El nominativo no
siempre es el caso del sujeto
Nociones de griego
clásico y koiné
Héctor B. Olea C.
Cualquier persona que esté familiarizada con la lengua griega, sin ser necesariamente una experta, de seguro que estará al tanto de la máxima que establece que el caso nominativo es el caso del sujeto.
Por supuesto, cuando el sujeto es «nominal» (una sustantivo o palabra sustantivada funcionando como el sujeto de la forma verbal finita de la oración). Ejemplo: María fue al templo.
Sin embargo, no hay sujeto «nominal», sino «pronominal», cuando en la oración el sujeto se establece por la persona gramatical sujeto del verbo conjugado (sujeto tácito) y que funciona como núcleo del predicado verbal. Ejemplo: Fue al templo (él, ella).
Por supuesto, también el sujeto es «pronominal» cuando en lugar de un sustantivo, está presente, gráficamente, no de forma tácita (como en el ejemplo del caso anterior), un pronombre personal como sujeto del verbo conjugado.
Ejemplos: Ella estudia griego. Ellos estudian hebreo.
Por otro lado, la gramática griega también establece que el caso nominativo es el caso del sujeto cuando el verbo conjugado de la oración (el núcleo del predicado) está en «voz activa» (oración en construcción activa), y el verbo es un verbo de acción), originando así un «sujeto agente» (sujeto y responsable de la acción verbal).
Sin embargo, en una oración en «construcción pasiva» (una oración con un verbo transitivo núcleo del predicado en «voz pasiva»), tiene más bien un «sujeto paciente» (un sujeto que estará en caso nominativo, pero que no es el responsable de la acción verbal: sujeto, pero no agente).
Ahora bien, que en griego (clásico y koiné) el «caso nominativo» no siempre es el caso del sujeto, se ve con claridad meridiana cuando una oración tiene un infinitivo funcionando como verbo, con su propio sujeto y hasta con su propio complemento (si es un verbo transitivo).
En estos casos, la gramática griega establece que el sujeto del infinitivo ha de estar en «caso acusativo», y no en «caso nominativo».
Luego, si la oración es una oración que involucra el infinitivo de un «verbo copulativo», el sujeto ha de estar en caso acusativo, y el atributo, también.
Por supuesto, el principio que rige en este último caso es el que establece que, en una oración atributiva o copulativa, el caso del atributo debe ser el mismo caso del sujeto (no agente).
Ejemplos de oraciones con un sujeto en caso acusativo y con un infinitivo funcionando como verbo, y que tiene su propio sujeto.
Primer caso: Juan 3.30
Aquí observamos dos infinitivos, y cada uno con su respectivo sujeto en caso acusativo.
El primer infinitivo es «auxánein», presente, activo, del verbo «auxáno»: hacer más grande, hacer crecer, multiplicar.
Y el sujeto del infinitivo «auxánein» es «ekéinon», un pronombre adjetivo demostrativo en caso acusativo masculino singular, funcionando aquí como pronombre personal (él), haciendo referencia a Jesús el cristo, el mesías.
El segundo infinitivo presente en Juan 3.30 es «elatuszai», un infinitivo presente, pasivo, del verbo «elatóo» (un verbo contracto): hacer menor, decrecer, disminuir, reducir, etc.
Y el sujeto de este infinitivo es «emé» (forma enfática), el caso acusativo del pronombre personal de la primera persona del singular, «egó» (yo).
Segundo caso: Lucas 2.49
Aquí el infinitivo es «éinai», el infinitivo presente del verbo «eimí» (ser, estar).
Y el sujeto del infinitivo «éinai» es «me», forma no enfática del caso acusativo del pronombre personal de la primera persona del singular, «egó» (yo).
En resumen, sí, el caso nominativo es el caso del sujeto (nominal, agente y paciente), pero no de un infinitivo que funciona como verbo, y que tiene su propio sujeto.
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