La morfología temporal y valor aspectual del imperativo griego, Juan 20.17 en el centro de esta cuestión


La morfología temporal y valor aspectual del imperativo griego

Juan 20.17 y otros textos en el centro de esta cuestión

Nociones de griego clásico y de griego koiné

Héctor B. Olea C.

A diferencia del español, el modo imperativo griego tiene tres formas o bases morfológicas y temporales: la del imperativo de presente (voz activa, media y pasiva), la del imperativo aoristo primero o segundo (voz activa, media y pasiva) y la del imperativo del perfecto primero o segundo (activo, medio o pasivo).

Ahora bien, es preciso decir que, en realidad, el modo imperativo griego, en cualquiera de sus tres bases morfológicas y temporales, no expresa tiempo cronológico alguno, sino el valor aspectual de la acción verbal.

En tal sentido, en virtud de la poca presencia del imperativo del perfecto en el Nuevo Testamento (caso ilustrativo Marcos 4.39), nos vamos a concentrar en establecer las principales diferencias que tienen el «imperativo de presente» y el «imperativo aoristo».

Uso del imperativo de presente

El imperativo de presente se usa tanto para ordenar como para prohibir.

Luego, si con el imperativo de presente se hace referencia a una acción verbal ya iniciada, en proceso, en desarrollo; se pide que dicha acción continúe: «estudia», con el sentido de: «sigue estudiando», «continúa estudiando».

Pero si la acción que se exige todavía no ha iniciado, se pide que dicha inicie, continúe y permanezca en el futuro: «comienza a estudiar y sigue estudiando».

Las prohibiciones en el imperativo de presente

Las prohibiciones en el tema de presente sugieren la demanda del cese de una acción en proceso, ya iniciada: «no estudies», con el sentido de «deja de estudiar», «no sigas estudiando» (detalle a tomar en cuenta en el análisis de la presencia del modo imperativo de presente en Juan 20.17).  

Uso del imperativo aoristo (1ero o 2do)

A diferencia del imperativo de presente que se usa tanto para mandar como para prohibir, en el aoristo, el modo imperativo se emplea para ordenar, pero el modo subjuntivo para prohibir.

Sin embargo, hay en el Nuevo Testamento ocho casos raros de prohibiciones con el imperativo aoristo, por ejemplo: Mateo 6.3; 24.17, 18; Marcos 13.15 (dos veces), 16; Lucas 17.31 (dos veces).

Luego, se ha de tomar muy en cuenta que con el imperativo aoristo se exige el inicio de una acción puntual o ingresiva: «estudia», con el sentido de: «ponte a estudiar», «comienza a estudiar», sin hacer referencia a su duración o repetición.

Las prohibiciones en el subjuntivo aoristo (1ero y 2do)

Como ya dijimos, el imperativo aoristo no se emplea para redactar mandatos negativo o prohibiciones, sino el modo subjuntivo.

Pero las prohibiciones en el subjuntivo aoristo procuran evitar el inicio de una determinada acción: «no estudies», con el sentido de: «no te pongas a estudiar», «no comiences a estudiar».

Ambigüedad morfológica del imperativo de presente de la segunda persona del plural

No es posible perder de vista que, en griego, la morfología de la segunda persona del plural en el modo imperativo, es exactamente la misma morfología de la misma segunda persona del plural para el modo indicativo.

Por cierto, esta ambigüedad es lo que explica la discusión y confusión en Juan 5.39 respecto de la forma verbal «eraunáte» («eravnáte»), traducida por La Reina Valera 1960 en «modo imperativo» (escudriñad, investigad, escudriñen, investiguen); pero traducida en «modo indicativo» por varias versiones de la Biblia, por ejemplo, La Nueva Biblia española, «estudiáis».

La falta de ambigüedad en la morfología del imperativo aoristo

Es preciso estar al tanto de que la ambigüedad que existe en el «tema de presente» entre la forma o morfología de la segunda persona del plural (modo indicativo) y la forma o morfología de la segunda persona del plural en el «modo imperativo»; no existe, sin embargo, en el tema del aoristo.

