Cuestiones de exégesis y traducción bíblicas
Héctor B. Olea C.
I) En la cuarta
palabra o expresión de Jesús en la cruz
La cuarta palabra de las siete pronunciadas
por Jesús en la cruz, pero la primera según el orden en que aparece en el NT,
es: «Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?» Mateo 27.46; Marcos
15.34
Esta expresión muestra algunas dificultades
en su interpretación.
Esta palabra se la encuentra en dos de los
cuatro evangelios canónicos, Marcos y Mateo. Pero como veremos, hay ciertas
diferencias respecto de la forma en que la conservaron ambos evangelios.
Comencemos, pues, por considerar a Marcos
15.34 y Mateo 27.46 en algunas versiones de la Biblia, teniendo como punto de
partida la versión Reina Valera de 1960.
En Reina Valera 1960
Marcos 15.34 “Y a la hora novena Jesús clamó
a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 35Y algunos de los que estaban allí
decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías.”
Mateo 27.46 “Cerca de la hora novena, Jesús
clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has desamparado?”
En la versión Popular Dios Habla Hoy
Marcos 15.34 “A esa misma hora, Jesús gritó
con fuerza: “Eloí, Eloí, ¿lemá sabactani?” (que significa: “Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?”)”
Mateo 27.46 “A esa misma hora, Jesús gritó
con fuerza: “Elí, Elí, ¿lemá sabactani?” (es decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?”)”
En la versión Reina Valera Actualizada 2006
Marcos 15.34 “Y en la hora novena Jesús
exclamó a gran voz, diciendo: — ¡Eloi, Eloi! ¿Lama sabactani? — que traducido
quiere decir: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? — .”
Mateo 27.46 “Como a la hora novena Jesús
exclamó a gran voz diciendo: — ¡Elí, Elí! ¿Lama sabactani? — que significa:
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? —”
Ahora bien, la comparación entre estas tres
versiones, nos da los siguientes resultados.
En primer lugar, las tres coinciden en que
Marcos usa la forma aramea de la expresión “Dios mío, Dios mío”, o sea «Eloí,
Eloí».
En segundo lugar, las tres versiones
coinciden en que Mateo usa la forma hebrea de la exclamación “Dios mío, Dios
mío”, o sea «Elí, Elí».
En tercer lugar, la versión Reina Valera de
1960 y la Reina Valera Actualizada 2006 concuerdan en que Marcos y Mateo
emplean la forma hebrea de la pregunta ¿Por qué me has desamparado?, o sea, «¿Lamá
sabactaní?»
En cuarto lugar, sólo la versión popular Dios
Habla Hoy plantea que Marcos y Mateo emplean por igual la forma aramea de la
pregunta ¿Por qué me has desamparado?, o sea, «¿Lemá sabactaní?»
La forma de Marcos 15.34 y Mateo 27.46 en el
NT griego
La consulta al texto griego de ambos pasajes
nos da los siguientes resultados:
En primer lugar, que Marcos emplea la frase
“Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?, totalmente en arameo, a saber
«Eloí Eloí, ¿lemá sabajtaní?»
En segundo lugar, que Mateo emplea la forma
hebrea de la frase “Dios mío, Dios mío”, a saber, «Elí, Elí».
En tercer lugar, que Mateo (en concordancia
con Marcos) emplea la forma aramea de la pregunta ¿Por qué me has abandonado?,
o sea, «¿lemá sabajtaní?»
En cuarto, lugar, que sólo la versión popular
Dios Habla Hoy se ajusta al texto griego de Marcos y Mateo al reflejar que, por
un lado, Marcos emplea la forma aramea por completo («Eloí, Eloí, ¿lemá
sabajtaní?»); y por otro lado, que Mateo, emplea la forma hebrea en la primera
parte de la expresión («Elí, Elí», Dios mío, Dios mío), pero la forma aramea en
la segunda parte de la expresión («¿lemá sabajtaní?»).
