¿Raíces hebreas de la fe cristiana?

Introducción a la lectura del Nuevo Testamento Griego (curso virtual aquí)


Un enfoque crítico y comparativo de la fe judía y la fe cristiana  

Héctor B. Olea C.

Si a usted le enseñaron las supuestas “raíces hebreas” de la fe cristiana, y no le pusieron al tanto de la indiscutible e innegable discontinuidad que representa la fe cristiana respecto de la fe judía, en siete aspectos vitales de la fe judía; entonces a usted lo (la) engañaron, y si la clase no fue gratis, el engaño fue doble, es mayor.

En tal sentido, debo decir que ninguna persona que haga un estudio serio del canon cristiano, así como un estudio comparado de la fe judía y de la fe cristiana, por supuesto, sin un matiz apologético desde la fe cristiana, con tal de legitimar la fe cristiana; tiene que admitir que el cristianismo toma distancia de la fe judía en los siguientes siete aspectos vitales de la fe judía:

En primer lugar, la Torá (perfecta para la fe judía, Salmo 19.7); pero considerada principalmente por Pablo como relevada y superada por Cristo, relegada a una simple guía hasta la llegada de Cristo (Romanos 10.4; Gálatas 3.24-25).   

En segundo lugar, el Shemá (Deuteronomio 6.4), el cual no tiene continuidad en el canon cristiano, y al cual sólo Jesús hace referencia (Mateo 23.9; Marcos 12.29, 32); obviamente, nadie puede negar que el Shemá jamás fuera aludido ni por Pablo ni por ningún otro autor del canon cristiano. En todo caso, es innegable que el clásico monoteísmo cristiano ha de ver en el Shemá y en la interpretación que prácticamente todo el judaísmo ha hecho del mismo, un obstáculo insalvable.

En tercer lugar, la Circuncisión (señal del pacto con Abraham, Génesis 17.9-14), es espiritualizada por Pablo (como una circuncisión del corazón), y en consecuencia, abandonada como señal del pacto con Abraham, desde el punto de vista paulino (Romanos 2.19; 4.8-12).

Luego, en conformidad a este razonamiento, Pablo crea una curiosa y llamativa nomenclatura: el judío externo (el de la circuncisión física y externa, el de la circuncisión en el pene, el judío descendiente de la esclava Agar); y el judío en lo interior, el judío verdadero y legítimo (el de la fe, el que no tiene en su pene la marca de la circuncisión física, en lo exterior, pero que sí tiene la marca de la circuncisión en el corazón, el verdadero y legítimo descendiente de Abraham (Romanos 2.28-29: Gálatas 4.21-31)

En cuarto lugar, el Shabáth (Éxodo 23.12; Levítico 23.3; Deuteronomio 5.13-14), el cual es sustituido por el domingo; aunque curiosamente, sin existir en el canon cristiano (el mal llamado Nuevo Testamento) un mandamiento que revoque el sábado como el día de reposo, ni un mandamiento que establezca el domingo, el primer día de la semana, como día del Señor, ni como día de reposo.

En quinto lugar, el Calendario litúrgico de la fe judía (Éxodo 23.14.17), el cual no es asumido por la fe cristiana (considérese Colosenses 2.16-17; Hebreos 10.1-25). Además, la fe cristiana ha sustituido la circuncisión (aplicada sólo a los varones) por el bautismo (como rito de iniciación, el cual es aplicado sin distinción a la mujer y al varón), y la pascua (pesaj) por la Eucaristía o Cena del Señor.

En sexto lugar, la distinción entre los alimentos puros e impuros (Levítico 11.1-46; Deuteronomio 14.3-21), distinción que no es asumida por la fe cristiana (a excepción principalmente de los Adventistas); considérese Marcos 7.14.23; Mateo 15.17.20; Hechos 11.4-12; Romanos 14.1-4; Colosenses 2.16-17.

En séptimo lugar, asumir a Jesús como el Mesías (como el Cristo) esperado por la fe judía, que, en honor a la verdad, es la piedra angular con base en la cual y a partir de la cual, la fe cristiana ha asumido el depósito de la fe judía, y lo ha interpretado desde una perspectiva cristológica. A la vez, asumir a Jesús como el Mesías, como el Cristo, es el factor principal que explica la forma en que la fe cristiana toma distancia de la fe judía.  

Finalmente, insisto, si a usted le enseñaron las supuestas “raíces hebreas” de la fe cristiana y no le pusieron al tanto de la indiscutible e innegable discontinuidad que representa la fe cristiana respecto de la fe judía, en siete aspectos vitales de la fe judía; entonces a usted lo (la) engañaron, y si la clase no fue gratis, el engaño fue doble, es mayor.

En suma, la fe cristiana no es la mejor expresión de la fe judía, no es su legítima continuación, no es una religión judía, tampoco es uno de los históricos rostros de la fe judía, sino otra religión; una fe distinta, con una historia propia y particular,  con sus propios y peculiares dogmas, con sus propias  y esenciales características, así de sencillo.



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