¿Le dijo varias veces Juan el Bautista a Herodes Antipas que
no debía tener por mujer a su cuñada?
Cuestiones de lingüística, gramática y traducción bíblica
Héctor B. Olea C.
La pregunta planteada tal vez resulte innecesaria o insignificante para muchas personas; sin embargo, con estas líneas esperamos poner de relieve su debida importancia.
Es relevante, por un lado, por el tiempo verbal empleado en la forma verbal que está en el foco de atención en la narrativa en cuestión, y por la falta de uniformidad con que ha sido traducida por las distintas versiones de la Biblia.
En efecto, comenta A.T. Robertson («Comentario al texto griego del Nuevo Testamento»): «… y el tiempo imperfecto «éleguen» probablemente significa que Juan lo decía repetidamente”.
En primer lugar, si bien la tradición sinóptica en su conjunto (Mateo, Marcos Lucas) se hace eco de la muerte de Juan el Bautista por orden de Herodes Antipas, el tetrarca; es preciso poner de relieve que Mateo (14.3-4) y Marcos (6.17-18) incluyen la razón, pero Lucas no (9.7-9), y es precisamente en este detalle donde se encuentra la forma verbal que me he propuesto analizar en estas breves líneas.
En todo caso, al margen si en verdad son históricos o no todos los detalles que integran la narrativa que pretende dar cuenta de la razón de la muerte de Juan el Bautista; me parecen oportunas las observaciones de Antonio Piñero:
“Los evangelistas nos dicen que Juan fue encarcelado por Herodes Antipas porque se oponía a su matrimonio con Herodías, su cuñada (Marcos 6.27ss). Pero los motivos de fondo tuvieron que ser diferentes o, al menos, no sólo esos. Flavio Josefo apunta (Antigüedades de los judíos XVIII 5.2) que Herodes había prendido a Juan porque le tenía miedo políticamente: poseía el Bautista tal facultad de persuadir a le gente que podía fácilmente suscitar una revuelta… mesiánica se entiende. A causa de estos recelos de Herodes, Juan fue conducido a la fortaleza de Maqueronte y asesinado allí” («Guía para entender el Nuevo Testamento», TROTTA, 2006, páginas 179-180).
Además, observa el «Comentario Bíblico San Jerónimo», “la ejecución de Juan fue un acto tan bárbaro y contra todo derecho que varios escritores han puesto en duda el valor histórico de los detalles. Pero el episodio corresponde exactamente al carácter de la casa de Herodes tal y como lo describe Josefo, nuestro único testigo que, preciso es reconocerlo, es un testigo cargado de prejuicios.”
En segundo lugar, coinciden, pues, Mateo y Marcos en emplear la forma verbal «éleguen», pretérito imperfecto, voz activa, modo indicativo, tercera persona del singular, del verbo «légo» (decir o comunicar algo, informar, responder, etc.).
En tal sentido,
conviene precisar que no existe problema alguno con la forma verbal «éleguen» desde
el punto de vista de la Crítica Textual. En otras palabras, no existe en Mateo una
lectura alternativa que compita con la forma verbal «éleguen», ni en Marcos.
En tercer lugar, el sentido más frecuente del pretérito imperfecto es el del llamado «imperfecto durativo», que coincide con el valor aspectual (forma de presentar el desarrollo de la acción verbal) que tiene el tiempo presente (una acción durativa o en proceso), pero situado en el pasado: estudiada, estaba estudiando.
En cuarto lugar, puntualiza Amador Ángel García Santos («Introducción al griego bíblico») muchas veces el griego utiliza el pretérito imperfecto cuando en nuestra lógica debería haberse utilizado el tiempo aoristo (primero o segundo).
En quinto lugar, en virtud de que la narrativa bíblica no da evidencias de varios encuentros entre Juan el Bautista y Herodes Antipas, el tetrarca; es más plausible asumir que la forma verbal «éleguen» (pretérito imperfecto, voz activa, modo indicativo, tercera persona del singular), debe asumirse con el valor de una forma verbal en tiempo aoristo (equivalente al pretérito perfecto simple del español o castellano): «le dijo».
Es más, puntualiza Amador Ángel García Santos, “nótese bien que el pluscuamperfecto griego no indica, como el latín y el castellano, una acción anterior a otra que está en el pasado (para ello el griego utiliza simplemente el aoristo). Por esta razón el pluscuamperfecto no se usa con mucha frecuencia en el griego, y menos aún si es en voz activa” («Introducción al griego bíblico», página 129).
