Héctor
B. Olea C.
Desapareció Trujillo, pero nos quedó el
Concordato; después de todo, no sabemos si también habrá que derramar sangre
para que igualmente desparezca la tiranía del Concordato. Por supuesto, hemos
de estar vigilantes para que no se nos imponga alguna especie más de
concordato, o convenio igualmente inconstitucional, antidemocrático y perjudicial
para el pueblo dominicano como tal, así de sencillo.
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