Esto así porque la morfología de la segunda persona del plural en el modo indicativo ha de exhibir la figura del «aumento» (elemento característico del aoristo primero o segundo, y únicamente en el modo indicativo).

Pero no así la segunda persona del plural en el modo imperativo aoristo, porque la figura del «aumento» sólo está presente en los tiempos históricos en el modo indicativo.

La problemática del imperativo griego presente en Juan 20.17

En Juan 20.17 se encuentra la expresión «me mu jáptu». Pero la mejor comprensión de dicha frase, así como su adecuada traducción, demanda considerar seriamente dos cosas: la morfología de la forma verbal «jáptu», y la voz gramatical de la misma.

En tal sentido y, en primer lugar, se ha de tener en cuenta que la morfología de la forma verbal «jáptu», indica que es una forma verbal en «modo imperativo», pero un imperativo en el tema temporal del presente, no la morfología de un imperativo en el tema temporal del aoristo.

En segundo lugar, que la sintaxis de la expresión «me mu jáptu» indica que estamos ante una prohibición que, con un «imperativo de presente» hace referencia a la exigencia del cese de una acción verbal ya en desarrollo, en proceso.

Por supuesto, de haber estado en el tema temporal del aoristo, la morfología no sería «jáptu», sino forma «jápse».

Ahora bien, mientras que la expresión «me mu jáptu» (presente en Juan 2017, mandato negativo o prohibición en el tema temporal del presente) señala el intento por ponerle fin a una acción ya en desarrollo; la redacción empleando el subjuntivo aoristo (forma de redactar una prohibición en el tema temporal del aoristo), demandaría la redacción «me mu jápse» (señalando el intento por evitar el inicio de una acción verbal).

Consecuentemente, mientras que «me mu jáptu» se ha de traducir: «no me sigas tocando», «suéltame»; la expresión «me mu jápse» se ha de traducir: «no intentes tocarme», «no comiences a tocarme».  

Por cierto, es preciso poner de relieve que la ambigüedad mencionada respecto de la forma verbal «eraunáte» («eravnáte») en Juan 5.39, y de la forma verbal «pistéuete» («pistévete») en Juan 14.1; no existe respecto de Juan 20.17.

La voz gramatical de la forma verbal «jáptu»

A la luz del «Diccionario del griego bíblico, Setenta y Nuevo Testamento», de Amador Ángel García Santos, del «Diccionario griego español del Nuevo Testamento», de Inmaculada Delgado Jara y del «Diccionario griego español de griego clásico VOX», de José M. Pabón, «jáptu» sería una forma verbal en voz media, del verbo «jápto» (que en voz activa significa “encender”, “iluminar”, “tocar con fuego, y va regido por el caso acusativo); pero que en la voz media (regido por el genitivo, significa:  “tomar”, “agarrar”, “coger”, “tocar”, “alcanzar”, “tomar para sí”, “perjudicar”, “injuriar”.

En resumen, en conclusión, en virtud que la expresión «me mu jáptu» indica el intento por hacer que cese una acción verbal ya en desarrollo, una traducción adecuada de dicha expresión debe ir en la siguiente línea: «No me sigas tocando», «deja de tocarme», «suéltame».  

Luego, y, en tal sentido, es inadmisible la traducción «no me toques» (sin más) que nos ha regalado la versión Reina Valera 1960 y otras.

A propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el primer año, desde cero, que iniciará el sábado 7 de junio, y de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el segundo año», un curso profesional, de actualización, profundización y especialización en la gramática y sintaxis del griego koiné, que inició el pasado sábado.

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«Y habiendo dado gracias…» en el contexto de la «última cena», nociones de griego koiné


«Y habiendo dado gracias…» en el contexto de la «última cena»

Sobre el tiempo cronológicamente relativo del participio adverbial griego

Nociones de griego clásico y koiné

Héctor B. Olea C.

En los relatos evangélicos, sobre la llamada «ultima cena», los evangelios sinópticos y Pablo consistentemente emplearon el participio apositivo (participio adverbial), «eujaristésas», un participio, por regla, sin el artículo determinado, de tiempo aoristo (primero), en caso nominativo, masculino singular, del verbo «eujaristéo» (verbo contracto), que significa: estar agradecido, sentirse agradecido, dar gracias («Diccionario del griego bíblico, Setenta y Nuevo Testamento», de Amador Ángel García Santos, Verbo Divino, segunda edición revisada y ampliada, 2016).