Por supuesto, traigo a colación la oportuna observación de García Santos para poner de relieve que el pretérito imperfecto «éleguen», con el valor de una forma verbal en aoristo, y como indicando una acción anterior a otras en el contexto de la narrativa en cuestión, legítimamente puede traducirse al español o castellano con el pluscuamperfecto.
En sexto lugar, la acción de la forma verbal forma «éleguen» tuvo lugar antes que las acciones de las formas verbales «édesen» (encadenó) y «apézeto» (con la frase «en filaké»: en la cárcel): «puso en la cárcel».
Así mismo, la acción del participio aoristo primero «kratésas» (habiendo apresado, después de haber apresado), es anterior a la acción de las formas verbales «édesen» (encadenó) y «apézeto» (con la frase «en filaké»: en la cárcel): «puso en la cárcel».
Consecuentemente, la forma verbal «éleguen» en realidad tiene el valor de una forma verbal en tiempo pluscuamperfecto (una acción anterior a otra en el pasado).
En tal sentido, la forma verbal «éleguen» debe entenderse y traducirse: «le había dicho».
En consecuencia, el
desarrollo de las acciones es el siguiente: como Juan le había dicho (le dijo)
a Herodes que no le era lícito tomar por mujer a su cuñada, éste lo apresó, lo encadenó y lo puso en la
cárcel.
Luego, una traducción acertada de Mateo 14.4 debe ir en la siguiente línea: «Porque Juan le había dicho: no te es lícito tenerla».
Y Marcos 6.18: «Porque Juan le había dicho a Herodes: No te es lícito tener a la mujer de tu hermano».
La recomendación de la obra «Ayuda gramatical para el estudio del Nuevo Testamento Griego», de Roberto Hanna, respecto de la traducción de la forma verbal «éleguen»:
“El verbo imperfecto «éleguen» se refiere a una acción que precede a un evento ya mencionado, y es mejor traducirlo al español como un pluscuamperfecto: porque Juan le había estado diciendo”.
Ahora bien, no concordamos del todo con la propuesta de traducción que plantea Roberto Hanna para la forma verbal «éleguen», porque en realidad la traducción que él propone «había estado diciendo», es más bien una perífrasis verbal aspectual (témporo-aspectual) de gerundio, que indica una acción en proceso o durativa, y no una forma simple verbal en tiempo pluscuamperfecto: «había dicho».
En realidad concuerdan aspectualmente la forma verbal «éleguen», entendida como un simple pretérito imperfecto: decía, estaba diciendo, y la traducción que propone Roberto Hanna: «le había estado diciendo».
En conclusión, no nos parece legítimo traducir como sugiriendo que en más de una ocasión (no sabríamos cuantas) le llegó a decir Juan a Herodes Antipas que no le era lícito tomar por mujer a su cuñada, a la mujer de su hermano.
Para cerrar debo decir que, lamentablemente, la mayoría de las versiones de la Biblia en español han traducido de forma cuestionable la forma verbal «éleguen» en Mateo 14.4.
Por ejemplo: La Biblia de Jerusalén 1998 (Juan le decía), y como ésta: La Reina Valera 1960 (Juan le decía), La Nueva Traducción Viviente (Juan venía diciendo), La Nueva Versión Internacional (Juan había estado diciéndole), La Biblia de las Américas (Juan le decía), La Reina Valera Actualizada (Juan le decía), La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (Juan le había estado diciendo), La Nueva Biblia Española (Juan le decía), Todos los Evangelios (pues le decía Juan), etc.
Pero además de las versiones de la Biblia mencionadas, me llamó mucho la atención que una versión de la Biblia fue todavía más lejos, «La Santa Biblia, la palabra de Dios para todos» (publicada por el Centro Mundial de Traducción de la Biblia), que además de traducir empleando el pretérito imperfecto, incluyó el adverbio de tiempo «siempre», cito: «Juan siempre le decía».
En todo caso, dos honrosas excepciones que puedo y debo mencionar son: La Versión Popular Dios Habla Hoy, segunda edición (1991), y la edición de la misma versión con los deuterocanónicos, publicada en 2006 (pues Juan había dicho a Herodes).
La otra honrosa excepción lo constituye la versión «Traducción en lenguaje actual» (año 2006) al traducir: «Tiempo atrás, Juan el Bautista le había dicho a Herodes».
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