así de sencillo.
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