Marcos 15.34 y Mateo 27.46 y el texto hebreo
del Salmo 22.1
La forma hebrea traducida “Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has desamparado?” en el Salmo 22.1, en la versión Reina Valera
de 1960 es «Elí Elí ¿lamá azavtaní?». Esta evidencia apunta a que la forma que
conocemos en Marcos 15.34 es aramea, y que la primera parte de Mateo 27.46 es hebrea,
si bien la segunda parte, según el texto griego (y contrario al texto de la
Reina Valera 1960 y la Reina Valera Actualizada 2006), es aramea, en
conformidad con Marcos.
Por otro lado, llama la atención que la
expresión hebrea del Salmo 22.1, «Elí Elí ¿lamá azavtaní?», fue traducida por
la Septuaginta como «Jo theós jo theós mu prosjes moi, ¿jína ti enkratélipes me?»:
Dios, Dios mío, atiéndeme: ¿por qué me has abandonado?
Ahora bien, es preciso decir que ni Marcos ni
Mateo incluyen la frase que sí está en la Septuaginta en el Salmo 22.1, «prosjes
moi» (“atiéndeme”). Por otro lado, mientras que la Septuaginta utiliza el
sustantivo «jo theós» en caso nominativo singular dos veces, y luego el
pronombre personal de la primera persona singular en caso genitivo «mu» (de mí,
mío); Marcos repite la expresión «jo théos mu»: “Dios mío, Dios mío” (el
sustantivo «theós» en caso nominativo singular, más el pronombre personal de la
primera persona singular en caso genitivo: «mu»); pero Mateo emplea dos veces
la expresión «theé mu»: “Dios mío, Dios mío” (el sustantivo «theós» en caso
vocativo singular, más el pronombre personal de la primera persona del singular
en caso genitivo: «mu»).
II) En
el título que Pilatos puso sobre la cruz de Jesús
En Juan 19.19-22, leemos el siguiente relato:
“Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía:
JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. 20Y muchos de los judíos leyeron este
título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad,
y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. 21Dijeron a Pilato
los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino,
que él dijo: Soy Rey de los judíos. 22Respondió Pilato: Lo que he escrito, he
escrito.”
Los idiomas aquí implicados son:
El hebreo (más bien el arameo), el idioma del
pueblo hebreo:
«Yeshua han-natseri meléj ha-yejudim»
El griego, el idioma dominante y universal en
el mundo grecorromano:
«Iesús jo Nazoráios jo basiléus ton Iudáion»
Y el latín, el idioma oficial del imperio
romano:
«Iesus Nazarenus rex Iudaeorum»
III) En
la forma en que María Magdalena se dirigió a Jesús
En Juan 20.16, leemos: “Jesús le dijo:
¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro)”
El domingo temprano María magdalena, todavía
a oscuras (Juan 20.1), visita el sepulcro donde había sido sepultado Jesús; pero
mientras ella hablaba con los mensajeros celestiales (ángeles), el resucitado
le dirige la palabra a ella y le dice: ¡María!, entonces ella, reconociendo que
se trataba de su maestro, se dirigió hacia él y le dijo: «Rabboní».
Ahora bien, a diferencia de la versión Reina
Valera, el texto griego de Juan 20.16 afirma que María se dirige a Jesús
específicamente en el idioma hebreo: «léguei autó jebraistí» (en hebreo). No
obstante, es preciso entender que en realidad la expresión «en hebreo» («jebraistí»)
apunta más bien al arameo, esto así ya que en verdad María no se dirigió a
Jesús en hebreo, sino en arameo. Ciertamente la expresión y transliteración
griega «rabbuní», corresponde más bien al idioma arameo; pues la expresión
propiamente hebrea y que le es equivalente es: «rabbí».
Al final y, de todos modos, la forma aramea
«rabbuní» es sinónima y equivalente a la hebrea «rabbí», significando ambas:
«Mi maestro». La razón es que ambas están formadas por la palabra «maestro»,
más el sufijo de la primera persona común singular, yo (apuntando al caso
genitivo: de mí, mío). Así que la traducción precisa de ambas palabras es: «Mi
maestro».
¡Hasta
la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario