La cadena constructa
hebrea versus el caso genitivo griego
Cuestiones de lingüística,
gramática y traducción bíblica
Primera parte
Héctor B. Olea C.
Una pregunta que en reiteradas ocasiones veces se me ha planteado es la siguiente: Profesor, ¿existe en griego una construcción sintáctica semejante a la cadena constructa («smijút», «semijút») hebrea?
Y mi respuesta ha sido que sí (prácticamente todas las ideas que se comunican con el caso genitivo griego, también son expresadas con la cadena constructa hebrea), pero con notables e indiscutibles diferencias, como pienso demostrar en este artículo que, por razones didácticas he optado por dividirlo en dos partes.
Definiciones y precisiones terminológicas
La cadena constructa o secuencia de constructo hebrea, consiste en una construcción sintáctica (grupo sintáctico) que involucra al menos dos sustantivos (hasta tres, pero raramente cuatro, según Klingbeil y Alomia) en la que el segundo o último sustantivo (en caso de involucrar más de dos sustantivos) determina el primero o los anteriores.
En hebreo la cadena constructa o secuencia de constructo es llamada «smijút» o «semijút» (apoyatura, apoyo, respaldo).
Luego, la cadena constructa («smijút», «semijút») involucra uno o varios sustantivos en estado constructo (forma generalmente modificada, aunque no siempre, singular o plural, de género masculino o femenino, dependiendo del género del sustantivo), y un sustantivo en estado absoluto (la forma léxica, la que aparece en los léxicos o diccionarios y en los vocabulario, en singular).
Por otro lado, el estado absoluto también puede ser plural y, como el estado constructo, masculino o femenino, dependiendo del género del sustantivo.
Luego, como el sustantivo en estado constructo es determinado por el sustantivo en estado absoluto, el sustantivo en estado constructo es denominado «nismáj» (apoyado, o nombre regido), y el sustantivo en estado absoluto es llamado «nifrád» (separado) o «soméj» (apoyo).
Ahora bien, en virtud de que el sustantivo en estado absoluto («nifrád» o «soméj») es el que determina al sustantivo o sustantivos en estado constructo («nismáj»), el sustantivo en estado constructo jamás lleva el artículo determinado en hebreo, sin que esto signifique que siempre es indeterminado.
En consecuencia, la regla que rige para estos casos es la siguiente: el sustantivo en estado constructo («nismáj») y que jamás ha de llevar el artículo determinado, se ha de considerar determinado si también lo es el sustantivo en estado absoluto («nifrád» o «soméj»), e indeterminado si lo es el sustantivo en estado absoluto.
Luego, como también es posible que una cadena constructa («smijút», «semijút») esté constituida por un sustantivo en estado constructo que debe asumirse como indeterminado (que es indeterminado) a pesar de lo determinado del sustantivo en estado absoluto; en esos casos el hebreo en lugar de emplear una cadena constructa propiamente dicha, emplea en su lugar dos sustantivos en estado absoluto, grupo sintáctico en el que el segundo (el que ocupa la posición del sustantivo en estado absoluto en una cadena constructa) tiene como prefijo la preposición «le».
Por ejemplo, la expresión «mizmór le-David» (que aparece en el título de 57 Salmos) debe ser traducida «un salmo de David», y no «el salmo de David».
Otro ejemplo lo encontramos en 2 Reyes 22.7, con la frase «naví ladonay» (un profeta del Señor, algún profeta del Señor), y no «el profeta del Señor».
Pero según Arie C. Leder («Introducción al hebreo bíblico», página 66) y Thomas O Lambdin («Introducción al hebreo bíblico», página 66), incluso la partícula relativa (o conjunción) «ashér» (que, porque, etc.) se puede usar cuando se quiere establecer una relación de genitivo entre un sustantivo indefinido complementado por un sustantivo definido o determinado.
Por otro lado, también es común el empleo del «maquéf» (guión conector, enlazador, conjuntivo) en una cadena constructa.
Como el estado constructo, el «maquéf» también modifica al sustantivo que lo precede y provoca la pérdida de su acento principal.
Esto así porque las palabras unidas por el «maquéf» constituyen una unidad tanto fonética como sintáctica, incluso lógica.
