Héctor B. Olea C.
Primera conclusión: No siempre una versión de la Biblia que goza de mucho prestigio es consistente de principio a fin en muchos aspectos.
Por ejemplo, no es consistente del todo respecto del método de traducción empleado, ni exhibe la misma calidad en la traducción de cada y todo versículo de la Biblia.
Segunda conclusión: No siempre la versión de la Biblia bajo sospecha o de menor prestigio es deficiente o de menor calidad respecto de la traducción que ofrece de ciertos versículos de mucha relevancia teológica.
Tercera conclusión: Hay muchísimos casos en los que una versión de la Biblia bajo sospecha muestra una traducción más acertada que una versión de mucho prestigio.
Cuarta conclusión: Hay muchos casos en los que una versión de la Biblia de mucho prestigio coincide en ser igual de desacertada con una que está bajo sospecha.
Quinta conclusión: Son muchísimos los casos en los que una versión de prestigio y una bajo sospecha son iguales de acertadas en un mismo grado, nivel y proporción.
Sexta conclusión: Hay casos en los que existe una especie de consenso general para ocultar lo que en verdad dice el texto bíblico; curioso consenso pues tiene lugar al margen de los distintos sectores de donde proceden las versiones de la Biblia (judío, católico, protestante, etc.), al margen de las casas editoriales involucradas, al margen de ser distintos los equipos que trabajaron para producir dichas versiones, al margen del prestigio de algunas y de la sospecha que reina sobre otras, etc.
En resumen: Un serio estudio y evaluación de la traducción de un texto bíblico (de la Biblia Hebrea o del llamado Nuevo Testamento), no debe sustentarse en la relativa autoridad, en el relativo prestigio y aceptación popular de una determinada versión de la Biblia.
Será caso por caso como hemos de establecer los aciertos y desaciertos de toda versión de la Biblia, por supuesto, considerando el método de traducción empleado, su base textual (si el texto crítico o si el textus receptus), y el nivel de compromiso teológico institucional que exhiba la casa editorial que la haya publicado y el equipo de eruditos responsables de producir la misma.
Toda versión de la Biblia, la que fuere, merece un juicio serio y crítico, pero justo, al margen del sector o ambiente teológico institucional que le haya dado origen.
Muy a propósito de la oferta académica que estamos ofreciendo en el Instituto Dominicano de Ciencias Bíblicas IDCB para principios del próximo año.
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