Sobre el estado constructo hebreo y el caso genitivo griego, cursos de hebreo, arameo y griego

Sobre el estado constructo hebreo y el caso genitivo griego

Algunas observaciones puntuales y necesarias

 Héctor B. Olea C.

Es cierto que tanto el «estado constructo» hebreo como el «caso genitivo» griego pueden expresar una serie de relaciones entre dos sustantivos, marcadas por los diversos y tantos matices que puede expresar la preposición española o castellana «de».

Similitudes entre el estado constructo hebreo y el caso genitivo griego, desde el punto de vista morfológico

Por lo general, el constructo hebreo altera la vocalización y morfología básica de la palabra (su estado absoluto, su forma léxica), si bien en algunos casos la morfología del estado absoluto y el estado constructo es la misma (tanto en singular como en plural).  

Además, incluso cuando la cadena constructa hebrea se expresa mediante el empleo de la figura del «maqueff» (especie de guión), también se altera el estado absoluto de la palabra, su acentuación y vocalización y, en consecuencia, su morfología.

Igualmente, el caso genitivo griego supone un cambio en la morfología de una palabra que pasa del caso nominativo (su forma léxica, el equivalente al estado absoluto hebreo) al caso genitivo (uno de los casos oblicuos).

Notables diferencias entre el estado constructo hebreo y el caso genitivo griego, desde el punto de vista de la sintaxis

En primer lugar, en una cadena constructa hebrea, la palabra que aparece en estado constructo siempre va delante, y la palabra en estado absoluto viene después, o sea, toda cadena constructa hebrea termina con un sustantivo en estado absoluto (independientemente del número de sustantivos en estado constructo que lo precedan).

Además, mientras que en hebreo el sustantivo en estado absoluto es el que determina al sustantivo en estado absoluto; en griego el genitivo es el caso del complemento del nombre o sustantivo.

En consecuencia, el sustantivo que está en caso genitivo por lo general sucede al sustantivo al que complementa, el cual puede estar en caso nominativo, dativo o acusativo, de acuerdo a la función que en el contexto de la oración esté desempeñando el sustantivo que está siendo complementado por el caso genitivo.   

En segundo lugar, en la cadena constructa hebrea el sustantivo que está en estado constructo jamás ha de llevar el artículo determinado, lo lleve o no el sustantivo en estado absoluto (forma léxica).

Sin embargo, en el griego, el sustantivo que está en caso genitivo puede llevar o no el artículo definido, dependiendo, por ejemplo, si el sustantivo que es complementado por el caso genitivo lo tiene, y dependiendo de la estructura sintáctica en que aparezcan los sustantivos en cuestión.    

Casos ilustrativos:

En Génesis 15.1 la traducción la «palabra del Señor» corresponde a la cadena constructa hebrea «devar-Adonay», compuesta por el estado constructo del sustantivo «davár», o sea, «devar», y por el sustantivo Adonay (YHVH como quere perpetuo).    

Luego, la cadena constructa «devar-Adonay» fue traducida por la versión griega (LXX, Septuaginta) con la expresión «réma kiríu», expresión constituida por el sustantivo «réma» en caso acusativo, complementado por el caso genitivo del sustantivo «kírios», o sea, «kiríu».

En Juan 11.40, la traducción «la gloria de Dios» corresponde a la expresión griega «ten dóxan tu zeú», compuesta por el sustantivo «dóxa» en caso acusativo singular y con artículo: «ten dóxan», y por la palabra «zeós» en caso genitivo singular  y con artículo: «tu zeú».

En Juan 12.23, la traducción «el hijo del hombre», corresponde a la expresión griega «jo juiós tu anzrópu», compuesta por la palabra «juiós» en caso nominativo singular y con artículo:  «jo juiós», y por el sustantivo «ánzropos» en caso genitivo singular y con artículo: «tu anzrópu».

En tercer lugar, mientras que el griego emplea el caso genitivo del pronombre personal para expresar la idea de propiedad de un sustantivo en relación a un pronombre personal; el hebreo, por su parte, adhiere los sufijos pronominales al estado constructo del sustantivo.  

Por ejemplo, en la traducción «por causa de tu palabra», en 2 Samuel 7.21, la traducción «de tu palabra» corresponde al hebreo «devarejá», o sea, el constructo del sustantivo «davár» (palabra) con el sufijo pronominal de la segunda persona masculina singular (tú).  

Por su parte, la Septuaginta tradujo la expresión hebrea «devarejá» con la frase «diá ton lógon su», frase compuesta por la proposición «diá», más el sustantivo «lógos» en caso acusativo singular («lógon»), y el caso genitivo del pronombre personal de la segunda persona singular «su» (tú).

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