En resumen, el «maquéf» indica que las dos palabras unidas por éste constituyen una unidad fonética, sintáctica y con una semántica propia.
Ejemplos de una cadena constructa («smijút», «semijút») con la presencia del «maquéf»:
«hijo de adám» («ben-adám»): “hijo de hombre”, “hijo de ser humano” (Números 23.19)
«hijo de Milca» («ben-Milcá»), Génesis 24.15.
Distintas funciones de una cadena constructa («smijút», «semijút»)
La cadena constructa, como veremos con el caso genitivo griego, también puede indicar el atributo de un sustantivo nombre (función adjetival, descriptiva).
Por ejemplo, la frase «ish shalóm» constituye una cadena constructa («smijút», «semijút») en la que el sustantivo «ish» (hombre) está en estado constructo, y el sustantivo «shalóm» (paz) está en estado absoluto.
Luego, la expresión «ish shalóm» no debería traducirse «hombre de paz», sino más bien: «hombre pacífico».
La cadena constructa hebrea también puede indicar un genitivo objetivo (de objeto directo, que funciona como un objeto directo) y un genitivo subjetivo (de sujeto, que funciona como sujeto).
Cuando el genitivo funciona como sujeto (genitivo subjetivo), indica que el sustantivo en caso genitivo actúa como sujeto, y cuando el genitivo funciona como objeto directo (genitivo objetivo), indica que el sustantivo en caso genitivo actúa como objeto directo.
Una manera de ilustrar la idea del genitivo subjetivo (que funciona como sujeto) y la idea del genitivo objetivo (que funciona como objeto directo) es analizando la expresión «el amor de Cristo» (2 Corintios 5.14).
En tal sentido, la frase «el amor de Cristo», asumido como un genitivo subjetivo, indica el amor con que Cristo ama (el amor que procede de Cristo); pero asumida como un genitivo objetivo, señala el amor con que se ama a Cristo (el amor que recibe Cristo).
Consecuentemente, la expresión «Moshé éved Adonay» (YHVH; Josué 1.1), asumida como un genitivo subjetivo, indica que Moisés es el siervo escogido por el Señor (que pertenecía al señor); pero asumida como un genitivo objetivo, señala a Moisés como el siervo que servía al Señor.
Finalmente y, a continuación, dos consejos muy útiles para la traducción de una cadena constructa hebrea («smijút», «semijút»):
En primer lugar, antes de inclinarse por una traducción simplista empleando la preposición «de», es preciso precisar la relación que tienen las palabras que componen una cadena constructa («smijút», «semijút») en un determinado contexto.
Por supuesto, el traducir siempre toda cadena constructa hebrea empleando la preposición «de», parece ser el resultado de la aplicación de la ley del mínimo esfuerzo, y la vía de evitarse ciertos inconvenientes en el proceso de exégesis e interpretación bíblica.
En segundo lugar, es preciso evitar el error de intercambiar los papeles o la función sintáctica que desempeña cada sustantivo en la cadena constructa.
En otras palabras, hay que estar en guardia para evitar que, erróneamente por cierto, se asuma como en estado constructo el sustantivo en estado absoluto y viceversa.
Por ejemplo, la cadena constructa «ish shalóm» (hombre de paz, hombre pacífico), no puede ser asumida y traducida «paz de hombre» (paz humana).
Esto así porque en la cadena constructa «ish shalóm», la palabra «hombre» («ish») está en estado constructo, y no la palabra «paz» («shalóm»), que en realidad está en estado absoluto.
Luego, traducir erróneamente «paz de hombre» (“paz humana”), supone caer en el error de asumir la palabra «paz» («shalóm») en estado constructo, y la palabra «hombre» («ish») en estado absoluto, cuando en realidad en el hebreo es todo lo contrario.
Otro interesante ejemplo lo constituye la cadena constructa que representa la frase «ish davár»: «hombre de palabra» (hombre responsable, de honor): «ish» en estado constructo, y «davár» en estado absoluto.
Consecuentemente, la cadena constructa «ish davár» no puede ser asumida como «dévar-ish»: «palabra de hombre» (palabra humana); «ish» en estado absoluto, y «davár» en estado constructo.
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