«Fáino» (mostrarse) versus «joráo» (ver, ser visto) en los relatos de las apariciones del Jesús resucitado
La versión griega de la Biblia Hebrea es la clave
Ciertamente, emplea Pablo cuatro veces la forma verbal «ófze» (fue visto, se apareció) en 1 Corintio2 15.5-8 para hacer referencia al Jesús resucitado.
Es, pues, «ófze», una forma verbal en tiempo aoristo primero, voz pasiva, tercera persona del singular, del verbo politemático «joráo» (politemático porque emplea varias raíces para completar su conjugación: «joráo» en el presente; «éidon» y «éida» en el aoristo; y «jeóraka» en el perfecto).
Por otro lado, el verbo griego que en sentido estricto significa mostrarse, dejarse ver, hacerse visible, es «fáino» («efáne»), verbo empleado por Mateo para hacer referencia a la aparición del ángel que se le apareció a José en sueños (Mateo 1.20).
Luego, en mi opinión, el empleo un tanto cuestionable del verbo «joráo» (ver, ser visto, en voz pasiva) en lugar del verbo «fáino» (mostrarse, dejarse ver), por parte de los traductores de la versión griega de la Biblia Hebrea, Septuaginta (LXX), es lo que explica el empleo sobresaliente del mismo verbo «joráo» (en tiempo aoristo voz pasiva: «ófze») en el Nuevo Testamento Griego, en los relatos de las apariciones del Jesús resucitado, y otras «apariciones».
A continuación paso a explicar y a ilustrar el uso del verbo «joráo» («ófze») en la versión griega de la Biblia Hebrea:
En Génesis 1.9 «descúbrase», es la traducción del hebreo «teraé», un yiqtól yusivo, de la conjugación nifal, tercera persona del singular, del verbo «raá» (que en la conjugación nifal significa: verse, ser visto, aparecer, mostrarse, aparecerse).
Por supuesto, es innegable que en el texto hebreo la forma verbal «teraé» tiene la conjunción ve prefijada: «ve-teraé».
La Septuaginta, por su parte, tradujo «teraé» con el imperativo aoristo primero pasivo «ofzéto» (que se vea; de «joráo»), y en la parte final del mismo versículo, la versión griega empleó la forma verbal «ófze» (y se vio la tierra).
En Génesis 12.7, en la expresión «y apareció el Señor a Abram», la Biblia Hebrea empleó la forma verbal «vayerá» («y apareció»), una forma vayiqtól (un imperfecto conversivo) nifal del verbo «raá».
Luego, llama la atención que esta misma forma verbal la empleó la Biblia Hebrea en Génesis 26.2, 24 (la aparición del Señor a Isaac), y en Éxodo 3.2 (la aparición del ángel del Señor a Moisés).
Y en lo que respecta a la versión griega, ésta empleó la forma verbal «ófze» (aoristo primero pasivo, tercera persona del singular, de «joráo» en Génesis 12.7 como en Génesis 26.2, 24 y en Éxodo 3.2.
En Éxodo 10.29 la Biblia Hebrea empleó la forma verbal «reót», un infinitivo constructo de la conjugación nifal, del mismo verbo «raá».
La Septuaginta, por su parte, empleó la forma verbal «ofzésomai», un futuro primero pasivo de «joráo» (formalmente derivado del aoristo primero pasivo «ofzén»), primera persona del singular.
En Jueces 6.12 la Biblia Hebrea volvió a emplear la misma forma verbal que empleó en Génesis 12.7; 26.2, 24 y Éxodo 3.2, o sea, «vayerá», esta vez para hacer referencia a la aparición del Señor a Gedeón.
La Septuaginta, por su parte, volvió a emplear la forma verbal «ófze».
En 2 Macabeos 3.25 la Septuaginta también empleó la misma forma verbal «ófze», para hacer referencia a la aparición de un caballo (montado por un jinete).
Pasando al Nuevo Testamento Griego, es evidente el influjo de la Septuaginta en el empleo del verbo «joráo» («ófze») en 1 Cor. 15.5-8 (cuatro veces: las apariciones del Jesús resucitado); Lucas 1.11 (la aparición de un ángel a Zacarías); 22.43 (la aparición de un ángel a Jesús en Getsemaní), y Hechos 7.30 (haciendo referencia a Éxodo 3.2, la aparición del ángel del Señor a Moisés).
Finalmente, en Hechos 7.35, el texto griego empleó la forma «tu ófzentos», un participio aoristo pasivo, genitivo, masculino singular del verbo «joráo», con artículo determinado (sustantivado), también haciendo referencia a Éxodo 3.2.
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