Y para las personas interesadas en el análisis estadístico, la referida obra de Amador Ángel García Santos, precisa que el verbo «eujaristéo» ocurre seis (6) veces en la clásica versión griega de la Biblia Hebrea (Septuaginta), pero treinta y ocho (38) veces en el Nuevo Testamento.

Ahora bien, es preciso poner de relieve algunos detalles sobre el empleo del participio «eujaristésas» por los evangelistas de la llamada «tradición sinóptica» y por Pablo (1 Corintios 11.24), indicando siempre una acción verbal con un tiempo cronológico relativo, que tiene lugar antes que una forma verbal también de tiempo aoristo y en el modo indicativo.   

En primer lugar, Marcos 14.23 precisa que Jesús, después de tomar la copa, les dio a sus discípulos, pero «después de haber dado gracias» («eujaristésas»).

En tal sentido, en Marcos, como participio aoristo (primero), «eujaristésas» expresa una acción que tiene lugar antes de la forma verbal «édoken» (dio), una forma verbal también en tiempo aoristo (primero), en el modo indicativo.

En resumen, en Marcos, «eujaristésas» expresa un tiempo cronológicamente relativo y que señala una acción verbal que tiene lugar antes que la forma verbal «édoken» (después de dar gracias, habiendo dado gracias, como hubo dado gracias, les dio).

Por su parte y, en segundo lugar, en relación a Mateo hay que decir que éste va en la misma línea de Marcos, y que emplea el participio aoristo «eujaristésas» exactamente en la misma forma que Marcos; o sea, indicando que Jesús, después de haber tomar la copa, les dio de la misma a sus discípulos, pero no sin antes haber dado gracias («eujaristésas»).

Consecuentemente, observamos que en Mateo 26.27 el participio aoristo primero «eujaristésas», expresa una acción que tiene lugar antes de la forma verbal «édoken» («dio», la misma forma verbal que usó Marcos).

Luego, en Mateo, como en Marcos, «eujaristésas» expresa un tiempo cronológico relativo y señala una acción verbal que tiene lugar antes que la forma verbal «édoken» (después de dar gracias, habiendo dado gracias, como hubo dado gracias, les dio).

En tercer lugar, con relación a Lucas (22.17, 19), es preciso poner de relieve algunas peculiaridades.

Por un lado, como Marcos y Mateo, Lucas también emplea el participio «eujaristésas» después de señalar que Jesús había tomado la copa; pero aquí el participio «eujaristésas» expresa un tiempo cronológico relativo, una acción verbal que tiene lugar antes de una forma verbal en tiempo aoristo (segundo), «éipen» («dijo»: después de dar gracias, dijo), y no, como en Marcos y Mateo, en relación a la forma verbal también en tiempo aoristo «édoken» («dio»: después de dar gracias, dio).

Por otro lado, Lucas, a diferencia de Marcos y Mateo, también emplea el participio «eujaristésas» en relación a la acción de partir (fragmentar) y compartir el pan, no sólo en relación a compartir el contenido de la copa.

En tal sentido, Lucas 22.19 establece que, después de haber tomado el pan, Jesús, antes de partirlo y darlo a sus discípulos, primero «dio gracias» («eujaristésas»).

Consecuentemente, en Lucas 22.19, el participio «eujaristésas» expresa un tiempo cronológicamente relativo y señala una acción verbal que tiene lugar antes que las dos formas verbales en tiempo aoristo, «éklasen» (partió, fragmentó) y «édoken» (dio).

En cuarto lugar, con relación a Pablo (1 Corintios 11.24), es preciso decir que éste emplea el participio «eujaristésas» en la misma línea que Lucas 22.19, o sea, en relación a la acción de partir o fragmentar el pan (a diferencia de Marcos y Mateo).

