Una explicación esperada
Héctor
B. Olea C.
En primer lugar, debo aclarar que me
identifico y me siento comprometido con la «transliteración fonética», y no con
la «transliteración lingüística».
La «transliteración lingüística» se preocupa
por comunicar en caracteres de un idioma, la morfología (básicamente la composición
silábica) de las palabras de otro idioma o lengua. Por su parte, la «transliteración
fonética» se esfuerza por transmitir lo más exactamente posible, con caracteres
de un idioma, la equivalencia fonética de las palabras de otro idioma.
En segundo lugar, para la realización de una
«transliteración fonética», es preciso que la persona conozca no sólo el
alfabeto de la lengua de la cual quiere hacer dicha transliteración,
obviamente, a la lengua que habla o maneja. En tal sentido, es necesario tomar
en cuenta que, morfológicamente, la “hache castellana” (“h”), y la “eich
inglesa” (“h”) son equivalentes a la “he” o “hei hebrea” (h).
Ahora bien, no se debe perder de vista el que
desde el punto de vista de la fonética, la “eich inglesa” (“h”) es equivalente
a la “he” o “hei hebrea” (h), en el sentido de que ambas no son silentes, y se
pronuncian con la equivalencia fonética de la “jota castellana” (“j”). De ahí,
como caso ilustrativo, que le resulte extraño que desde del inglés se haga
referencia a la marca de automóvil japonesa «Honda», con la pronunciación
“Jonda”.
Consecuentemente, tenemos que admitir que la
transliteración «elohim» es inglesa, e impuesta al castellano por las obras
teológicas, por comentarios bíblicos, etc., que han tenido el inglés como
lengua fuente (obras que han llegado al español vía el inglés, pero que se escribieron
originalmente en otra lengua, como el alemán o el francés, etc.), u original
(obras que se escribieron originalmente en inglés).
Por otro lado, y por lo que acabamos de
decir, hay que poner de relieve que
mientras que la “hache castellana” (“h”) coincide con la “eich inglesa”
(“h”), como equivalentes de la “he” o “hei hebrea” (“h”), morfológicamente
hablando; no obstante, es la “jota
castellana” (“j”) la que posee una equivalencia fonética con “he” o “hei
hebrea” (“h”) y con la “eich inglesa” (incluso con la letra hebrea “jet” -“h”).
Luego, en virtud de lo ya dicho, frente al
hecho del carácter no silente de la “he” o “hei hebrea” (“h”), y de la “eich
inglesa” (“h”); la transliteración «elohim» es una transliteración comprensible,
acertada y defendible del hebreo al inglés, pues en ambos idiomas la
pronunciación, la fonética será «abrajám».
Pero dado el carácter silente de la “hache
castellana” (“h”), como en huevo, hueso, hielo, habichuela, hierro; la correcta
transliteración fonética castellana del hebreo «elohim» (fonéticamente «elojím»),
es «elojím».
Por supuesto, debo decir que la “he” o “hei
hebrea” (“h”) es silente en algunos casos, como cuando es la última consonante
de una palabra, que no cierra la última sílaba. En estos casos, en la
transliteración fonética puede ahorrarse. Por ejemplo, la palabra «isháh» o
«ishá»: mujer; y la palabra «javáh» o «javá»: aldea.
Luego, si como la última consonante de una
palabra se considera que cierra la sílaba y que mantiene su carácter de no
silente, entonces aparecerá con un punto dentro llamado «mappiq». Por ejemplo,
en la palabra «susáj»: caballo de ella (la «j» señala la presencia de la «he»
(«je») como consonante que debe pronunciarse.
En suma, defiendo la transliteración «elojím»,
porque como «transliteración fonética» permite que las personas que no conocen
el hebreo, se familiaricen más y
precisamente con la fonética de dicha palabra en hebreo, y no con la simple composición
morfológica o silábica de dicha palabra.
Una pertinente
observación respecto del diptongo griego «ou» («u»)
En el griego koiné existen siete diptongos
(la combinación de cualquier vocal que tiene como segunda vocal una “iota” (“i”)
o una “úpsilon” (“u”); pero ocurre que es el diptongo conformado por la vocal “ómicron”
y por la vocal “úpsilon («transliteración lingüística»: “ou”; «transliteración
fonética»: “u”), el de uso más frecuente, el que sobresale en uso, y por mucho
en la lengua griega.
Ahora bien, una característica del diptongo “omicrón
+ úpsilon” (“ou”) es que siempre se pronuncia “u”, hecho que es admitido por
las gramáticas que siguen la pronunciación o fonética del griego moderno, como
por las gramáticas que siguen la fonética propuesta por Erasmo de Rotterdam en
el siglo XV, la fonética erasmiana, que es con la que personalmente me identifico.
Consecuentemente, mientras que la «transliteración
lingüística» da cuenta de la morfología, de la composición silábica del diptongo
“omicrón + úpsilon” (“ou”), la
«transliteración fonética» comunica la fonética del diptongo en cuestión
(“u”).
Por esta razón es que mi transliteración del
adverbio griego de negación (“no”), usado en el modo indicativo, no es
lingüística (“ou”, “ouk”, “ouj”), sino fonética (“u”, “uk”, “uj”).
Por la misma razón mi transliteración del
mismo diptongo, como desinencia del caso
genitivo masculino singular es «u». Por ejemplo, “de Dios”: “theú” (y no “theoú”);
“de la palabra”: “lógu” (y no “lógou”); “del siervo o esclavo”: “dúlu” (y no “doúlou”);
“del Señor”: “kuríu” (y no “kuríou”).
Finalmente, como ya he dicho antes, la
transliteración como la traducción, también es contextual. En tal sentido, la «transliteración
fonética» «elojím», «u», son transliteraciones que le hacen justicia a la características
del hebreo, del griego, y del castellano. Por supuesto, una «transliteración
fonética» del hebreo y griego al Inglés, tiene que ser distinta, a la realizada
del hebreo y griego al castellano, a menos que exista entre el Inglés y el
castellano una equivalencia formal que permita la similitud u homologación de
ambas transliteraciones.
Consecuentemente, rechazo la transliteración
«elohim», porque sencillamente es una imposición al castellano desde el inglés,
y de una manera lingüísticamente injustificada. Por supuesto, por las mismas razones
hemos de rechazar cualquier imposición lingüísticamente injustificable del
castellano al inglés.
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario