Una reflexión crítica
Héctor B. Olea C.
Desde el punto de vista sociológico y
antropológico, a la luz de la heterogeneidad que siempre ha caracterizado la
existencia humana; la «democracia» aventaja a la «teocracia» en el sentido de
que la primera permite y puede garantizar la existencia de alguna forma de la
segunda, la creencia en deidades rivales, incluso la simple increencia o falta
de compromiso con religiosidad alguna, en el marco de un clima de respeto vital
y recíproco.
Pero la segunda, «teocracia», incluso
entendida como simple religiosidad oficial o dominante, o hierocracia («jierocracia»),
se resiste a la existencia de creencias que compitan con ella, la creencia en
deidades rivales y otras formas de culto y espiritualidades (considérese el «No
tendrás dioses ajenos –extraños- delante de mí», Éxodo 20.3; Deuteronomio 5.7),
además de que casi siempre sataniza y procura la eliminación del otro.
¡Hasta
la próxima!
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