Consecuentemente, en Pablo (1 Corintios 11.24), el participio «eujaristésas» expresa un tiempo cronológicamente relativo, una acción verbal que tiene lugar antes que dos formas verbales en tiempo aoristo, «éklasen» (partió, fragmentó el pan), presente en Lucas 22.19, y la forma verbal «éipen» (dijo), presente en Lucas 22.17.   

Luego, no es posible obviar que, desde el punto de vista de la crítica textual, las formas verbales «tomen» (tomad) y «coman» (comed), dos imperativos aoristos, presentes en Mateo 26.27; sin embargo, se consideran una interpolación posterior, un añadido en 1 Corintios 11.24.

En tal sentido, el comentario al texto griego, de Bruce M. Metzger, plantea que, si estas palabras hubieran formado parte del relato original de Pablo, no hay ninguna buena razón que explique su ausencia en el Papiro 46 (cerca del año 200), y en los códices unciales Sinaítico (siglos IV), Alejandrino (siglo V), Vaticano (siglo IV), entre otros. 

Luego, siguiendo esta misma pista desde el punto de vista de la crítica textual, la obra «Los libros del Nuevo Testamento, traducción y comentario» (TROTTA, 2021) del profesor Antonio Piñero, traduce 1 Corintios 11.24 en la siguiente manera: “y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo por vosotros; haced esto en recuerdo mío”.

A propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el primer año, desde cero, que iniciará el sábado 7 de junio, y de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el segundo año», un curso profesional, de actualización, profundización y especialización en la gramática y sintaxis del griego koiné, que inició el pasado sábado.

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Dos características peculiares de la tercera declinación griega (grego clásico y griego koiné)


Como habíamos anunciado, anoche dimos inicio al segundo año de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico), el segundo año», un curso profesional, de actualización, profundización y especialización en la gramática y sintaxis del griego koiné.

Por cierto, esta etapa de nuestro curso de griego inició con la introducción al estudio completo y detallado de la tercera declinación (la primera y la segunda declinaciones las estudiamos el primer año del curso).

En tal sentido, a manera de ilustración, adjunto una imagen donde expongo parte de lo estudiado anoche.  

Día y horario: sábados 8:00 – 10:00 PM (República Dominicana, Puerto Rico; 7:00 – 9:00 PM Colombia y Perú; 9:00 – 11:00 PM Chile y Argentina.

Modalidades: Online (vía Zoom en vivo y en directo) y Virtual (en diferido, en forma asincrónica, mediante clases grabadas).

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«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23.34) Crítica textual, gramática y teología


«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23.34)

Crítica textual, gramática y teología  

Héctor B. Olea C.

¿Por qué la primera parte del texto griego de Lucas 23.34 está entre «corchetes dobles» (NA28)?

“Los corchetes dobles en el texto indican que se sabe que la porción del texto incluida entre ellos, normalmente algo extensa, no formaban parte del texto original, pero fueron añadidas en una etapa muy posterior de la tradición. Se incluyen en el texto de ese modo, por su antigüedad y por la posición de que han disfrutado tradicionalmente en la iglesia” (Introducción a la quinta edición revisada del Nuevo Testamento Griego de las Sociedades Bíblicas Unidas, y en la introducción del Novum Testamentum Graece Nestle-Aland Edición 28).

Consecuentemente, la consideración del texto de Lucas 23.34 en algunas versiones de la Biblia, nos pone al tanto de la problemática que, desde el punto de vista de la crítica textual, tiene el texto en cuestión.

Observemos:

1) La «Nueva Versión Internacional» “-Padre-dijo Jesús-, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús”. Pero en una nota al pie de página, haciendo referencia a la primera parte del versículo, puntualiza: “Variante textual no incluye esta oración”.

2) La obra «Todos los evangelios, traducción íntegra de las lenguas originales de todos los textos evangélicos conocidos», de Antonio Piñero, traduce a Lucas 23.34 de la siguiente manera: “Y para repartirse sus vestidos los echaron a suertes”. Y en una nota al pié de página observa: “La primera parte de este versículo, que no aparece en nuestra traducción, es una interpolación (una añadidura o adición)”.

