Cuestiones de exégesis y traducción
bíblica
Héctor B. Olea C.
La palabra
castellana «ángel» es una transliteración (no traducción) de la palabra griega
«ánguelos» que se usa en el NT unas 176 veces. Una traducción de «ánguelos»,
propiamente hablando, sería: «mensajero». Por supuesto, también tiene presencia
en la Septuaginta la palabra «ánguelos».
El término hebreo
para «mensajero» es «malaj». En este sentido hay que precisar que «Malaquías»
no es exactamente un nombre propio, como por lo general se ha asumido y empleado;
sino más bien la palabra hebrea «malaj» (mensajero, sustantivo o nombre común)
más el sufijo de la primera persona común singular (yo, mi). Esto significa que
en realidad, la palabra «malají» que se lee en el texto hebreo de Malaquías 3.1
(y de la cual se ha derivado el nombre «Malaquías») no apunta en verdad a
ningún nombre propio, sino que simplemente significa y debe entenderse como «mi
mensajero».
Ahora bien, llama
la atención la inconsistencia con que la versión Reina Valera 1960 (y otras,
como por ejemplo, la Biblia de Jerusalén) tradujo la expresión hebrea
«malají», que en realidad se la encuentra dos veces en el llamado “libro de
Malaquías”: 1.1 y 3.1. Esto así pues en Malaquías 1.1 tradujo «por medio de
Malaquías» (cuando en verdad debió traducir «por medio de mi mensajero»); pero
«mi mensajero», en Malaquías 3.1.
Por su parte, la
versión griega del AT, la Septuaginta, tradujo la expresión hebrea
«malají» en la siguiente manera: con: «anguélu autú» o sea, «su mensajero» (el
mensajero del Señor), en 1.1; y con «ton ánguelon mu» (mi mensajero), en el
3.1.
Con relación a
Malaquías 1.1, diré que la traducción «por medio de Malaquías» (Reina Valera
1960 y otras versiones de la Biblia) no es acertada. La expresión hebrea
«be-yad malají» más bien significa «por medio (literalmente “en mano, por medio
de la mano) de mi mensajero». Respecto de la Septuaginta (el AT en
griego) hay que decir que tradujo dicha frase de manera muy acertada (aunque a diferencia
del hebreo que utilizó el sufijo de la primera persona del singular, «yo»; la
Septuaginta empleó el pronombre de la tercera persona singular, «él», en caso
genitivo), cito: «en jeirí anguélu autú» literalmente «en mano de su mensajero»,
«por medio de la mano de su mensajero».
En conclusión,
«Malaquías» no es un nombre o sustantivo propio en el contexto hebreo, y como
tal no se lo encuentra en el Tanaj; tampoco en la Septuaginta.
Es, pues, «Malaquías»,
el resultado de una inconsistencia, de una opción y actitud desacertadas en la
labor de traducción bíblica, tanto en «Biblias católicas», como en «Biblias
protestantes», así de sencillo.
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