Cuestiones de exégesis y traducción bíblica
Héctor
B. Olea C.
La razón de este artículo reside en las dudas
que le originó a un apreciado amigo mío, una muy cuestionable afirmación que
cierto predicador hizo (de la cual me enteré vía el referido amigo, quien me
propuso que le escribiera una especie de aclaración al respecto) con relación a
la expresión griega que está detrás de la traducción «¡Apártate de mí,
Satanás!», y «¡Quítate de delante de mí,
Satanás!».
En consecuencia, el objetivo de este artículo
consiste en analizar las expresiones griegas que están detrás de las
expresiones tales como «¡Apártate de mí, Satanás!», y «¡Quítate de delante de mí, Satanás!»; a los
fines de hacer resaltar su verdadero sentido, matices y posibilidades de
traducción, por supuesto, a la luz de los recursos de la propia gramática
griega.
Manos, pues, a la obra.
Tomando como punto de partida la versión «Reina
Valera 1960» (RV), podemos decir que hay en los evangelios (sólo en la
tradición sinóptica) tres expresiones distintas y en realidad equivalentes, que
hacen referencia a una amonestación o reprensión de la figura de Satanás
(presente en cada de las tres referidas expresiones): la primera es: «Vete,
Satanás» (Mateo 4.10); la segunda: «¡Quítate de delante de mí, Satanás!» (Mateo
16.23; Marcos 8.33); la tercera: «Vete de mí, Satanás» (Lucas 4.8).
Paso ahora a analizar el texto griego que
está detrás de cada una de las tres expresiones o frases mencionadas.
Análisis del texto griego que ha servido de
base para la traducción «Vete, Satanás» (Mateo 4.10)
Una transliteración fonética de texto griego
que está detrás de la expresión «Vete, Satanás», es «júpague, sataná». Luego,
es preciso decir que la expresión «júpague, sataná», está conformada, por un
lado, por la forma verbal «júpague», que está en tiempo presente, voz activa,
modo imperativo, segunda persona singular del verbo «jupágo», que significa: ir,
irse, alejarse, marcharse, andar; en segundo lugar, por el sustantivo «sataná»,
que es el caso vocativo de «satanás» (adversario), derivado más bien de la
forma aramea «sataná’», y no de la hebrea «satán».
En consecuencia, traducciones acertadas de la
expresión griega «júpague, sataná» es: «Vete de aquí, Satanás», «Márchate de aquí,
Satanás», «Aléjate de aquí, Satanás», «Fuera de aquí, Satanás», y otras
equivalentes.
Análisis del texto griego que ha servido de base para la traducción «¡Quítate de delante de mí, Satanás!» (Mateo 16.23; Marcos 8.33).
Una transliteración fonética del texto griego
que está de la traducción «¡Quítate de delante de mí, Satanás!» es «júpague
opíso mu, sataná». Ahora bien, la expresión griega «júpague opíso mu, sataná»
está conformada de la siguiente manera: 1) Por la forma verbal «júpague» que
como dije en el caso anterior, está en tiempo presente, voz activa, modo
imperativo, segunda persona singular del verbo «jupágo», que significa: ir,
irse, alejarse, marcharse, andar. 2) Por la llamada preposición impropia o más
bien un adverbio «opíso», usado con el caso genitivo, y que tiene como significado
básico: «detrás de». 3) Por el pronombre personal de la primera persona
singular, en caso genitivo, «mu», de «egó» (yo). 4) Por el sustantivo «sataná»,
que es el caso vocativo de «satanás» (adversario), derivado más bien de la
forma aramea «sataná’», y no de la hebrea «satán».
Análisis del texto griego que ha servido de
base para la traducción «Vete de mí, Satanás» (Lucas 4.8).
Una transliteración fonética del texto griego
que está detrás de la traducción «Vete de mí, Satanás» (Lucas 4.8), es «júpague
opíso mu, sataná». Ahora bien, a pesar de que aquí la Reina Valera 1960 tiene una
traducción distinta a la que hizo en Mateo 16.23; Marcos 8.33, lo cierto es que
el texto griego es el mismo que el de la expresión «¡Quítate de delante de mí,
Satanás!» que se lee en los dos pasajes recién citados.
En consecuencia, todo lo dicho respecto del
análisis gramatical de la expresión griega que está detrás de la traducción «¡Quítate
de delante de mí, Satanás!», en Mateo 16.23;
Marcos 8.33, es aplicable al análisis de la traducción «Vete de mí, Satanás» en
Lucas 4.8.
Por otro lado, al margen del análisis gramatical
realizado, lo cierto es que el texto griego de Lucas 4.5.12 presenta un problema
de crítica textual que no podemos obviar.
En primer lugar, el «Comentario Textual al
Nuevo Testamento Griego» de Bruce M. Metzger, plantea: “Con el fin de armonizar
el relato de la tentación de Lucas con la serie de tentaciones en Mateo (4.5-11)
varios testigos de Vetus Latina, por lo menos un manuscrito de la Vulgata, y
Ambrosio (en su comentario al Evangelio según Lucas) trasponen los versículos
5-8 después de 9-12.”
En segundo lugar, con relación específica a
la expresión «Vete de mí, Satanás», en su comentario a Lucas 4.8, la llamada «Biblia
Textual», plantea: “El Textus Receptus, en una mezcla tomada de Mateo 4.10; 16.23,
y siguiendo a manuscritos (mss) tardíos, añade la expresión «vete de mí,
Satanás». La lectura más corta está respaldada por una amplia variedad de
manuscritos (mss)”.
Finalmente, después de todo lo dicho, traducciones
acertadas de la expresión griega «júpague opíso mu, sataná», presente en Mateo
16.23; Marcos 8.33, y en Lucas 4.8 sólo en el «Textus Receptus» son: «Aléjate
de mí, Satanás», «Fuera de mi vista, Satanás», «Aléjate de mi presencia, Satanás»,
y otras equivalentes.
Ahora bien, con relación a la idea de que la
expresión griega «júpague opíso mu, sataná», literalmente lo que significa es «Ponte
detrás de mí Satanás», y no «Aléjate de mí, Satanás», «Fuera de mi vista,
Satanás», «Fuera de este lugar, Satanás»; diré lo siguiente.
En primer lugar, que no es cierto que la
traducción literal (que en honor a la verdad no siempre es posible), no es en
realidad la mejor traducción posible, y por otro lado, en muchas ocasiones más
bien obstaculiza el objetivo de la labor de traducción.
En segundo lugar, que hay en las lenguas una
serie de expresiones y combinaciones de palabras que en realidad apuntan a una
idea distinta o contraria (modismos o expresiones idiomáticas) a la que resulta
de la simple suma o combinación de las palabras empleadas.
En tercer lugar, entendida como lo que en
realidad es, la presencia del adverbio «opíso» (detrás de) en los pasajes
citados, implica entender que «ponerse detrás de», también a la luz de la expresión «júpague,
sataná» -«Aléjate Satanás»- (Mateo 4.10); debe entenderse sencillamente como «Fuera
de mi vista, Satanás», «Aléjate de mi presencia, Satanás», «Fuera de este
lugar, Satanás».
En cuarto lugar y, finalmente, pasajes que
aluden a la acción de expulsar a Satanás de un lugar específico o de una
persona, por parte de la figura de Jesús, son:
Mateo 16.23 “Pero él, volviéndose, dijo a
Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones
la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”
Marcos 3.23 “Y habiéndolos llamado, les decía
en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
Marcos 8.33 “Pero él, volviéndose y mirando a
los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí,
Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres”
Lucas 11.18 “Y si también Satanás está
dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? ya que decís que por
Beelzebú echo yo fuera los demonios”
Además, me es preciso decir aquí que resulta
muy ilustrativa y significativa, para los fines de nuestro análisis, la
presencia del verbo «ekbálo» (Echar
fuera, expulsar, desterrar, arrojar,) en Marcos 3.23 y en Lucas
11.18.
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario