Sobre la «declinación preposicional» del hebreo bíblico
(clásico)
Cuestiones de lingüística, gramática y traducción
bíblicas
Héctor B. Olea C.
Concepto de «declinación»
En un artículo anterior analicé y expliqué la forma en que se distinguen la «declinación flexiva o casual» y la «declinación preposicional».
En dicho artículo, por un lado, precisamos que en la «declinación flexiva» («declinación casual») la morfología de la palabra en sí misma indica el caso y su función en el contexto de la frase u oración (como ocurre en el griego clásico, el griego koiné y en el latín).
Por otro lado, que en la «declinación preposicional» (en la cual el sustantivo no experimenta cambio alguno para indicar su caso y función en el contexto de la frase u oración), para expresar las funciones de las palabras en el contexto de la frase u oración, se añaden a las palabras unos morfemas no desinenciales llamados «preposiciones».
Luego, un ejemplo de la declinación preposicional en español que usé en mi artículo anterior, es el siguiente:
1) La palabra «Dios» como «sujeto» (caso nominativo): “Dios creó”; 2) la palabra «Dios» como a quien se invoca (caso vocativo): “Dios, ayúdame”; 3) la palabra «Dios» como «modificador indirecto» (caso genitivo): “El hijo de Dios”; 4) la palabra «Dios» como «objeto indirecto» (caso dativo): “Este servicio es para Dios”; 5) la palabra «Dios» como «objeto directo» (caso acusativo): “Yo vi a Dios”.
Consecuentemente, como podemos observar, la palabra «Dios» no ha sufrido cambio alguno para expresar el caso en que se encuentra y la función (categoría funcional) que desempeña en la frase u oración; pero sí vemos la presencia de preposiciones (por supuesto, en los casos que son posibles: genitivo, dativo y acusativo) para indicar precisamente el caso y la función que en una «declinación flexiva o casual» se indica por los cambios que experimenta la palabra en su desinencia o terminación (no en su raíz).
En lo que respecta al hebreo bíblico que, como el español se caracteriza por una «declinación preposicional» («flexión nominal preposicional»), es preciso poner de relieve lo siguiente.
El «caso nominativo» (el caso del sujeto y del atributo en una frase u oración atributiva o copulativa), se expresa con el llamado «estado absoluto» del sustantivo (la forma léxica, la morfología básica de la palabra que se presenta en los léxicos, diccionarios y vocabularios).
El «caso vocativo» también se sustenta en el «estado
absoluto» del sustantivo, pero puede emplear el artículo definido o
determinado, o bien, el «estado absoluto» del sustantivo con una forma verbal
finita (conjugada, en una forma volitiva).
El «caso genitivo» se expresa, en primer lugar, mediante la «secuencia de constructo» o «cadena constructa», que emplea uno o varios sustantivos en «estado constructo», seguidos por un sustantivo en «estado absoluto».
En segundo lugar, por un sustantivo con un sufijo pronominal.
En tercer lugar, con la preposición «le», en una «secuencia de constructo» en la que se quiere indicar que el sustantivo en «estado constructo» no es determinado.
El «caso dativo» se expresa con el empleo de la ya mencionada preposición «le».
El caso acusativo se expresa por lo general con el empleo de la partícula «et» (intraducible), aunque no siempre se la emplea; con la misma partícula «et» con los sufijos pronominales; con la misma y ya mencionada preposición «le», y con formas verbales finitas (conjugadas) con los sufijos pronominales.
Luego, un ejemplo concreto de la «declinación nominal preposicional» del hebreo bíblico o clásico, lo muestro en la imagen que acompaña este artículo.
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