3) La obra «Los libros del Nuevo Testamento, traducción y comentarios», de Antonio Piñero, traduce a Lucas 23.34 de la siguiente manera: “[Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».] «Y echaron suertes mientras se repartían sus vestidos».

Y lo comenta en la siguiente manera: “[Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen»]: esta primera parte del versículo está impresa entre corchetes en NA28, ya que los editores se sienten incapaces de dilucidar si esta frase pertenecía al texto original de Lc o no. El número y calidad de los manuscritos están equilibrados. El P75 la omite, pero el Sinaítico la atestigua; el Vaticano y el códice Beza la omiten en la primera versión. De cualquier modo, el vocabulario (el vocativo «Padre», y la idea de rezar por los enemigos son lucanos: 10.21; 11.2 y 6.28); la ignorancia de las gentes como paliativo del pecado de haber condenado a Jesús aparece también en Hch (3.17; 7.60 y 13.27).

La explicación del comentario al texto griego de Bruce M. Metzger

El «Comentario Textual al Nuevo Testamento Griego» de Bruce M. Metzger, comentado a Lucas 23.34, afirma:  “La ausencia de estas palabras en testigos tan tempranos y diversos como P75, B, D*, W, Q, it-a-d, sir-s, cop-sa-bomss al, resulta de lo más impresionante, y difícilmente puede explicarse como una escisión deliberada por parte de los copistas que, al considerar que la caída de Jerusalén era una prueba de que Dios no había perdonado a los judíos, no pudieron permitir que pareciera que la oración de Jesús había quedado sin respuesta. Al mismo tiempo, el logion, aunque probablemente no formó parte del evangelio original de Lucas, ofrece pruebas que hablan por sí mismas de su origen dominical, y fue retenido, entre corchetes, en el lugar tradicional en que fue incorporado por copistas anónimos, en una época relativamente temprana en la transmisión del tercer evangelio.”

La perspectiva de Raymond E. Brown (La muerte del Mesías)

“La primera parte del versículo es omitido en testimonios textuales significativos, algunos de ellos muy tempranos; pero se encuentra en otros códices griegos importantes y en versiones primitivas.

Éste es uno de esos casos donde el peso de los testimonios textuales a un lado y al otro casi se equilibra. Lo que resulta es que ya en el siglo II unas copias de Lucas tenían el texto de 23.34a y otras no. De tal situación se desprenden las siguientes posibilidades sobre el origen la plegaria:

• Fue pronunciada por Jesús (en el contexto de la crucifixión o en cualquier otro) y conservada únicamente por Lucas. Algunos copistas posteriores, encontrándola inaceptable, la eliminaron.

• Fue pronunciada por Jesús, pero no conservada por Lucas. Estuvo circulando como un dicho independiente hasta que, ya en el siglo II, un copista consideró que armonizaba con los sentimientos de este evangelio. Otros copistas no conocían su existencia. (Una historia similar se atribuye al relato sobre la mujer sorprendida en adulterio, que acabó insertado al comienzo de Juan 8.).  

• No fue pronunciada por Jesús, sino formulada por Lucas (o en la inmediata tradición pre-lucana) como una apropiada expresión de lo que Jesús pensaba: en realidad perdonó en silencio. Algunos copistas posteriores, encontrándola inaceptable, la eliminaron.

• No fue pronunciada por Jesús, sino formulada en el pensamiento cristiano posterior como apropiada a Jesús, y acabó siendo insertada en el relato de la pasión lucano por un copista, quien juzgó ese lugar un contexto idóneo.”

Finalmente, Raymond E. Brown concluye: “Por ironía, la frase quizá más bella del relato de la pasión es dudosa desde el punto de vista crítico-textual. El sentimiento subyacente a ella constituye la esencia de la manera cristiana de responder a la hostilidad.

Este dicho de Jesús fue seguramente uno de los principales factores que llevaron a Dante a calificar a Lucas como "el escriba de la mansedumbre de Cristo". Para algunos, si Jesús no las pronunció, las palabras de 23.34 carecen de importancia religiosa. Para otros, si Lucas no las escribió, representan un simple sentimiento apócrifo. Para otros, en fin, aun reconociendo el valor de una respuesta afirmativa con respecto a alguno de los dos puntos anteriores, el largo uso de esas palabras por los cristianos significa que han adquirido autoridad normativa.

