¿Tiene alguna relación el nombre «Jesús» con
la expresión hebrea «jasús» (el caballo)?
Cuestiones de lingüística, gramática y
traducción bíblica
Héctor B. Olea C.
De vez en cuando hay personas que de manera muy cuestionable y evidenciando notables e indiscutibles desconocimientos de lo que es el estudio de la lingüística, de cómo funcionan las lenguas; se atreven, no obstante, a realizar asociaciones de ideas respecto del nombre «Jesús», forma castellana, prácticamente un calco del griego «iesús», con la expresión hebrea «jasús» (el caballo).
Ahora bien, quiero llamar la atención al hecho de que en relación a la palabra hebrea «jasús» hablo más bien de una expresión, pues, en realidad constituye un sintagma nominal compuesto por un sustantivo y por el artículo determinado hebreo.
Por supuesto, las personas que no conocen la lengua hebrea deben saber que en hebreo el artículo determinado (no existe en hebreo el artículo indeterminado) se adhiere al sustantivo como un prefijo, formando con éste, gráficamente, visualmente, una sola y única palabra), a diferencia del español o castellano y del griego, en las cuales el artículo, como morfema gramatical o gramema independiente, no se adhiere al sustantivo como prefijo (delante del tema o raíz) ni como sufijo (detrás del tema o raíz).
En tal sentido, mientras que «Jesús» es una palabra (un solo morfema), un lexema o morfema lexical nominal, la expresión hebrea «jasús» es más bien una palabra polimorfemática, un sintagma nominal compuesto por un morfema gramatical (el artículo «ja»: el) y por un morfema o lexema nominal («sus»: caballo).
En consecuencia, a todas luces resulta demasiado cuestionable e inadmisible pretender establecer una legítima asociación de ideas entre el sustantivo «Jesús» (morfema lexical nominal), y la expresión hebrea «jasús» (sintagma nominal), con base en la coincidencia de sonido o fonemática que tiene la última sílaba del nombre «Jesús», con el segundo elemento del sintagma nominal hebreo «jasús» (el caballo).
Además, resulta llamativo que, por un lado, se apele a la referida coincidencia fonemática, pero a ultranza se evite tomar en serio la falta de coincidencia que existe en relación a la penúltima sílaba (en realidad, penúltima sílaba en cuanto al sustantivo «Jesús», pero morfema gramatical artículo en la expresión hebrea «jasús»).
Finalmente, es preciso poner de relieve que el gran error en el cual se sustenta este tipo de asociación de ideas, consiste, por demás, en la errada creencia de que la simple coincidencia fonemática (parcial o total), la simple coincidencia en el plano de la expresión o significante, entre dos palabras de dos lenguas distintas, implique, sin embargo, la misma coincidencia desde el punto de vista de la categoría formal de las palabras (sustantivo, verbo, pronombre, adjetivo, adverbio, preposición, conjunción, etc.), y en cuanto a su carga semántica (el significado).
En resumen y en conclusión, identificar y equiparar el sustantivo «Jesús (calco de la griega «iesús»: Jesús, Josué, salvador, salvación, Mateo 1.21, 25) y la expresión hebrea «jasús» (el caballo), es inadmisible por las siguientes razones:
La primera, la coincidencia fonemática (plano de la expresión o significante) parcial o total entre dos palabras de dos lenguas distintas, no implica que, por un lado, pertenezcan a la misma categoría formal, y por otro lado, que posean la misma carga semántica, el mismo significado.
La segunda, porque «Jesús» constituye una palabra, un único morfema o lexema, en griego y en español o castellano, mientras que la expresión hebrea «jasús» constituye una palabra polimorfemática, en sentido estricto, un grupo sintáctico, un sintagma nominal compuesto por dos morfemas, un morfema lexical o lexema («sus»: caballo), y por un morfema gramatical o gramema, el artículo («ja»: el).
La tercera y última, el sustantivo «Jesús» es un calco o transliteración del sustantivo griego «iesús», empleado en la versión griega de la Biblia Hebrea (Septuaginta, LXX) como traducción del nombre hebreo «yejoshúa» (Deuteronomio 3.21; Josué 1.1; 17.4), y de la otra forma del mismo nombre, «yeshúa» (Esdras 8.33; Nehemías 8.17; 2 Crónicas 31.15)
Por otro lado, es preciso poner de relieve que en Deuteronomio 32.44 la Biblia Hebrea no empleó la forma «yejoshúa» ni la forma «yeshúa», sino más bien la forma «joshéa» (literalmente «Oseas»), forma que fue traducida por la Septuaginta con «iesús» (Jesús, Josué).
Además, otra forma que empleó la Septuaginta fue «iesué» (Josué), en 1 Crónicas 7.27, texto en el que la Biblia Hebrea empleó la forma «yejoshúa».
Por supuesto, en lo que respecta al Nuevo Testamento Griego, «iesús» (Jesús, Josué) es la forma empleada para «Jesús», la figura central del Nuevo Testamento, y en las referencias a la figura de «Josué» hijo de Nun, de la Biblia Hebrea, y a otros Jesuses.
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