Sobre la voz media
griega
Cuestiones de lingüística,
gramática, exégesis y traducción bíblicas
La voz es una de las categorías accidentales del verbo griego, junto al tiempo, el modo, la persona, el número y el aspecto.
Otra forma común de hacer referencia a la voz como categoría accidental del verbo es «diátesis», palabra derivada de la griega «diázesis» («diáthesis» en conformidad al inglés) que significa: disposición, arreglo, ordenamiento.
Por supuesto, con la palabra «diázesis» se hace referencia a la estructura distinta que exhibe una oración en cada una de las tres voces del sistema verbal griego: voz activa, voz pasiva y voz media (situada entre la activa y la pasiva).
Por otro lado, coinciden el griego y el castellano en cuanto al sentido de la voz activa y de la voz pasiva.
En la voz activa (en griego y en castellano) el sujeto es un sujeto agente, y por lo tanto, el responsable de la acción verbal. Por ejemplo: María compró un libro.
Pero en la voz pasiva (en griego y en castellano), el sujeto es un sujeto paciente, un sujeto que no es responsable de la acción verbal, sino que más bien la sufre, la recibe. Por ejemplo: Un libro fue comprado por María.
Sin embargo, en relación a la voz media no podemos decir lo mismo, pues la idea que comunica la voz media griega no coincide con la idea que comunica la llamada en castellano «construcción oracional media».
En tal sentido, es preciso poner de relieve que varias gramáticas o manuales de griego koiné o bíblico incluso de griego clásico o antiguo, erróneamente enseñan que el sentido primario de la voz media griega es de una acción reflexiva.
Pero y, en realidad, la voz media griega indica un interés personal del sujeto en dicha acción o una relación especial con ella.
En tal sentido, observa Amador Ángel García Santos: “El interés del sujeto que expresa la voz media griega puede ser de diferentes tipos, pero se pueden resumir en dos: 1) El sujeto realiza la acción (hace algo) en su propio interés, que es el sentido más frecuente (yo desato para mí); 2) El sujeto realiza o ejerce la acción sobre sí mismo, pero este sentido reflexivo está limitado a ciertos verbos, ya que para expresar una acción puramente reflexiva el griego prefiere utilizar la voz activa con el pronombre reflexivo («riptéi jeautón»: él se arroja), «Introducción al griego bíblico», Verbo Divino, 2003, página 115.
Son también valiosas aquí las palabras de Álvaro Fernando Ortolá: “La voz media implica una mayor participación o implicación del sujeto en la acción expresada por el verbo. En ocasiones se hace una equiparación con las formas reflexivas del español; sin embargo esta equivalencia no es del todo válida, porque si no, ¿para qué existen los pronombres reflexivos? Para que se entienda, no es lo mismo «politéuo» (voz activa) «soy ciudadano», que «politéuomai» (en voz media) «soy ciudadano y ejerzo como tal» («Gramática griega», gramática de griego clásico, página 96).
Y en la misma línea también se expresa Blas Goñi: “La voz media indica que el sujeto ejecuta la acción para sí mismo, por su interés, sobre un objeto que le es propio, etc. Rara vez tiene sentido directamente reflexivo. Éste (el sentido reflexivo) se expresa comúnmente por la voz activa y el acusativo de un pronombre reflexivo” («Gramática griega teórico práctica», Pamplona, 1960, página 71).
Luego, con relación a la llamada «construcción media», la «Nueva gramática básica de la lengua española» (páginas 788 y 789) puntualiza: “Los verbos pronominales contienen pronombres átonos como parte de su estructura morfológica. Aunque a veces se ha designado la estructura gramatical que corresponde a estas unidades con el término «voz media», se evitará aquí esta denominación, ya que los pronombres átonos no se asimilan a los morfemas flexivos”.
“Se prefiere en su lugar la expresión «construcción media» aplicada a las oraciones intransitivas que expresan cambio de estado, sea con verbos pronominales («Se secan los campos») o no pronominales («Crece la hierba»).
Se distinguirá también entre la interpretación media de una oración refleja («Me mojé», o sea, «Resulté mojado») y la lectura reflexiva, de significado activo («Me mojé», o sea, «Vertí algún líquido sobre mí mismo»)”.
En resumen, según la «Nueva Gramática básica de la lengua española», “las construcciones oracionales medias, son oraciones intransitivas que expresan un cambio de estado o procesos experimentado por un sujeto que no ejerce un control, directo sobre ellos”.
En tal sentido, siempre en conformidad a la «Nueva gramática básica de la lengua española», con algunos verbos podemos observar una triple oposición de diátesis: activa, pasiva (perifrástica o refleja) y media. Por ejemplo: «Ana hirvió la leche» (activa); «La leche fue hervida por Ana» (pasiva perifrástica), «Se hirvió la leche» (pasiva refleja); y «La leche hirvió» (media), páginas 226-227.
Por otro lado, una observación importante respecto de la diátesis o voz como categoría accidental del verbo, es que en griego supone una determinada morfología verbal para cada voz, pero en castellano es más bien una construcción oracional.
En tal sentido, mientras que en castellano la voz o diátesis es más bien una cuestión de una estructura sintáctica oracional, en griego además de una construcción sintáctica oracional propia para cada voz, también supone una determinada y específica morfología de un verbo finito para cada voz.
En otras palabras, en griego la morfología misma de una forma verbal finita indica la voz, la diátesis, si dicho verbo finito (conjugado) se encuentra en voz activa, media o pasiva.
En todo caso, es preciso decir que en dos de los cuatro temas del verbo griego la morfología de la voz media y la pasiva es la misma (presente y perfecto), y en los otros dos es distinta (aoristo y futuro).
Finalmente, un texto que ilustra muy bien la forma en que el griego señala una acción puramente reflexiva es Juan 5.18. En dicho texto leemos: «íson (adjetivo) jeautón (pronombre reflexivo) poión (participio activo) to zeó (sustantivo en caso dativo)».
Consecuentemente, una traducción acertada de la frase «íson jeautón poión to zeó» debe ir en la siguiente línea: «haciéndose igual a Dios», «haciéndose a él mismo (a sí mismo) igual a Dios».
Por supuesto, no vemos aquí una forma verbal finita con la morfología de la voz media, sino un participio activo («poión») con el pronombre reflexivo («jeautón»).
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