Si fueron añadidas por un escriba, la percepción de ese escriba llegó a ser una interpretación auténtica del Cristo lucano. Pero con demasiada frecuencia, por desdicha, el verdadero problema no ha sido la falta de esta plegaria en el texto, sino su ausencia de los corazones” («La muerte del Mesías», tomo II, páginas 1,158-1, 165, Verbo Divino, 2006).

El testimonio del Evangelio de Nicodemo (apócrifo)

Por otro lado, un dato interesante es que a pesar del problema de Crítica textual que enfrenta Lucas 23.34, lo cierto es que la expresión que está en cuestión en dicho texto, sí se la encuentra en el evangelio apócrifo de Nicodemo («Evangelio de Nicodemo», conocido también como «Actas de Pilato»), cito: “… De manera semejante colgaron a los dos malhechores. Jesús decía: «Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen»” (capítulo 10.1)

El problema gramatical: la interpretación de la forma verbal «éleguen»   

La consideración del texto griego de Lucas 23.34 nos pone al tanto de la presencia de la forma verbal «éleguen» (imperfecto, voz activa, modo indicativo, tercera persona del singular, de «légo»: yo digo), y no el empleo de la forma verbal «éipen» (aoristo segundo, voz activa, modo indicativo, tercera persona del singular, del mismo verbo «légo»).

En todo caso, si bien el llamado «imperfecto durativo» (decía, estaba diciendo) es el sentido más frecuente del imperfecto griego; sin embargo, no podemos obviar el llamado «imperfecto ingresivo» (una forma verbal en tiempo imperfecto, pero con el valor del aoristo griego y del pretérito del español: dijo).

En efecto, el aparato crítico de la Edición 28 del Nuevo Testamento Griego Nestle-Aland, incluye la nota: «éipen loco éleguen» («éipen» en lugar de «éleguen páter» A, manuscrito Alejandrino). 

Por puesto, el asumir a «éleguen» como un «imperfecto durativo», ha llevado a muchas personas a pensar que Jesús estuvo repitiendo incesantemente, o por lo menos varias veces, la frase: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».

En resumen, las versiones de la Biblia que han traducido «decía», es porque han asumido la forma verbal «éleguen» como un «imperfecto durativo»; pero las versiones de la Biblia que han traducido «dijo», es porque optaron por interpretar dicha forma verbal («éleguen») como un «imperfecto ingresivo» o «imperfecto aorístico» (acción puntual).

Una evidencia a favor de «éleguen» como imperfecto ingresivo o aorístico

Favorece aquí el sentido de «éleguen» como imperfecto ingresivo o aorístico (imperfecto de acción puntual), la forma verbal «élzon» (aoristo segundo, voz activa, modo indicativo, tercera persona del plural, del verbo «érjomai»: desplazarse de un lugar a otro, yo voy, yo llego, etc.), presente inmediatamente en el versículo anterior (33).    

Entonces, el orden de los eventos sería el siguiente: “Y cuando llegaron (y al llegar) al lugar llamado de la calavera (calavera, el lugar de la calavera), Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (porque no saben lo que están haciendo).

En conclusión: ¿Pronunció Jesús las palabras que conforman la primera parte de Lucas 23.34?

Respuesta: Probablemente sí, probablemente no. De todos modos, a la luz de la Crítica textual, el que Jesús haya dicho tales palabras es un hecho que está seriamente cuestionado, lo que dificulta el que se dé una respuesta positiva con la más absoluta seguridad a la pregunta planteada, a la ligera, de manea acrítica y simplista, sólo porque resulten convenientes desde el punto de vista teológico.  

Muy a propósito de nuestro «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», el primer año, desde cero, que inició el martes 4 de marzo, y del «Curso de Griego Koiné (Bíblico)», el segundo año, un curso de continuación y profundización, que inicia este sábado 5 de abril.

Modalidades: Online (en vivo y en directo vía Zoom) y virtual (en diferido, en forma asincrónica y personalizada).

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